Cómo elegir un curso.

Cómo elegir qué cursos hacer (con preguntas clave)

Hay dos caras en la relación entre emprendedores y Cursos. Una es buena. La otra es nefasta.

Como emprendedores, sabemos que para avanzar necesitamos aprender. También sabemos que experimentar toma tiempo, y que un buen curso puede ahorrarnos muchas horas y frustraciones.

Esa es la parte buena. Nos permite mejorar y nos conecta con personas que pueden ayudarnos a lograr nuestros objetivos.

La otra cara es mala: es un comportamiento auto-destructivo, que puede tirarnos abajo y dejarnos fuera de combate.

Para elegir los Cursos adecuados y sacar provecho de ellos, debemos entender y evitar ese comportamiento.

Todo empieza por descubrir un aspecto clave de nuestra personalidad como emprendedores.

La necesidad de impulso de los emprendedores

Los emprendedores tenemos una necesidad constante de “momentum”.

“Momentum” es una palabra en inglés dificil de traducir al español. Lo más parecido sería decir que los emprendedores tienen una necesidad constante de mantenerse “en la zona” (sentir que están avanzando, y que las cosas van progresando).

El “momentum” es lo que nos mantiene activos y carga nuestras energías. Es el motivo por el cual los emprendedores se levantan entusiasmados por la mañana a trabajar en sus negocios.

Como emprendedores, nuestras energías aumentan y son constantes cuando sentimos que estamos avanzando y haciendo cosas nuevas. De hecho, muchas de nuestras emociones se conectan directamente con esta idea de movimiento:

  • Si estamos avanzando, nos sentimos realizados y entusiasmados.
  • Si estamos retrocediendo, nos sentimos frustrados y desafiados a superar la situación.
  • Si estamos quietos, nos desesperamos. Sentimos que estamos dejando que la vida se nos pase por delante.

El estancamiento es el estado más grave para un emprendedor. Sentir que estamos quietos nos carcome por dentro. Queremos hacer algo para volver a esa zona en la que las cosas avanzan. No importa qué sea, mientras nos ponga en movimiento.

Y ahí empiezan los problemas.

Cuándo aprender es una mala idea

El espiral negativo en el que podemos caer va de la siguiente forma:

  1. Nos sentimos mal y estancados a nivel personal o en nuestro negocio.
  2. Para entrar en movimiento rápidamente, buscamos una solución. Estamos tan enfocados en hacer algo que cualquier solución potencial capta nuestra atención. Vale todo: una nueva app, un curso o descargar un nuevo PDF.
  3. Al hacer algo, nos sentimos mejor. Cargamos energías porque sentimos que tuvimos un avance positivo al instalar la app, descargar el PDF o comprar el curso.
  4. Un tiempo después reflexionamos: ¿realmente estoy avanzando?  Tenemos un momento de introspección y, en la mayoría de los casos, la respuesta es «no».
  5. Como nuestro sistema neuronal mantiene una asociación positiva entre lo que hicimos antes (instalar, comprar, descargar), tiende a repetirlo. Así, el ciclo vuelve a empezar.

Este espiral de sentirnos estancados, consumir un curso, volver a sentirnos estancados, consumir otro curso puede mantenerse durante mucho tiempo. De hecho, podemos quedar atrapados dentro por años.

El problema de elegir un curso
Muchas veces nuestras ganas de avanzar nos llevan a saltar al mar sin tener claro qué necesitamos o a dónde vamos.

Hay síntomas claros de este círculo.

Si no estás seguro sobre si este comportamiento te está afectando, puedes descubrirlo con facilidad. Si alguno de los síntomas en esta lista te ha sucedido últimamente, ¡cuidado!

  • Descargas muchos PDFs (o libros) sin leerlos o usarlos.
  • Asistes a más de 2 cursos presenciales cada mes, y sin embargo no hay resultados visibles.
  • Pasas más horas leyendo, escuchando o viendo artículos, podcasts o vídeos que aplicando las herramientas.
  • No sabes a cuántos sitios estás suscripto (y borras emails cada semana sin siquiera mirarlos).
  • Nunca has hecho una pregunta en un Curso compraste. Este es el síntoma más sutil, y muestra claramente que estamos consumiendo el material de forma pasiva ( y no activa).

El problema aquí es que aprender no está orientado a un objetivo, sino que se convierte en un “parche”.

El patrón es similar al de muchas adicciones: en lugar de atacar el problema de fondo encontramos algo que nos hace sentir bien momentáneamente, y lo usamos de forma constante para mantener esa sensación falsa de bienestar.

Pero si esto es así… ¿cómo pasamos del aprendizaje como parche emprendedor a su contra cara positiva: el aprendizaje orientado?

Cómo elegir correctamente qué Cursos (o materiales) consumir.

Hay una herramienta simple para romper con este círculo: enfocarnos.

Tener un objetivo claro marca la diferencia entre agotarnos en el círculo del exceso de información y avanzar con claridad de forma diaria.

