Pasas muchas horas y pones todas tus mejores energías en ese trabajo que te deja apenas algo de tiempo para pensar en tu propio proyecto.
Pensar en emprender mientras trabajas no es fácil.
La rueda parece convertirse en una trampa: no podemos dejar de trabajar porque aún no iniciamos un negocio propio que genere ingresos. Y no podemos construir una empresa porque todo el tiempo estamos en una oficina cumpliendo con nuestro jefe.
Lógicamente llegamos a creer que es imposible.
«Sólo cuando tenga los ahorros suficientes, podré renunciar y empezar a pensar en emprender». O «será mejor esperar a retirarme y con ese tiempo libre iniciar un proyecto, si es que no es demasiado tarde ya.»
¿Es realmente posible emprender mientras trabajas? ¿Cómo?
Durante varios años me hice estas preguntas en el bus, camino al la oficina.
Recuerdo claramente cómo la frustración y el cansancio aumentaban con el tiempo.
Había leído sobre Libertad Financiera, y leía a diario libros sobre emprender e invertir. Mi objetivo era claro: tener tranquilidad económica para no depender de mi sueldo.
Pero no sabía cómo crear un negocio propio mientras estaba trabajando para otros.
La respuesta no estaba en ningún libro de negocios o emprendimientos. La mayoría de los emprendedores super famosos nunca había trabajado, o habían renunciado antes de empezar.
Mientras que muchos de esos autores me motivaban, ninguno me daba herramientas o pasos concretos a seguir. y simplemente no podía permitirme renunciar. Igual que muchos, necesitaba del sueldo para pagar mis cuentas y mantenerme.
Y si tienes una familia que mantener, esta necesidad es aún mayor.
Mi frustración iba creciendo con el tiempo. ¿Te pasó alguna vez? ¿Te está sucediendo en este momento de la vida?
Leía sobre la independencia financiera y pensaba en ella a diario, pero no podía siquiera acercarme a ella.
Querer emprender trabajando era para mí como ver comida a través de un cristal, ¡sin poder acercarme a probarla!
Una mañana, recordé cuándo había sido la última vez que había tenido una sensación parecida. Me pregunté si funcionaría aplicar al problema de emprender y trabajar los mismos principios que me habían permitido estudiar y trabajar en primer lugar.
«Emprender mientras trabajas suena muy parecido a estudiar trabajando», pensé.
En ese momento todo cambió.
En menos de 2 años, desde que hice aquel “click”, pude renunciar a mi trabajo con Superhábitos en marcha. Además de terminar la Universidad con honores, y haber realizado varios negocios hasta llegar a Superhábitos.
Y esta es la respuesta:
Emprender mientras trabajas es posible, pero requiere que dejemos ir muchos prejuicios y malas ideas que hemos escuchado durante años.
Si te estabas preguntando si es posible emprender trabajando, y cómo harán aquéllos que logran iniciar sus negocios sin arriesgarlo todo, sigue leyendo…
Los mejores consejos son de sentido común pero inesperados. Hoy te daré 5 consejos inusuales para que puedas emprender trabajando:
#1. Define un objetivo MUY específico y tomarás las decisiones correctas al emprender mientras trabajas
Uno de los primeros errores que cometí era que tenía una idea muy clara de qué buscaba con mi trabajo y mi carrera universitaria, pero no sabía bien qué buscaba como emprendedor.
Objetivos pocos claros llevan a acciones poco efectivas.
Entonces trabajaba para algo específico (cubrir mis cuentas).
Sabía exactamente cuánto esperaba que sea mi sueldo, y qué acciones hacer para mantenerlo. En la Universidad necesitaba aprobar 37 materias para terminar (otro objetivo específico).
En cambio, mis objetivos como emprendedor eran vagos: “libertad financiera”, “tranquilidad financiera para poder renunciar”, o “poder dedicarme a lo que me gusta”.
Un primer paso para emprender mientras trabajas es transformar esos objetivos en algo concreto: ¿cuánto deberías ganar con un negocio para alcanzar tu objetivo? ¿qué características debería tener ese negocio?
Aclarar el fin hace más fácil elegir los medios. No vamos a hacer algo que no contribuya al objetivo final y, al mismo tiempo, sabremos por dónde empezar; lo que facilita mantener el compromiso, la disciplina y la constancia.
#2. No sólo empieces un negocio mientras tienes un empleo: ¡empieza varios, y mucho antes de renunciar!
