¿Cómo dejar de postergar y empezar ese negocio que tanto deseas?
Esta es una pregunta que muchos nos hemos hecho, y que muchos se hacen ahora que no han dado el primer paso aún.
Postergamos nuestro negocio porque tenemos miedo a fracasar, a hacer algo mal, no tenemos muy claro el camino que debemos tomar, no sabemos si es lo correcto o no.
– Ahora debo terminar mis estudios de posgrado, así que en más adelante cuando tenga más tiempo comenzaré a pensar en mi negocio.
– Ahora con todo el trabajo que tengo no me da la cabeza para nada más, mejor espero a poder renunciar y recién me pongo a pensar en comenzar mi emprendimiento.
– No tengo muy claro qué quiero hacer, sé qué cosas me gustan pero no termino de encontrar esa gran idea que me entusiasme para mi negocio.
Si deseas iniciar tu propio negocio pero lo estás postergando y encontrando obstáculos como esos, es momento de que te hagas cargo de la situación.
Es cierto que tu posgrado te lleva tiempo, que al regresar del trabajo no tienes mucho tiempo ni energías, o que al no saber qué quieres hacer no puedes comenzar. Incluso puede que tengas el tiempo (quizá hiciste la Guía de Cómo tener más tiempo) y no sepas qué hacer con él.
Pero no es cierto que tienes que esperar a que todo eso cambie para dar el primer paso. No es cierto que cuando tengas más conocimientos y experiencia, tu negocio funcionará mejor.
Si cambias lo que haces unos minutos cuando te levantas cada mañana, tendrás un resultado claro:
Comenzarás tu negocio, dejarás de dar vueltas y darás ese primer paso.
Cosa que, si sigues pensando en esas tres excusas o en alguna otra, no harás nunca. Sí, es duro, pero si esperas al momento ideal en el cual tengas todo el conocimiento del universo, la idea millonaria y todo el tiempo libre necesario, nunca comenzarás nada porque la situación ideal no existe.
Si tienes miedo a equivocarte, pues ya te estás equivocando ;)
Es más valioso y aportará mucho más al crecimiento de tu negocio si erras pronto que si esperas a tener el plan perfecto para recién salir al mundo y llevarlo a la acción.
Cambia tu rutina y comienza tu negocio.
La mejor estrategia para dejar de postergar lo más importante
Necesitas tener presente qué es lo importante y recordártelo muy seguido ¡todas las mañanas!
Y verás que en «lo importante» no entran sólo las actividades de tu trabajo o de tu negocio, están como parte indispensable cosas como hacer ejercicio, tener unos minutos sin apuro, pensar en cómo será tu día y en cómo quieres que sea, etc.
Si deseas comenzar, pon PAUSA ahora mismo.
Deja a un lado todos los artículos (incluso los de Superhábitos) que te hablan de herramientas, técnicas, formas de validar productos, cómo hacer planes y hasta hábitos de organización, y comienza ahora con esta pequeña acción: crea (o perfecciona) tu ritual mañanero.
Verás que tener un ritual que repitas cada mañana será la clave para que dejes de procastinar y pongas manos a la obra.
Los 7 pasos para formar una súper rutina mañanera
Ahora te decepcionaré un poco en este apartado, porque no hay una receta o un paso a paso de qué debes hacer a penas te levantas para estar enfocado y organizado.
Cada ritual es personal, cada persona funciona de diferentes formas y hay ciertas actividades que a ti te resultarán fantásticas pero que a mí no me servirían.
Pero existen pautas comunes para que una rutina sea una buena rutina mañanera.
Son muy simples, toma nota.
1. Experimenta.
Cada ritual es único y personal. Anímate a probar cosas diferentes cada semana hasta que encuentres esas actividades y el orden en el que mejor te sientes.
2. Define cuánto durará tu ritual.
Es importante tener claro cuánto tiempo durará tu pequeña rutina mañanera.
Puede ser de 15 minutos, de 30 minutos, de una hora o hasta de dos horas. Todo depende de tus actividades, de qué te haga sentir mejor. Te recomiendo que no sea muy largo al comienzo, pero tampoco tan breve. Media hora es un tiempo razonable, sostenible y que puedes aprovechar muy bien.
3. Define acciones claras.
Si tienes el bloque de tiempo, debes tener muy claro qué harás en esos minutos.
Define pocas acciones bien específicas y en un orden. Recuerda que comenzarás experimentando para ver qué funciona mejor, así que esta primera lista de acciones no es definitiva.
4. Incluye alguna de estas en tu ritual.
Si bien las rutinas son muy personales, y voy a seguir insistiendo en esto para que no te frustres si algo no te funciona, hay elementos que a todos nos hacen bien.
Mantener el mismo horario para levantarte todos los días. Esto ayuda a que tu cuerpo y tu mente se acostumbren y estén «programados» para las acciones que siguen.
Tomar agua. Sí, tomar agua es bueno en todas las circunstancias que puedas imaginarte. Más aún mientras trabajamos y cuando nos levantamos. No te asustes, en tu rutina puedes poner como acción «tomar un vaso de agua».
Hacer ejercicio. Y si es aeróbico, nadie te parará ese día. Hacer aunque sean 5 minutos de ejercicio cuando nos levantamos (por más de que no hagamos nunca nada, o que más tarde vayamos al gimnasio).
El ejercicio libera endorfinas en el cuerpo lo cual mejora nuestro estado de ánimo y reduce el estrés.
