Estás sentado en tu computadora, o con un libro que querés estudiar. Suena el celular, un mensajito de texto, whatsapp o Facebook.
¡No podés no revisar qué es! “¿Y si es algo importante?”
No, seguramente no era nada importante, pero le dedicaste un rato.
Volvés a tu trabajo. Avanzás un poco, alguien pasa y te da conversación. Se te fue un rato más. Ya estás un poco distraído, así que decís “bueno, voy a revisar facebook un ratito y vuelvo”.
Intentás retomar, tratás de recordar en qué tema estabas o qué ibas a escribir.
Tenés hambre. Bueno, frenás un ratito a prepararte algo para comer.
Seguís un poco más. Te das cuenta de la hora.
Así, se te fue una mañana.
No lograste terminar lo que querías, de toda una mañana tuviste sólo un rato de trabajo productivo y el resto del tiempo fueron distracciones. Estás cansado porque estuviste sentado toda una mañana, pero no lograste lo que podías haber logrado si realmente hubieses aprovechado esa mañana.
Las distracciones son cosas que pasan a nuestro alrededor o en nuestro interior, que si les damos lugar mientras trabajamos o estudiamos, nos sacan el foco.
Las distracciones no son malas. Sólo hay que aprender a manejarlas. O aprender a manejarnos frente a ellas.
A principios de 2013 yo había terminado la Universidad, estaba trabajando en relación de dependencia, emprendiendo y haciendo mi trabajo de tesis.
A fines de ese mismo año, ya me había recibido, dejé el trabajo con horarios, jefes y exigencias externas y me dediqué exclusivamente a Superhábitos, con la motivación más grande de hacer lo que amo.
Ese cambio de escenarios implica que ahora tengo menos exigencias externas y más luchas internas contra las distracciones a diario.
Manejo mis tiempos de trabajo, organizo mis actividades y debo mantenerme motivada permanentemente.
Si bien trabajo en equipo, en las pequeñas cosas cotidianas no hay nadie “vigilandome” o midiendo mi “productividad”. Y mucho menos, manejando mis distracciones.
Lo que vengo haciendo entonces es experimentar distintos hábitos para manejar mejor las distracciones, mantenerme organizada y avanzar.
Es un proceso bastante complicado y frustrante a veces. Caer ante la tentación de las distracciones me hace sentir muy mal conmigo misma. Pero con el tiempo y la práctica de pequeños hábitos se puede desarrollar la capacidad de elegir cómo relacionarnos con las ellas.
Comparto con vos algunos de estos hábitos:
1# Organizá los momentos de trabajo o estudio. Organizáte para tener bloques de trabajo y recreos, sí o sí. Podés trabajar con bloques de 45 minutos y recreos de 15 minutos. El programa Workrave ayuda a configurar estos tiempos y si trabajás en la computadora, te avisa cuando tenés que hacer un recreo. Sino, lo podés hacer con simples alarmas en el celular.
En los bloques te enfocás en tu tarea. En los recreos, te levantás de tu asiento y hacés otras cosas. Podés: ordenar cosas o papeles, hacer unas flexiones de brazos, prepararte un té, un mate, caminar, moverte un poco, escuchar música y mirá el cielo.
2# Silenciá el celular. Podés revisar si tenés llamadas o mensajes urgentes o sumamente importantes, pero no uses whatsapp o Facebook entre bloques de trabajo. En los recreos lo que buscás es distenderte sin desenfocarte.
3# Tomá agua. Ayuda a que el cerebro y el cuerpo trabajen mejor y te concentres más.
4# Si no necesitás Internet, desconéctalo. El saber que la computadora está ahí, con Internet y un mundo de cosas divertidas por ver, es tentador. Es importante ejercitar la fuerza de voluntad, pero alejar un poco las distracciones ayuda.
5# Cuando sientas que no podés concentrarte, frená. Si estás sentado, intentando avanzar en tu lectura o trabajo, y te sentís mal, sentís que no podés avanzar, entonces frená.
Mírate, pensá qué te está pasando, por qué no estás poniendo el 100% de vos mismo en eso que estás haciendo. Quizá estás pensando en otra cosa que sabés que querés hacer más tarde.
Cuando descubras qué es lo que te ocurre, relájate y anótate en un papelito qué vas a hacer al respecto con eso que te preocupa y cuándo. Y seguí con lo tuyo.
Cuando hayas cumplido con tus bloques de trabajo y tus recreos, ponéte un momento del día (yo lo hago a la noche) para las distracciones que te hacen bien: salir con alguien, ver una película o una serie, entrar en Facebook a conversar con otros.
Aprendé a manejarte frente a las distracciones. Mientras más te concentres en lo que hacés, más rápido lo vas a hacer y mejor. Y más rápido vas a poder pasar a lo siguiente.
Contáme ¿cuáles son las distracciones con las que más te cuesta luchar?
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