Cómo lograr más yendo más despacio

¿Qué hacemos cuando sentimos que “no llegamos” con algo, o que queremos lograr más y más y no nos alcanza el tiempo? Queremos trabajar más, queremos rendir más materias…

Aceleramos el paso. Y nos aceleramos internamente.

bajar la velocidad

 

De ahí vienen tantos problemas de estrés y nervios, que ya no son propios de personas grandes preocupadas por sus hijos o por llegar a fin de mes.

Cada vez hay más jóvenes de menos de 30 que sufren diferentes enfermedades derivadas de los nervios (contracturas musculares, dolores de cabeza, insomnio, gastritis).

Cuando estamos apurados o ansiosos por lograr algo, tendemos a acelerar la velocidad. Pero, aunque suena lógico “ir más rápido para llegar antes”, en realidad no tiene ningún sentido.

Te aseguro que ir más rápido no te va a hacer lograr mejores cosas ni disfrutar del camino.

Si aprendés a ir más despacio, vas a lograr más cosas y mejores.

Además, vas a disfrutar del camino y vas a poder dormir bien sin sufrir ninguna dolencia y levantarte con energías renovadas cada mañana.

lograr más

 

¿Te interesa aprender a lentificar? Te cuento cómo:

1. Meditar 3 minutos cada mañana.

No importa lo que pase, incluso el día más atareado vas a tener 3 minutos para meditar. Simplemente sentáte cómodo, cerrá los ojos, respirá y concentráte en tu respiración y en relajar la mente y el cuerpo.

2. Hacéte tiempos para distintas cosas.

No vayas a 120km/h y dediques las 24hs. a una sola actividad, como estudiar o trabajar en tu emprendimiento.

Equilibrá tu trabajo o carrera con momentos para compartir con otros, con espacios para hacer ejercicio y cuidarte físicamente, con momentos para vos.

Una forma útil de hacerlo es sentarte una vez por semana a organizarte y mirar todos tus roles (hijo, hermano, novio, amigo, estudiante, etc.). Para cada uno, proponete algún objetivo, aunque sea tan simple como llamar por teléfono a un amigo y preguntarle cómo está.

Mantené también el orden y cuidado mientras estudiás o trabajás, acá Matías te da las claves para que tu día sea saludable y productivo.

Así, todas las semanas les vas a dar un espacio a todo lo que para vos es importante, y nunca vas a dejar de estar para un ser querido por más que tengas un examen o mucho trabajo.

3. No te propongas demasiadas cosas.

Así como es importante equilibrar tus roles, es esencial que no pretendas hacer un millón de cosas cada semana porque así es como te terminás acelerando desmedidamente. Pensá en grande, pero avanzá paso a paso. Para eso desarrollá hábitos, acá te contamos cómo hacerlo en 4 simples pasos.

4. Regulá las velocidades.

La clave de lentificar no es que la vida se te vuelve una película en cámara lenta en la que está prohibido andar rápido.

La lentitud es equilibrio. Implica aprender a ser rápido, productivo y trabajar duro en los momentos adecuados, pero bajar la velocidad en los momentos que así lo ameritan.

Por ejemplo, estar enfocados e ir rápido para lograr más en el proyecto que estás emprendiendo, pero lentificar y no mirar el reloj al sentarte a almorzar en familia.

5. Creáte momentos para vos.

Para mantener el equilibrio y aprender a regular las velocidades, es importante que tengas momentos para cuidarte física, mental y espiritualmente. Momentos para hacer ejercicio, para pensar, para ordenarte, para descansar.

Esto redunda más tarde en muchas más energías y paz interior.

BONUS

 6. Leer novelas o libros de fantasía.

Siempre que te sientes aunque sea 10 minutos al día a leer una novela, vas a sentir una hermosa sensación de calma. Las historias de fantasía te permiten además alejarte de la rutina un rato y dejar volar tu imaginación. Yo acabo de terminar de leer los 7 libros de Harry Potter, que funcionan bárbaro para este punto ;)

 

Recordá: la lentitud es equilibrio.

Si querés estar más organizado, lograr más de lo que te proponés sin dejar de lado cosas realmente importantes y disfrutar de cada instante, aprendé a regular las velocidades y equilibrarlas.

 

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 Contáme, ¿a qué velocidad estás yendo?