Hemos hablado ya sobre qué son los hábitos y por qué escribimos sobre ellos en este blog.
Ahora vamos a seguir profundizando y a pensar 3 razones por las que hoy, si no lo has hecho aún, es el mejor día para tomar conciencia de tus hábitos, empezar a desarrollar algunos que te permitan ir en búsqueda de algo más y te den la base necesaria para arrancar ese proyecto que tenes en mente hace años.
Todos tenemos hábitos. La neurociencia, a través se autores como Estanislao Bachrach, ha demostrado que los hábitos son atajos que existen en nuestro cerebro y que surgieron, hace 100.000 años, con la función de permitir al cerebro gastar menos energía al actuar. Tomar el camino más conocido implica, a nivel neuronal, el mas corto, y permitía guardar energías.
La diferencia entre los resultados que algunas personas obtienen y otras no, sin embargo, se da porque no todos tenemos los mismos hábitos.
Muchos años después, hace aproximadamente 2400 años, grandes pensadores descubrieron una diferencia: hay buenos hábitos (o virtudes, como les llamaban) y malos hábitos (vicios). La diferencia entre unos y otros, en lo que nos interesa, es simple: ¿cuáles nos acercan y cuáles nos alejan de nuestros objetivos, de una realización personal humana y profunda?
Personalmente, decidí empezar a preocuparme por mis hábitos cuando me di cuenta de que lo que hacía día a día me iba a llevar a un lugar muy distinto de aquel que soñaba. Acá pueden encontrar la historia un poco más detallada. Si también sentís que lo que haces todos los días no te está permitiendo actuar en grande, dar lo mejor que tenés ni a participar o crear los proyectos que tenés en mente, tengo 3 razones para que empieces hoy a ejercitar tus Superhábitos:
1. El cambio es de adentro hacia afuera
Esta frase es la base del libro «Los 7 hábitos de las personas efectivas», de Stephen Covey. Significa, básicamente, que si queremos hacer una diferencia en el mundo debemos empezar por aquello que esta a nuestro alcance cambiar (nuestro Círculo de Influencia), en oposición a aquello que no depende de nosotros (Círculo de Preocupación). En el centro de nuestro Círculo de Influencia estamos nosotros mismos, y lo que elegimos hacer en cada momento.
Este enfoque es opuesto a otros que tienden a estar dando vueltas y, a veces, predominar. Así, aquel enfoque determinista que pone la principal causa de nuestros resultados (sean buenos o malos) en factores externos, como nuestra crianza o el momento económico. No puede uno depender para su bienestar de que un político o una empresa mantenga una línea o realice ciertas acciones. Salvo que ocupemos posiciones muy determinados (como, por ejemplo, si fuesemos presidentes), esto es tan buena idea como depender, para nuestro bienestar, de ganar la lotería… ¿y qué podemos hacer con respecto a ganar la lotería? Nada, simplemente preocuparnos si no lo hacemos.
Y esto nos lleva al punto: si vivimos con un enfoque que dependa de lo exterior para cambiar quienes somos, cómo nos sentimos, o si estamos en paz y orgullosos de nuestras decisiones, simplemente nos queda dejarnos llevar para la corriente, esperar acontecimientos exteriores y, mientras tanto, preocuparnos, quejarnos del gobierno, nuestro jefe o la mujer que sacó la bolilla equivocada en la lotería.
Razón # 1: Si nos damos cuenta de que el cambio profundo y permanente se da desde adentro hacia afuera, no hay qué esperar. Debe empezar hoy. Ahora. No mañana a la mañana, ni el lunes. Desde este preciso momento, sin importar las circunstancias, podés empezar a hacer una diferencia, a ejercer conscientemente tu capacidad de elegir y vivir una vida con hábitos que te lleve a tus objetivos.
2. La adolescencia prolongada no es cierta. Asumirte hoy como persona capaz y dueña de sus elecciones va a hacer la diferencia por el resto de tu vida.
Si tenés 15 minutos, te recomiendo que veas esta charla de TED.
Si ahora no tenés ese tiempo, te recomiendo que guardes la charla para verla después. No tiene desperdicio, y estoy seguro de que va a hacer una diferencia enorme en tu vida. Por ahora, para los que no la vieron, les cuento:
La Dra. Meg Jay, psicóloga y profesora en la Universidad de Virginia, autora del Libro «La Década Definitoria», se ha dedicado a trabajar con jóvenes entre 20 y 30 años, preocupada por un dato fundamental: con una idea básica: el 80% de los momentos claves en la vida de una persona habrán pasado los 35 años. En otras palabras, 8 de los 10 momentos que marcan un antes y un después ya habrán pasado para cuando lleguemos a esa edad. La consecuencia de esto es, así, no pensar que los 30 son los nuevos 20, sino que todos aquellos que estemos en esa edad asumamos que lo que hacemos en ella va a marcarnos, y que eso significa un potencial enorme, porque estamos en el momento perfecto para construir la vida que queremos, elegir cómo va a ser nuestra familia y carrera, qué tipo de hábitos personales e interpersonales vamos a desarrollar y los resultados que, de acuerdo a eso, vamos a disfrutar o sufrir en las décadas siguientes.
