¿Tienes la costumbre de celebrar o de festejar tus logros?
No tenerla podría estar afectando tu capacidad de desarrollar hábitos, establecer mejores relaciones y alcanzar tus objetivos personales y profesionales.
(No, no estoy exagerando).
Conocer la importancia de celebrar los logros es lo que diferencia a las personas que sienten que la vida es una aventura constante, de aquellas que se sienten estancados en la rutina o decisiones que tomaron hace muchos años.
Después de todo, celebrar es el inesperado hábito del que dependen los demás (y que es divertido desarrollar).
En el artículo de hoy vamos a analizar por qué necesitamos festejar un poco más, y les vamos a compartir algunas de las formas simples y divertidas que hemos encontrado para hacerlo.
¡A la carga!
¿Qué significa “celebrar”?
Celebrar implica tomarnos un momento, frenar con la rutina y realizar actividades en conmemoración y festejo por algo que sucedió. Es dejar a un lado lo que estamos haciendo y mirar hacia atrás, y organizar algunas actividades especiales para recordar o aplaudir algo que pasó.
Claro que la idea de celebrar no es nueva. De hecho, desde niños hemos crecido acostumbrados a ser parte de celebraciones por diferentes tipos de acontecimientos:
- celebrar el día del trabajo (o el trabajador en Argentina);
- festejar fiestas patrias o religiosas;
- organizamos y participamos en cumpleaños;
- festejamos la navidad y el año nuevo;
- etc, etc, etc.
Somos parte de tantas celebraciones que a veces incluso nos olvidamos de lo que se está celebrando (¿o acaso soy el único que alguna vez se encontró un feriado preguntando qué se celebra?).
El problema está en que si miramos esa lista (o nuestro calendario de celebraciones del último año), casi todos los festejos vinieron de eventos o acontecimientos que están conectados con nosotros, pero no demasiado a nivel personal. Son eventos nacionales o religiosos, conectados con hechos importantes históricos, pero no con nuestra historia personal.
Los pocos eventos que festejamos y que son personales están relacionados simplemente al paso del tiempo (cumpleaños y aniversarios), o a eventos extraordinarios de una vez en la vida (como casarse, cumplir 15 años, terminar la universidad o jubilarse).
Ahí está el problema.
No hay un espacio para celebrar nuestros logros cotidianos. Esos momentos en que salimos de la zona de confort, alcanzamos una meta que parecía lejana o superamos un desafío.
Y no es un problema menor, tampoco. Porque festejar es mucho más importante de lo que pensamos normalmente.
La importancia de celebrar los logros
Esto es Superhábitos, así que cada tanto volvemos (para alegría o terror de la comunidad) a los tres elementos fundamentales que componen un hábito:
- Disparador.
- Conducta.
- Recompensa.
Un hábito no puede crearse si no comprendemos estos tres elementos.
Festejar y celebrar los logros se conecta directamente con la recompensa.
Tener una recompensa implica que haya algo que nos motive y estimule para volver a realizar una conducta cada vez que hay un disparador (que así se convierte en hábito).
A veces la recompensa es un resultado natural del hábito. Así, por ejemplo, si cada vez que me acuesto por la noche [disparador] leo un libro [conducta] que me divierte, la recompensa es esa diversión.
Otras veces la recompensa es algo que agregamos nosotros, especialmente cuando desarrollar un hábito nos cuesta. Así, por ejemplo, yo podría agregar una recompensa a mi hábito de leer que sea comer un chocolate cada noche si llego a leer diez páginas.
Festejar es una forma natural y simple de sumar una recompensa a nuestra hábitos. En mi experiencia, es mucho más efectiva que las recompensas como la del chocolate, y lo bueno es que no requiere dinero ni mucho tiempo.
Por eso la importancia de celebrar nuestros logros y no fechas fijadas por otros es simple: dejamos de convertir en hábito lo que es importante para los demás, y empezamos a recompensar lo que realmente importa para nosotros.
Ya entendemos qué es celebrar y por qué hacerlo. Eso significa que ahora sólo nos falta saber cómo.
3 pasos para celebrar tus logros
Paso #1. Identificar los logros que quieres celebrar
Uno de los motivos por el que celebramos eventos externos y no algo que hayamos hecho nosotros es porque no sabemos exactamente qué merece ser celebrado. Nos preocupa “agrandarnos” o celebrar algo que “no es para tanto”.
La solución que he encontrado a este problema es utilizar tres preguntas:
- Lo que acabo de hacer, ¿me parecía difícil (o imposible) hace algún tiempo?
- Para hacer esto, ¿tuve que poner un esfuerzo fuera de la común? ¿Implicó salir de mi zona de comodidad?