Si emprender trabajando es algo que te cuesta o que te preocupa, entonces nunca empezaste un negocio que realmente funcione, y aún te da escalofríos pensar en que tu y tu familia dependan de un negocio que pueda dejar de dar ingresos de un momento a otro.
No fuimos educados como emprendedores, y debes tener en cuenta esto a la hora de considerar emprender.
Aún no sabemos en qué tipo de emprendimiento daremos más resultados; si nos gustará vivir de algo que por ahora es un hobbie o si realmente hay interesados en lo que queremos vender.
Peor aún: no tenemos idea de qué implica crear y hacer funcionar un negocio —y confía en mí, las películas no son una fuente confiable ni el reflejo de la vida emprendedora—.
Intentar resolver todo esto junto en el momento en que renuncies puede ser abrumador y afectarte personalmente, perjudicar tus relaciones y los resultados que obtengas.
Emprender mientras trabajas no debe ser un problema, sino una oportunidad.
No te demores más, no dejes que trabajar sea un obstáculo y pasa a la acción, inicia muchos pequeños experimentos y negocios, aprovecha cada paso para eliminar los problemas, aprender a emprender y encontrar con qué negocios te sientes más cómodo.
#3. A quien madruga, Dios lo ayuda… a emprender a la par de su empleo
No te voy a pedir que te levantes a las 5am cada día (aunque a mí me haya funcionado).
Pero si quieres ser un emprendedor exitoso el día que renuncies y le digas adiós a tu jefe, debes asegurarte de tener un momento cada mañana para desconectar el piloto automático y conectarte con lo que estás buscando lograr.
El ejercicio de empezar cada mañana con un ritual de 15 minutos es el que tiene más impacto entre quienes trabajan, quieren emprender y se han sumado a nuestro Curso de gestión del tiempo y organización para emprendedores.
Esos 15 minutos al empezar el día sirven para:
- Revisar tu Misión Personal y tu lista de objetivos (los que escribiste en el #1).
- Pensar cómo alinear cada tarea del día a un objetivo concreto, y elegir la más importante.
- Reflexionar sobre cómo te fue el día anterior y qué podrías mejorar; aunque sea algo muy pequeño y aparentemente sencillo.
Estos 15 minutos son un hábito poderoso.
Hemos tenido la suerte de ver cómo, gracias a él, personas en todo tipo de trabajo pasan a la acción y empiezan proyectos que les cambian la vida. El secreto está en dejar de estimular la imaginación con ideas y empezar a actuar, aunque sea de a poco.
Una semana haciendo este ejercicio te ayudarán a ver con claridad cómo tendemos a funcionar en automático, y cuántos días se pasan sin dar siquiera un paso hacia adelante.
Al pensar formas de mejorar a diario, pasarás pronto de emprende-soñador a emprendedor, ¡incluso si hay que estar 8 horas en la oficina!
#4. Cambia las charlas de sábado por la tarde con tu pareja, ¡y cambia tu presupuesto!
Estás listo para dedicarte a emprender y dejar tu trabajo. Está decidido y quieres compartirlo con tu familia…
¡Zas!
¿Cuál es la respuesta que obtienes? ¡Una mirada terrible!
Entonces empieza el bombardeo de preguntas:
¿Cómo estás tan seguro de que va a funcionar? ¿Te va a dar lo que necesitas para vivir?
Aunque te preocupas un poco, intentas responder…
Sabes que estás luchando contra corriente, así que lanzas un argumento infalible: “No tengo problemas en ajustarme un poco hasta que esto despegue”. Y entonces llega el jaque mate:
¿Cómo vas a ajustar? ¿Vas a vender el auto? ¿O dejar de ir al cine?
Te quedas en silencio, porque sabes que son buenas preguntas:
¿Cómo vas a reducir tus gastos? ¿Qué tanto estás dispuesto a sacrificar hasta que tu negocio funcione?
No contar con el apoyo de tus seres queridos y no tener flexibilidad financiera son dos aspectos que la mayoría de los emprende-soñadores sumergidos en libros y planes de negocio no tiene en cuenta.
Sin embargo, cuando queremos salir al mundo y actuar rápidamente los recordamos porque impactan con fuerza sobre nuestra independencia personal y tranquilidad, (dos aspectos fundamentales para emprender trabajando).
¿Cómo puedes evitar estos dos problemas?
En primer lugar, no avances solo.
Comparte con tu pareja y con tus seres queridos todo lo que vayas leyendo y pensando sobre emprendimientos.
Invítalos a caminar y conversar, habla de esto en las comidas juntos y sé abierto sobre cómo eso va formando la manera en que te imaginas su futuro. Transmite tu entusiasmo, pero también tus preocupaciones.