Hay dos frases de la charla que creo que son centrales. La primera es: «el mejor momento para trabajar en el matrimonio de Alex es antes de que se case». La idea es simple: no podemos esperar a que lleguen los grandes eventos de nuestra vida para empezar a prepararnos para ellos. Ya hemos escrito antes sobre cómo los hábitos que desarrollamos hoy son los que, cuando llegan retos o épocas difíciles, nos van a permitir superarlo. Aquí podés leer mi experiencia personal con eso. La segunda, es la razón por la que este video está aquí.
Razón # 2: Nuestros 20s son un momento crítico en nuestro desarrollo como adulto, en cómo va a ser nuestra futura familia, desarrollo como empresarios o profesionales y nuestra forma de ser y saludo. Debemos asumirnos responsables y ejercer nuestras capacidades hoy, sin dejarnos definir por lo que no sabemos hasta ahora o lo que no hicimos hasta ahora. Lo que hagas hoy marca tu calidad de vida por décadas. No hay que desperdiciar el hoy.
3. Todo el esfuerzo que hagas hoy, son resultados que lográs y esfuerzos que te ahorrás mañana.
A diario me encuentro con personas que, cuando charlamos, me dicen que le gustaría desarrollar este o aquel hábito. Los tres que más surgen son levantarse temprano, estar organizados y permanecer tranquilos. Con el tiempo, empecé a notar que lo que muchas personas imaginan es el resultado que quieren obtener, pero no están dispuestas a pagar el precio para alcanzarlo.
Se darán cuenta de que, nosotros en Súperhábitos, no pretendemos difundir un método mágico de cambio, una solución simplista. Los seres humanos debemos pasar procesos naturales para cambiar, y eso requiere nuestra atención y esfuerzo. Por eso simplemente pretendemos darte herramientas basadas en esa misma naturaleza y mostrarte los resultados que es posible alcanzar. Pero sin el esfuerzo, nada que escribamos va a cambiar los resultados que obtenés.
No he encontrado, aún, ningún hábito que valga la pena desarrollar que no implique un sacrificio. Superar eso es, sin embargo, simple. Estas son algunas ideas sobre cómo:
- Hay que saber que siempre los primeros días y semanas van a ser difíciles, pero que con el tiempo uno se acostumbra y esa situación que parecía incómoda se vuelve normal y hasta resulta incómodo salir de ella.
- No es recomendable tratar de desarrollar muchos hábitos juntos. Es mejor elegir uno o dos complementarios, e irlos consolidando de a poco. Cuando ya nos sentimos cómodos, elegimos otros. Es increíble lo rápido que todo cambio. El cambio es gradual pero, cuando sucede, es mágico y casi irreversible.
- Hay que tener claro el objetivo, para tener la fortaleza de seguir avanzando cuando se pone difícil. Sirve imaginar cómo será nuestra vida gracias a desarrollar ese hábito, las cosas que podemos hacer y los momentos que vamos a vivir.
- Hay que recordar que cada esfuerzo que hacemos ahora se ve recompensado más adelante. Por cada mañana que te levantes de la cama ahora, hay semanas completas en las que te levantarás temprano sin darte cuenta en unos años.
Todo esto se ve resumido en una frase fantástica: «El cambio es duro al comienzo, caótico en el medio, y hermoso al final».
Razón # 3: Mientras antes afrontemos la etapa dura y caótica de iniciar un cambio, antes vamos a poder disfrutar de sus beneficios.
Y además (razón extra): Es un buen momento, y estamos acá para acompañarte.
Se acerca el 2014, ¿podés visualizar cómo sería tu vida si desarrollaras ese hábito que venís pateando hace tiempo? ¿Cómo mejorarían tus resultados? ¿Qué efectos tendría en tus negocios? ¿Cómo influiría en tu relación con tus amigos, novia o novio?
Todo eso puede empezar a hacerse realidad hoy. Si arrancás ahora, para Marzo ese hábito va a ser para vos absolutamente normal, parte de tu realidad cotidiana, y todo eso que acabás de imaginar va a ser una simple consecuencia natural.
Vale la pena el esfuerzo, ¿no?
Y ni siquiera tenés que tratar de descifrarlo o hacerlo sólo…
… estar acá es un buen comienzo ;).
Podés navegar por nuestro archivo y buscar artículos que puedan servirte con decisiones a tomar ahora. No tenés que solucionar todo, o cambiar todo lo que hacés, simplemente dar el primer paso en una nueva dirección. Ese pequeño paso diario, cada día, vuelve posible lo imposible, y te lleva a lugares que en otro momentos podrían haber parecido inalcanzables.
Elegí un paso chico y dalo. Después otro. Y así cada día.
Si no sabés por dónde arrancar, o te gustaría apoyo en ese cambio, siempre podés contactarnos por las redes sociales.
Desarrollar Súperhábitos es una aventura y, como toda aventura, requiere que el héroe haga algunos esfuerzos. En las mejores aventuras, sin embargo, el héroe no está sólo. Tiene una comunidad de compañeros, consejeros y guías.
Vos tenés a la comunidad de Superhábitos. Y ya tenés 3 razones para iniciar un nuevo camino hoy. La única pregunta que queda es:
¿Qué aventura empezás hoy? ;)