Los pasos para lograrlo son:

#1. Generar un espacio de tranquilidad y silencio.

#2. Hacer una lista de lo que pensamos que necesitamos aprender. ¡Ojo! No de los cursos que nos gustaría hacer, sino de las habilidades, conocimientos o aptitudes que sentimos que nos faltan.

#3. Junto a cada item, anotar cuál es el objetivo. Responder con claridad para qué queremos desarrollar cada una de esas habilidades. Por ejemplo si en el paso #2 anoté «hablar mejor», ahora agregaría «para empezar mi propio podcast».

#4. Luego identificamos el objetivo más importante en la lista (el 20/80). Una forma de responder esto es usar la pregunta: ¿cuál de estos objetivos, cumplido, facilitaría que se den los demás?

#5. Nos quedamos sólo con las habilidades conectadas a ese objetivo, y buscamos la más importante entre ellas: ¿cuál de estas habilidades tendría más impacto para lograr el objetivo?

Si te cuesta priorizar, te sugiero que utilices las herramientas para priorizar de acuerdo al Principio de Pareto que se encuentra en el Kit Gratuito (accedes usando el botón naranja de abajo), ¡pero no vale descargarla y no usarla! :D

ACCEDER AL KIT GRATUITO

 

#6. Teniendo claro qué habilidad queremos desarrollar, y para qué objetivo, hacemos una lista de los materiales disponibles para eso. Para esto, hacemos una lista de todos los cursos, blogs, podcasts, vídeos, cursos presenciales y apps que podrían servirnos.

#7. Finalmente, elegimos sólo uno de estos materiales para trabajar. Como este es el punto clave, veamos los criterios para filtrar y elegir, en orden de importancia son:

  • Filtros (si el material no cumple con alguno de estos requisitos, hay que descartarlo):
    • ¿El objetivo que este producto propone es el mismo objetivo que yo me propuse?
    • ¿La situación desde la que el producto parte es la misma situación de la que yo parto?
    • ¿Hay indicadores claros de que el autor de este producto, o el producto, cumplirán con esas expectativas? (aquí lo primero es ver si la persona que ofrece el material ha logrado en ella misma lo que propone)
    • [Pequeña aclaración: notarán que no mencioné el precio entre los filtros. Es deliberado. Muchas veces dejamos que nuestra búsqueda de algo “barato” o “gratis” nos guíe, y esa es una pésima idea, porque terminamos pagando con horas y años el empezar con el sistema equivocado].
  • Criterios (para elegir el mejor entre los que queden en la lista):
    • ¿Con cuál de las metodologías o medios aprendo mejor? (algunas personas aprovechan mejor el vídeo, otras el audio, otras la lectura).
    • ¿Cuál de estos productos contiene un mejor sistema para lo que quiero lograr? (siempre es preferible adquirir un sistema completo a ir recolectando partes de fuentes diversas, sobretodo al empezar).
    • ¿Con cuál de estas empresas o autores siento una mayor identificación en cuanto historia y valores?

Un producto que pase por todas estas preguntas debería estar diseñado para nuestra situación, por una persona que logró el objetivo, y estar en un formato que nos resulta agradable para el aprendizaje.

Tenemos una herramienta efectiva para objetivos claros. Queda sólo un paso.

#8. Una vez que tenemos el curso elegido, debemos enfocarnos en él de forma exclusiva. Esto implica consumir el material y aplicarlo. A medida que lo hacemos evaluar si nos trae los resultados esperados y, si no, consultar al autor sobre posibles ajustes que debamos realizar.

Si llegamos a la conclusión de que el sistema es malo, descartarlo y volver al paso 1. Si el sistema es bueno, incorporarlo hasta completar el ciclo, convertirlo en hábito o tenerlo sistematizado.

Es importante avanzar con un producto a la vez, y sólo consultar material adicional en la medida que nos sirva para aplicar una idea del producto central. Intentar avanzar con 5 cursos de temáticas distintas al mismo tiempo sólo fomenta nuestra distracción y el mantenernos entretenidos.

Cómo elegir un curso.
Tomarnos el tiempo para elegir bien un curso nos permite luego enfocarnos y así generar resultados.

La claridad que necesitamos para mantenernos aprendiendo y avanzando

Empezamos estando abrumados por el ruido a nuestro alrededor, la falta de foco y la presión de hacer algo.

Ahora entiendes esta tendencia mala que tenemos como emprendedores y puedes tomar los pasos para contrarrestarla.

Al aplicar estas herramientas, sentirás confianza. Esa confianza viene de tener claro hacia dónde vas y qué estás haciendo hoy para llegar allí. Sabes que tienes el sistema adecuado a mano y también que estás trabajando sobre tu objetivo más importante.

No te mantendrás entretenido, sino avanzando. Y eso es exactamente lo que queremos lograr :)

Si estás listo para poner manos a la obra, cuéntame:

¿Alguna vez te encontraste en este círculo de aprendizaje eterno? ¿Estás atrapado allí ahora mismo?