- ¿Esto es algo que me gustaría recordar y contar algún día a mis hijos, futura pareja, amigos, etc?
Si algo que hice o alcancé me hace responder “SÍ” a cualquiera de ellas, a festejar se ha dicho ;)
Paso #2. Empieza por la forma más simple de celebrar tus logros
La forma más simples de celebrar un logro es no sólo identificarlo, sino darle un espacio como tal. Para eso:
- Empieza por escribir tus logros. Puede ser al final del día si llevas un diario, o sino simplemente tener una nota en Evernote donde vayas recolectando los logros. Suena simple, pero cada entrada en esa lista es un mensaje claro: “Queremos más de esto en nuestra vida”. No subestimes el efecto que esto puede tener sobre tu capacidad de lograr más cosas :)
- No tengas miedo a decir cuando estés orgulloso de algo que hiciste. Si lo que te preocupa es parecer creído o egocéntrico, simplemente asegúrate de ser igual de franco respecto de tus logros y talentos, como de tus errores y debilidades. La mayoría de las personas cae en el error de hablar demasiado de los segundos (pero muy poco de los primeros).
A lo largo del último año he intentado aplicar ambos cada vez con más frecuencia.
Me he encontrado que el diario de logros se vuelve una fuerza muy potente en momentos difíciles (te recuerda que hubo otros como ese que ya superaste).
Compartir mis logros, por otro lado, se convirtió en un gran disparador de conversaciones, me ayudó a que otros comprendan por qué me alegro y sobretodo me ayudó a ver con claridad qué tipo de eventos me hace feliz comentar y compartir.
Paso #3. Encuentra tus pequeños festejos cotidianos favoritos.
El último paso para celebrar los logros es encontrar cuál es tu modo preferido de festejo. Lo bueno es que este paso es divertido en sí mismo, así que seguro que te resultará fácil de incorporar.
Simplemente es responder a la pregunta: ¿Cómo te gustaría festejar tus logros?
Aquí no hay respuestas universales, y esa es gran parte de la magia. Tienes que encontrar lo que se conecte contigo:
- ¿Prefieres celebrar solo, con un grupo pequeño de personas, o yendo a una fiesta multitudinaria?
- ¿Qué tipo de música te gusta escuchar cuando estás alegre? ¿Hay canciones o cantantes que te den ganas de bailar?
- ¿Cuál va a ser tu bebida de festejo? Puede ser lo que sea, desde un café hasta un trago complejo con 8 ingredientes.
- ¿Qué comida te parece especial, rica y digna de una celebración? (Sugerencia si aún no las has contemplado: empanadas salteñas ;) ).
- ¿Hay lugares cuya vista te inspire y que no visitas lo suficiente? ¿O algún café al que te gustaría ir más seguido?
Reúne las respuestas a estas preguntas y mantenlas presentes (por ejemplo, anotadas debajo de tu lista de logros). Cada vez que alcances una nueva meta profesional o personal, vuelve a leerlas y elige cómo festejarla.
Si no festejamos nuestros logros, se hace más difícil seguir avanzando
Seguramente habrá alguno de los elementos en la lista del Paso 3 que cuesten más tiempo o dinero del que estás acostumbrado a gastar de forma cotidiana. Si eres como yo, eso puede estarte incomodando: ¿Cómo voy a gastar en empanadas un miércoles por la noche? ¿Ponerme a bailar un martes a las 17?
Esos pensamientos son parte de la trampa. Porque no dudaríamos en gastar un poco más de dinero en la comida de Navidad, o en tomarnos un día entero de descanso porque es feriado de fecha patria.
Si estamos dispuestos a tomarnos un día por algo que pasó hace 200 años, ¿por qué no cocinar tu comida favorita la noche del día que tu negocio llegó al punto de equilibrio? ¿O sentarte a ver una película con tu bebida favorita la semana en que por fin hiciste ejercicio los 5 días?
La importancia de celebrar los logros es que nos recuerda que tenemos la capacidad de superarnos, y de que si trabajamos duro por nuestros objetivos llegan cosas buenas. Si no lo hacemos corremos el riesgo de pensar sólo en el esfuerzo (y no los resultados que trae).
Cuando me desperté hoy no estaba seguro de cómo iba a encarar este artículo, o si iba a cerrar como lo había imaginado. Ahora, mientras llego al punto final, empiezo a sentir que es algo que me parecía difícil y logré completar.
Así que creo que está haciendo falta una celebración ;)
¿Qué has logrado esta semana pero no te has frenado a festejar? ¿Cómo podrías festejarlo hoy? Cuéntame en los comentarios debajo del artículo :)
¡Feliz lunes para todos!
Mati
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