¿Cuántas veces decimos que desearíamos que los días tuviesen más horas, que el tiempo es muy escaso para la cantidad de actividades que deseamos realizar y expresamos también cierta frustración por «no poder detener el reloj»?
¿Quién no deseó alguna vez tener el reloj de Bernardo?
Lucía, acá, comentaba que el tiempo es «un hecho social que hemos creado para controlar y organizar ciertos aspectos de la vida (como el trabajo y la productividad) y al cual hemos asignado cada vez más atribuciones o espacios (sobre todo en nuestro círculo de preocupación)».
El tiempo es algo que no podemos modificar, pero sí organizar.
Está dentro de nuestro círculo de influencia el poder gestionarlo y así aprovecharlo de la mejor manera. Ahora bien, ¿cómo lo logramos?
Lo primero es que tengas siempre presente que los días tienen sólo 24 horas, y que el secreto está en mantener el equilibrio entre las distintas dimensiones de vos mismo. Una vez que aceptada esa realidad, ¿cuál sería el sentido de pasar la vida corriendo, estresado y nervioso?
Si para cumplir los objetivos que te propones tenes que dejar de lado alguna de tus dimensiones o ampliar tu día a uno de 28 horas, entonces algo va mal. Siendo realista, clarificando cuánto tiempo tenés durante tu día y desde allí asignando a cada actividad su lugar en tu agenda, logras mejores resultados.
La Teoría de la Represa, explicada en el Kit Superhábitos de Herramientas gratuito, nos enseña que para generarnos tiempos y espacios dentro de nuestra ocupada rutina cotidiana, debemos comenzar a construir separando unos minutos el primer día, y a través de ese pequeño espacio generar otros e ir ampliándolo día tras día. Como los hábitos, son pasos pequeños todos los días, que a largo plazo generan un amplio espacio de tranquilidad en nuestro interior y en nuestro alrededor. Es por eso que lo fundamental para una buena organización del tiempo debes conservar un lugar en tu semana para planificar el resto de los días.
Cuando te sientes a organizarte, te aconsejo que tengas presentes los siguientes puntos:
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Tus objetivos personales.
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Cómo utilizas el tiempo.
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Hábitos necesarios.
Tus metas dejan de ser utópicas cuando las convertís en objetivos.
Las buenas metas se caracterizan por ser específicas y medibles. Sino, no hay manera de saber si realmente las estás cumpliendo o no. Esto sumado a sentarte y escribirlos, te lleva a pensar los costos y beneficios que implica tu objetivo. Así podrás reflexionar acerca cómo podés articularlos con tu situación de vida actual ;)
Además, saber cuáles son tus objetivos te facilita desprender una serie de actividades que son realizables, efectivamente, en plazos más cortos de tiempo.
Por ejemplo, si me propongo finalizar una materia en determinada fecha, para alcanzarlo tengo que ir a clases, tomar apuntes, conseguir los libros, pedir apuntes y conversar con personas que ya hayan rendido ese examen.
Son las actividades principales de tu objetivo, tareas que en caso de no realizarlas, el plan no funcionaría.
Por otro lado, la manera en que administres tu tiempo será decisiva para alcanzar tus objetivos.
Es importante que tengas claro cómo estás usando tu tiempo. Para esto una herramienta que puede resultarte muy útil es el RescueTime; lo podes descargar tanto en tu computadora como en tu celular. Es una aplicación que te permite ver con facilidad en qué estás invirtiendo tu tiempo.
Si concientizando el uso que le das, observas que cada semana estás 7 horas en facebook y 12 horas en whatsapp, podrías decidir invertir esas 19hs de otra manera, y dos tardes a la semana ir a visitar a esas personas con las que en general interactuás por las redes sociales. Pero si no lo ves, difícil que lo cambies. Podrías seguir cayendo en el paradigma de la falta de tiempo.
Una vez que lo tengas claro, podes utilizar el tiempo que implicaría una actividad en otra que sí es importante para tu meta. Convierte las actividades centrales en tareas grandes, y de ellas desprende tareas más pequeñas y específicas que puedas ordenar dentro de tu agenda.
Por último, lo mejor que puedes hacer es desarrollar los hábitos adecuados para conseguir lo que te propusiste. Haciendo de las actividades del día a día un sistema, simplificarás tu rutina y así ahorrarás energía mental (dejando de lado altos niveles de estrés ;)).
Quizá al comienzo te cueste, pero dando un paso por día llegarás a tener una caminata permanente y así, alcanzarás tu objetivo. Un ejemplo real y con el que todos tenemos cierta conexión, es la experiencia de Mati en relación al despertarse temprano (podes leerlo acá).
Desarrollar los hábitos adecuados se trata de ser proactivos y asumir la responsabilidad que eso implica.
Con todo lo anterior, te propongo que para mejorar esta semana:
- Definas con mayor claridad tus objetivos. ¡Se lo más preciso que puedas! Y en función de eso, escribí las tareas y actividades que se desprenden de allí.
- Prestá atención a cómo usas tu tiempo, ¿qué podrías modificar y mejorar?
- Tomá la lista de tareas del primer punto, y asignales el tiempo que necesitan cada una. Para eso, podes usar el tiempo que empleabas para actividades banales que ya no quieras incluir en tu agenda.
- ¡Empezá a actuar en función de tus prioridades!
Los días tienen y seguirán teniendo 24 horas, y podemos utilizarlas de manera que mantengamos el equilibrio y la tranquilidad interior. No es necesario andar corriendo ni dejar de disfrutar las pequeñas alegrías del día a día para que sea posible…
Está en vos la decisión de cómo vas a administrar las horas de tu día. En las acciones pequeñas vamos construyen el camino hacia tus metas viables.
¡Disfruta el proceso! ;)