Recuerdo cuando empecé a indagar sobre qué hábitos debía adquirir y empecé a preguntar e investigar. Escuché muchos tipos de ideas y consejos, pero el que siempre me agotó y desagradó fue el de pensar que la vida se trata de tener que pelear por un pedazo que todos quieren arrebatarte.
Esa mirada en la que nos encontramos con que el éxito parece estar conectado con la estrategia de guerra: uno tiene que ver cómo puede apoderarse de la mayor cantidad de recursos, sin que nadie pueda apoderarse de los propios. En este sentido, pareciera ser que hay dos opciones: dejar que te pasen por arriba o sentirte un poco mal y triunfar.
¿Te acordás de esa persona que decía que ser exitoso implicaba competir o ganarle a alguien?
Bueno, Adam Grant, autor de “Give and take: a revolutionary approach to success”y el profesor full time más joven de la historia en Wharton University, trae una propuesta distinta basada en el estudio de la relación con sus pares de las personas más exitosas.
¿Qué tiene que ver mi voluntad de dar y recibir con el éxito de mi carrera? MUCHO.
Una de las cosas que más me agradaron de las ideas de Grant es que las logra sustentar con estudios y estadísticas muy concretas que resultan además muy ilustrativas. En su libro, el profesor presenta 3 “estilos de reciprocidad» a la hora de enfrentar las relaciones:
- Takers: Son sujetos sumamente narcisistas. Viven la vida de acuerdo a ley de la selva.Ven las relaciones como un juego de suma cero, en el que deben tomar lo propio o nadie lo va a hacer por ellos. Les gusta tomar más de lo que dan y creen que para triunfar tienen que ser mejores que los demás.
- Givers: Los givers son lo opuesto a los takers. Los givers crean conexiones y hacen las tareas que nadie quiere hacer por el bien del equipo. Tienen un fuerte interés en el bienestar de los demás. Dan sin esperar nada a cambio, ayudando a los nuevos y compartiendo el crédito por las ideas fruto del trabajo.
- Matchers: Son el promedio de la población. Enfrentan la vida con un sentido de justicia. Esperan una correspondencia por sus acciones y tienden a corresponder a las acciones de los demás. Son el punto intermedio.
La pregunta que nos tiene expectantes es ¿quién triunfa entre estos tres?
Basándose en diversos estudios sobre el nivel de ingresos, productividad, etc. Grant descubrió que los givers tienden a ocupar la mayor parte de los peores desempeños…pero también de los mejores. Los takers y matchers ocupan los rendimientos intermedios.
¿Qué diferencia a los givers exitosos de los que no lo son tanto? La utilización de ciertas estrategias para evitar consumirse (burn out) o descuidar los propios objetivos.
Desde luego el recurso que más nos cuesta entregar (por resistencia y costo) es nuestro trabajo. Por ejemplo, nos interrumpen para pedirnos cosas durante todo el día hasta que nos encontramos con que pasamos todo el día y solamente avanzamos muy poco con lo que nos habíamos propuesto. La solución: aprovechar la Ley de Parkinson «el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine».
Entonces…
- Sepárate momentos del día para concentración exclusiva.
- No revises tu mail.
- Sugerí a quienes suelas ayudar que vas a estar ocupado y que si necesitan algo realmente urgente te llamen.
Esto debería interrumpir gran parte de las interrupciones.
Por otro lado, el autor plantea que según estudios es mejor separarte un momento específico y acumular el tiempo para ayudar a los otros, en vez de ir ocupando un poco cada día. Por ejemplo conviene hacer 7 actos buenos un día más que uno cada día durante una semana.
Existe,finalmente, otro tema: ser un giver muchas veces implica pequeñas actitudes y acciones que toman muy poco tiempo, como reconocer las ideas de los demás.
Desde luego estas ideas no son nuevas. De hecho, son el fundamento de los equipos realmente poderosos y con performance superiores, teorizados ya tiempo atrás. Estas ideas se relacionan con lo que algunos autores denominan “la mentalidad de abundancia” frente a “la mentalidad de escasez”. Una mentalidad de escasez es un fuerte impedimento en las organizaciones ya que impide el flujo de muchos tipos de recursos.
La mentalidad de abundancia se relaciona con el hecho fundamental de que los dos podemos ganar y, por lo tanto, la colaboración es el camino más natural.
Tenemos entonces otro motivo para hacer lo que ya sabemos que hay que hacer. Mañana cuando te pidan ayuda, es momento de actuar para mejorar vos, tu equipo y el mundo en general.
Las de hoy, ¡son buenas noticias!