Pensar en grande

Pensar en grande: jugando para ganar o para no perder

¿Realmente estás pensando en grande?

Hay que pensar en grande, lo escuchamos todo el tiempo. No sólo lo escuchamos en el mundo emprendedor sino que lo vas a escuchar en miles de charlas de motivación y similares. Pensar en grande es necesario e importante para lograr alcanzar grandes cosas. Los motivos por los cuales es así ya son cubiertos por muchos artículos, lo que yo quiero preguntarte hoy es ¿Realmente estás pensando en grande?

Lo que decimos que deseamos y lo que realmente deseamos o perseguimos

A todos “nos gustaría” ser millonarios, ser los número una en nuestra industria, salir con una modelo, etc. Si le preguntamos a alguien ¿Queres ser millonario? En casi todos los casos va a decir que sí. Es bastante claro que en términos generales ser millonario es una situación mejor que no serlo, al menos en parámetros del entendimiento común.
Sin embargo, no actuamos en consecuencia. Mucha gente escribe su visión con frases como “ser el mejor”, pero sus objetivos son más cómo “llegar a los primeros clientes” y sus deseos reales son algo así como “sobrevivir hasta fin de mes”. Lo que decimos que deseamos en voz alta es distinto de lo que realmente estamos esperando.

La pregunta es ¿Cómo puede alguien estar deseando menos de lo que en realidad proclama? Si es gratis ¿por qué alguien desearía tan poco? La respuesta a esta pregunta puede ser de dos tipos: miedo/incomodidad o incredulidad.

En primer lugar, quizás “deseamos” algo realmente grande, pero sabemos que implicaría salir y exponernos. Entonces pensamos “la verdad que mi vida no es tan mala. No tengo todo lo que quiero pero estoy tranquilo, tengo comida, etc.”. El germen de la comodidad. Reconocemos que es necesario salir a hacer el trabajo, pero nos resulta más atractivo quedarnos y no arriesgarnos. Cuantas veces estamos deseando ganar, aunque la consecuencia sea ser expuestos y derrotados, y cuantas otras tratamos simplemente de evitar el dolor.

También puede pasar que aunque lo deseemos no creamos sinceramente que podemos llegar a conseguirlo. La instrumentalidad, la existencia de una causalidad entre lo que hacemos y los resultados, es clave para la motivación. Si de alguna forma no pensamos que lo que hacemos diariamente realmente no lleve a conseguir lo que buscamos, entonces difícilmente estemos motivas a hacerlo.

Esto es muy peligroso ya que, aunque no perder e ir a lo seguro parezca la mejor opción, rara vez lo es. Jugar a lo seguro tanto por miedo o falta de credulidad en nosotros mismos puede jugarnos en contra. Como lo dijo Seth Godin, ser muy bueno es lo peor que podemos ser actualmente. Ser muy buenos es común, no es llamativo. Resaltar y llamar la atención de nuestros clientes requiere más que eso. Para poder sobrevivir en los negocios actualmente no podemos quedarnos con simplemente estar ahí: necesitamos salir y hacer una diferencia notoria. Tenemos que pensar en grande, ser distintos y lograr separarnos de la multitud.

El impacto de nuestras expectativas en los resultados.

Estoy al tanto de las teorías sobre “el secreto”, energías y derivadas. No puedo decir que no sean ciertas ni que lo sean, pero no me estoy refiriendo a ellas en este artículo. En este sentido, veo que nuestras expectativas impactan en los resultados por medio de mecanismos más sencillos y a ellos me voy a referir ahora.

La forma en que lo hacen es para mí bastante simple: en la mayor parte de los casos hay relaciones un tanto obvias entre tareas y resultados. Si, por ejemplo, consigo aparecer en un artículo en Fortune es probable que consiga mayor difusión que si salgo en la revista del barrio. Es mucho más fácil contactar al editor de la revista del barrio porque lo conocemos y necesita contenido. Fortune también necesita contenido, pero para conseguir publicar ahí tenemos que salir del barrio, ponernos incómodos y sacar lo mejor de nosotros. Veo en muchos emprendedores que saben lo que deberían hacer, pero simplemente lo evitan porque es difícil y arriesgado.

Es así que si nos levantamos por la mañana pensando que tenemos que ser el próximo google, nos vamos a poner el traje y salir a conseguir esa nota y entrevista. La gran mayor parte de los emprendedores van a proponerse serlo, pero no se lo van a creer. Lo que van a hacer entonces es desayunar tranquilos y mandar un mail a las revistita del barrio (¡no vayas a llamar y cerrar la venta! es demasiado “invasivo”). Estos últimos emprendedores están jugando a “no perder”, no están jugando para ganar. No están saliendo y haciendo lo que saben que hay que hacer como tomar el riesgo, pelear por pagos atrasados, rescatar ventas casi perdidas, etc. Salir a la calle les resulta un desafío cuando es más cómodo quedarte en casa embelleciendo detalles de tu tarjeta/página web/etc., que nunca te van a dar los mismos resultados ni te van a convertir en el mejor en lo que quieres hacer.

Si, por el contrario, tenemos muy en claro a que queremos ser los mejores y creemos que podemos conseguirlo entonces vamos a salir a hacer lo necesario. Vamos a descartar más rápidamente muchas actividades que muy claramente no nos acercan directamente a lo que queremos conseguir. Vamos a priorizar mejor y adelantarnos más rápidamente a nuestros objetivos.

¿Va a ser incómodo? Si ¿Tiene mucha más probabilidad de fracaso? También. ¿Puede que la gente hable a tus espaldas y se burle si fracasamos? Es probable. ¡Pero no importa! porque si estamos pensando en ganar (y no en “no perder”). La recompensa que tenemos en mente hace que los riesgos valgan la pena. El deseo de estos emprendedores es mayor que el miedo y la inercia.