Si desayunas a penas te levantas, pues que sea algo saludable. No tienen que ser esos desayunos que ves en la televisión que tienen un millón de elementos complejos, difíciles de conseguir. Con que haya cereales, fruta, frutos secos si te gusta, quizá un yogurt, etc.
Preparar alguna infusión. Si no sueles desayunar en cuanto te levantas, o si luego de desayunar lo disfrutas también, prepararte una infusión es una actividad que en sí misma ayuda a bajar la velocidad. Poner a calentar el agua, esperar mientras preparas la taza, el café/té/mate/lo que sea es relajante. Y tener una infusión caliente para lo que hagas después es fantástico.
Que una parte del ritual sea para frenar a pensar, visualizar o leer algo. Puede ser luego de preparar la infusión. Se trata de dedicar unos minutos a alguna actividad como: revisar tu misión y visión personales (si no tienes una puedes descargar las guías gratuitas en la sección exclusiva para suscriptores) y allí conectarte con la razón por la que quieres comenzar tu negocio y cómo te ves de acá a 5 años; hacer una lista o revisar tu lista de actividades del día, pensar en ello, evaluar si es todo igual de importante o si puedes dejar de hacer algo; imaginar cómo será tu día, cómo deseas que sea.
5. Contempla todas tres de tus dimensiones.
La lista anterior son sugerencias, claro, de cosas que sé que funcionan y hacen bien.
Ten como pauta general hacer algo que te haga sentir bien físicamente, mentalmente, espiritualmente. Es decir, que tu ritual tenga esos 3 elementos. Un poco de ejercicio, un momento para ejercitar la mente al leer o pensar en tu negocio, y la parte más espiritual puede ser cuando visualizas y te conectas con lo que más te importa y con lo que deseas a futuro.
Organizarse para poder comenzar un negocio propio implica que estemos en equilibrio.
6. No te frustres cuando te salgas del camino, ya está marcado así que puedes volver a él.
Mientras escribo este artículo estoy intentando retomar mi rutina mañanera.
Durante un par de semanas me salí del camino y no mantuve muy en orden mi rutina, que sé que me hace bien (sí, 2 semanas suena muy frustrante ¿verdad?). Y de esa experiencia es que te digo que lo importante es formar tu rutina, identificar qué te sirve a ti y mantenerla todos los días.
Si haces eso un tiempo, cuando te salgas del camino, tu cuerpo y tu mente te pedirán volver porque ya saben que les hace bien.
7. Haz pequeños cambios.
Ve poco a poco.
No pretendas tenerlo todo resuelto en un par de semanas.
Tampoco pienses que te conoces muy bien porque con este ejercicio te darás cuenta de que hay cosas que no sabías que te ayudaban a estar más enfocado. Ve experimentando conscientemente y haciendo pequeños cambios.
Un ejemplo: Mi rutina
Te mostraré con mi propio ejemplo cómo es mi rutina para estar enfocada y más organizada para trabajar en mi negocio.
1. Me levanto muy temprano (entre las 5 y las 6am.) y lo primero que hago es lavarme la cara.
2. Tiendo mi cama.
3. Hago algo de ejercicio durante 15 minutos. Opción A: bicicleta, Opción B: ejercicios de estiramiento y algunos con pesitas, Opción C: flexiones de brazos y sentadillas.
4. Voy a la cocina y tomo un vaso de agua.
5. Preparo un té o agua caliente con un par de rodajas de limón.
6. Mientras tomo mi infusión reviso mi misión, mi visión, y luego mi libretita de papel. Allí tengo ideas que anoté el día anterior, tengo listas de actividades. Escribo algunas líneas sobre el día anterior, cómo me fue, si pasó algo importante, cómo me sentí, alguna reflexión. Elijo qué es lo más importante de ese día en relación a mi negocio, una cosa que quiero lograr.
7. Medito 15 minutos.
8. Preparo un mate (infusión argentina indispensable para trabajar :) )
9. Me siento a trabajar, abro automáticamente Google Calendar, mi planilla de seguimiento de hábitos, y Evernote.
10. Más temprano ya elegí cuál era la prioridad de ese día, así que comienzo por eso. En general es lo que más me cuesta y más energías y concentración requiere: escribir, estudiar algún tema para algún proyecto o producto en el que esté trabajando, etc.
De esta manera, comienzo cada día enfocada, motivada porque dediqué un momento a pensar en mi misión, en mi visión, en todo aquello que me entusiasma y que muchas veces es lo que más rápido olvidamos en la corrida cotidiana…
Con un ritual personal que repitas cada día dejarás de postergar lo que más te importa: tu negocio, ese negocio que te apasione, que te de independencia, que te permita dejar tu trabajo, tener más libertad y ayudar a otros.
Forma tu propio ritual (¡ahora!)
Si formas tu ritual de la mañana, al levantarte y lograr comenzar el día «con el pie derecho» te sentirás más motivado, con más ganas de hacer, más satisfecho y realizado.
Y si logras tener tu ritual durante una semana, y cada mañana recuerdas qué es lo importante para ti y por qué quieres tener «algún día» un negocio propio, no pasará mucho más tiempo antes de que lo comiences.
Luego de eso comienza a pensar en ser más productivo, organizarte mejor, afinar tu idea y elegir sobre qué comenzarás tu negocio, etc, etc, etc.