Buena Semana

¿Cómo convertir una mala semana en una buena?

¿Nunca tuviste una de esas semanas en las que no sólo todo parece favorecerte sino que además vos mismo estás conectado todo el tiempo con tus objetivos?

Pasás todo el tiempo haciendo lo que tenés que hacer, cumpliendo de la mejor manera con tus objetivos. Esa semana en la que te sentís superpoderoso, que tus acciones te llevan directamente hacia donde quieres llegar y el viento corre a tu favor.

Si no pensaste inmediatamente ¿qué acaso existe otro tipo de semanas? Es probable que también conozcas esas semanas en las que no todo va bien.

Esas en las que arrancás con el pie izquierdo y arrastrás una inercia negativa. No haces lo que tenes que hacer y te sentís mal. La suerte no ayuda, los resultados no se dan.

Porque te sentís mal te tomás un descanso y terminás teniendo todavía menos cosas hechas y la suerte no pasa a saludar por unos días. ¡Que alguien haga llegar el fin de semana por favor!

Yo tuve una de estas semanas hace poco. No son frecuentes, pero si no las tenés de vez en cuando estas muy bien, o simplemente tenés asimilado ese tipo de rendimiento.

¿Cómo volvemos al rumbo cuando todo (inclusive nosotros) tira para atrás?

A veces tendremos la oportunidad de poder simplemente esperar, pero otras veces existe presión de tiempo y resultados. Nos sentimos mal, pero en dos días tenemos que ver un comprador o entregar un trabajo. No podemos esperar el fin de semana para aplicar un pequeño “reset”.

Lo primero que hay que decir es que gran parte del problema está en nosotros.

Desde luego hay eventos que son adversos a nuestros planes y no dependen de nosotros. Son hechos que ya existen (y siempre los va a haber) y generalmente no son fatales para nuestros proyectos. Nosotros con un plano establecido tenemos que concentrarnos en sacar lo mejor de la situación que tenemos. Con eso ya logramos bastante.

Que dependa de nosotros es muy bueno, pero complicado.

Desde luego no es fácil romper la inercia del momento. Técnicamente podemos simplemente frenarnos y empezar a ser proactivos de nuevo. Pero en general las cosas no son tan fáciles. Es una pequeña batalla interna, pero por suerte existen algunos pasos  para contrarrestar esta situación.

He aquí unos tips que suelen ser útiles.

 

1. Tomá conciencia de que podes controlar de la situación.

2. Proponéte objetivos pequeños y cumplílos.

Queremos lograr cambiar nuestra inercia negativa y comenzar a hacer cosas. Como ha sido una constante en distintas publicaciones, repetimos que no es conveniente proponerse un cambio repentino y grande. Nuestras posibilidades de cambiar el patrón crecen si hacemos algo asequible.

Por ejemplo, si alguna vez me tiendo a atrasar con cosas y desordeno mis horarios tratando de resolver crisis, eso puede traducirse en que descuide el orden en mi departamento. Entonces cuando veo que no estoy con un patrón positivo, me propongo ordenar mis cosas.

Después me propongo pequeñas tareas que tengo pendientes, como contestar mails atrasados. La idea es que sean cosas pequeñas y fáciles de hacer. Nos permiten cambiar nuestra forma de sentir y la actitud, y nos ponen en movimiento.

3. Frená incluso cuando todo te diga que corras.

Cuando sucede que entramos en esos patrones negativos, naturalmente hay una tendencia a atrasarnos y tratar de ponernos al día con todo. En este sentido lo intuitivo es abocarse a la acción.

Mi tercer consejo es frená. Por más que parezca suicida, sentáte y revisá tus motivos. ¿Por qué estoy haciendo lo que hago/debería hacer? ¿Cuáles son esas cosas realmente importantes por las que debería ponerme en acción? ¿Qué es eso que me preocupa o los resultados que me tiran atrás? ¿Qué pasaría si no hiciera nada al respecto? ¿Qué es lo peor que podría pasar?

4. Re-elaborá tu estrategia.

Con las preguntas anteriores en mente tu planificación debería ser mejor. Sentáte y con esas preguntas encará tu estrategia hacia adelante teniendo en cuenta el punto 2. Un muy buen consejo que me dieron alguna vez es cambiar de lugar, salir a dar una vuelta. Te va a servir para tener otra perspectiva del problema.

5. Sabé que va a doler.

Es difícil. Es una lucha interior, pero cuando sientas que no está bien o te veas tentado a volver a tu zona de comodidad (seguir perdiendo el tiempo con cosas que te dan pequeños alivios) recordá por qué es importante que sigas adelante.

6. Prevenir.

El último consejo es más bien prescriptivo y se dirige a cómo evitar esa clase de situaciones. En mi caso particular después de un par de años de prueba/error he llegado a la conclusión que existen patrones previos. En general estas semanas vienen después de no cultivar los hábitos necesarios.

En mi caso es mi rato de concentración a la mañana o el ejercicio a la noche. Si paso una semana sin esos momentos se me vuelve muy difícil motivarme y mantenerme haciendo lo que debo.

 

Lo mejor es tratar de mantener el ejercicio constante de estar enfocado en nuestra misión y objetivos. Luego, si llegamos a este tipo de semanas, ya tenemos unos pasos para volver al camino.

¡Buena semana! :)