4 formas de mantenernos jugando para ganar

Mantener nuestras aspiraciones en alto es algo que requiere de trabajo constante. Naturalmente tenemos una inercia que nos tira en dirección a condiciones más seguras y también a pensar que algunas cosas no son posibles. Desde luego, esta inercia no nos ayuda a motivarnos y hacer crecer nuestro negocio. Las siguientes son formas en las que podemos mantenernos jugando para ganar.

1. Escribí tus objetivos.

Este primer paso es bastante obvio pero muy necesario. Lo hemos dicho en diversos artículos sobre como plantearse objetivos: Los objetivos que no son escritos, no son objetivos reales. Escribí en hoja y papel (o imprimí) tu objetivo y mantenelo a la vista. Hasta que tus objetivos no esten plasmados en alguna plataforma van a ser vagas ideas de lo que queres conseguir y no te van a mantener enfocado en ganar.

En este, este y este artículo tenes información detallada acerca de cómo plantearlos y (más importante) cumplirlos

2. Rodearse de gente más exitosa que vos.

Yo soy exitoso: soy feliz, tengo paz interior…” no me refiero a esa clase de éxito. Me estoy refiriendo al éxito en la versión más occidental, capitalista y burguesa. Lo anterior es muy bueno, pero lo que te interesa en relación a pensar en grande para tu negocio es juntarte con quienes tiene los negocios más grandes que el tuyo.

En primer lugar, juntarnos con personas exitosas nos hace reevaluar que tanto pensamos en grande. Si sos un emprendedor, te paso de alguna vez charlando con otro emprendedor de tu rubro que creció mucho más rápido que vez o tiene una facturación ampliamente superior al nivel en que vos estas operando actualmente. Vos estabas muy contento con tu crecimiento del 12% mensual hasta que te cuentan del caso del 20% mensual. Es posible que cada crecimiento sea el mejor para la situación de cada uno. Sin embargo, inevitablemente te va a dejar pensando “ese podría haber sido yo” o “¿qué hizo distinto?”.

En segundo lugar, te lleva a repensar que es posible y que no. Scott Dismore, fundador de LiveyourLegend.net y con quién pudimos compartir unos días, nos comentó que tuvo un blog que no crecía y se preguntaba “¿Cómo puede alguien hacer crecer esto?”. Luego de empezar a juntarse con otros quienes ya habían alcanzado su objetivo, la pregunta paso a ser “¿Cómo puede ser que no lo esté logrando?”. La forma de conseguir cosas imposibles es pasar tiempo con personas que las hayan hecho. No sólo aprendemos cómo lo hicieron, sino que desdibujamos esa línea de imposibilidad que creamos antes.

Hay una frase que encierra mucha sabiduría que versa “Si sos la persona más inteligente en el salón, estás en el salón equivocado”. Exponernos a tratar con personas que son más inteligentes, experimentadas y exitosas con nosotros es una forma excelente de subir la vara con que nos medimos y exigir mucho más de nosotros así cómo reevaluar nuestras percepciones acerca de que es posible y que no.

En este box podés descargar una guía gratuita creada por Mati para rodearte de este tipo de personas que te potencien(#8), así como 13 documentos de trabajo extra.

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3. Viaja siempre que sea posible.

Viajar nos ayuda a tomar perspectiva del lugar en el que estamos. Cuando pasamos mucho tiempo en el mismo lugar empezamos a pensar que algunas cosas “tienen que ser” de un modo determinado o que “es lo natural”. Recorrer otros lugares y ver como se opera de modos distintos de una región a otra nos permite reconocer cosas en las que estamos cegados.

Lo que a veces no va a entrar por los oídos, puede entrar por los ojos. Cuando viajes a ciudades grandes, participa en eventos o lugares donde se congreguen personas exitosas de tu industria. Visita viejos amigos y empápate de sus ambiciones, deseos y logros.

4. Plantéate objetivos semanales exigentes.

En nuestros emprendimientos vivimos con una forma de trabajo durante mucho tiempo y terminamos por pensar que esa es la única forma de trabajar (la más “realista”). En esta dirección, también mencionamos que podemos dar por sentado ciertos niveles de desempeño o de la calidad de nuestro trabajo.

Charlando con un amigo sobre estos temas me dijo que una forma que probo con buenos resultados fue proponerse objetivos que parecían muy difíciles de conseguir. Él tiene una constructora y, por ejemplo, se planteó una semana conseguir un contrato por día durante una semana. Es importante notar que los objetivos eran ambiciosos pero alcanzables. Michael Port propone que el proponerse objetivos no razonables es la semilla de grandes insatisfacciones. Es por eso que es aún más importante rodearse de personas que nos potencien: nos van a servir como referencia para alcanzar cosas aparentemente imposibles, pero también de cable a tierra basados en su experiencia.

Este último es un ejercicio que podes ejecutar ahora mismo. Pensá en tus limitaciones y dificultades semanales y proponete algún objetivo aparentemente inalcanzable. Probá tus límites y revisa tu desempeño ¿Era efectivamente imposible? Si no lo conseguí ¿Podría haber cambiada algo?

 

El ejercicio de pensar en grande es uno constante. Una batalla que se libra en nuestro interior entre la inercia de permanecer donde estamos, el miedo, la confianza en nuestra propia capacidad y los deseos de vivir realmente una vida de la que estemos orgullosos. El objetivo de los 4 puntos ateriores es poner en cuestionamiento nuestros deseos y percepciones de que es posible y que no. Afirmar nuestro deseo de conseguir algo para mantenernos realizando aquellas acciones que van a terminar por acercarnos a nuestros objetivos.

¡Buena semana!