Ten el coraje de ser vulnerable y pedir ayuda.
Por ejemplo, puedes leerles este post y conversar sobre cómo te gustaría encontrar una forma de emprender y trabajar, para luego poder renunciar sin riesgo. Esto no sólo permitirá que te entiendan, sino que también abrirá las puertas para que te ayuden.
Cuando llegue el día en que estés listo para renunciar ni siquiera tendrás que explicarles lo que vas a hacer; simplemente dirás: “Creo que ya es momento”. Ellos sonreirán y empezarán a organizar un festejo.
En segundo lugar, empieza a organizar tus finanzas como si ya dependieras de un negocio.
Muchas veces la seguridad de un sueldo mensual nos lleva a ser poco cuidadosos con nuestros gastos y nuestras deudas. Es importante que tomes conciencia de que para poder renunciar a tu empleo deberás tener control sobre tus finanzas personales.
La incertidumbre de un emprendimiento jamás puede ser eliminada de forma absoluta, pero sí puedes trabajar para tener un respaldo de emergencias y para que tu presupuesto y tus gastos sean flexibles. Si aprendes a vivir con lo esencial mientras trabajes, no te costará hacerlo cuando emprendas.
Por eso aplicar el minimalismo es un hábito fundamental para emprender.
Mejor aún, al simplificar tendrás una nueva capacidad económica para invertir en tu negocio y en ti mismo; podrás acelerar el crecimiento de tu negocio mientras trabajas.
Puedes usar esos fondos para delegar algunas tareas, adquirir herramientas o automatizar procesos.
En lugar de dejar las conversaciones y el ordenar tus finanzas para el final, ¡empieza ahora!
#5. Convierte tu empleo en un Parque de Atracciones y asegúrate de renunciar para no volver más.
Para emprender mientras trabajas no necesitamos saber más teoría de negocios, sino desarrollar las habilidades y hacerlas parte de nuestra naturaleza. Cuando adquirimos esta óptica, y entendemos realmente cuáles son esas habilidades, podemos empezar a utilizar nuestro trabajo como Parque de Atracciones y Campo de Ensayos.
Uno no puede ser emprendedor sólo 2 horas por día.
Por eso hablamos de «emprendedores que por ahora tienen un empleo «, y no de «emprendedores a medio tiempo». El paradigma emprendedor es muy útil en una oficina, y las oportunidades para mejorar aparecen a montones si sabemos verlas.
Así, por ejemplo, puedes empezar a ver a tu Jefe como un Cliente. Al hacerlo desarrollarás la capacidad de entender los problemas de otros y cómo tu trabajo ayuda a solucionarlos.
Si tu jefe es un cliente difícil, ¡mejor aún! Saldrás bien preparado. Puedes afrontar tu trabajo con la misma óptica: ¿cómo harías esa tarea si fuera parte de tu empresa? ¿qué puede optimizarse?
Al emprender trabajando hay muchas otras oportunidades. Puedes practicar tu capacidad de descubrir problemas escuchando a los clientes de la empresa o tus compañeros de trabajo.
Haz una lista de los conocimientos que quieres adquirir o las actividades que deseas perfeccionar y busca momentos en la Oficina para pulir ambas cosas.
¿En tu negocio futuro te gustaría dar charlas? ¡Ofrécete como voluntario para dar la próxima presentación del Proyecto en la Oficina y aprovecha la ocasión para pulir tu oratoria!
Muchos (malos) consejos te dirán que te organices fuera de la Oficina para emprender.
La realidad es que si quieres emprender en paralelo a un trabajo fijo lo mejor será que busques formas de aprovechar TODO tu día para mejorar como emprendedor.
No renuncies para tener tiempo para emprender, ¡renuncia para no volver nunca!
Estos son 5 consejos son extremadamente efectivos para emprender y trabajar.
La realidad es que en contextos en los que no sobran trabajos (y el desempleo es un problema serio), no queremos renunciar dudando sobre si nos arrepentiremos luego.
El objetivo es llegar a ese momento con hábitos emprendedores incorporados a nuestra naturaleza, y con la seguridad de que somos capaces de crear valor y solucionar problemas.
La mayoría de los libros famosos sobre emprendimientos están escritos en Estados Unidos, y dan consejos basados en un contexto completamente distinto al de Latinoamérica o España. Si eres un soltero viviendo Estados Unidos, puede tener sentido renunciar y en ese momento buscar aprender a emprender.
En otras situaciones, con cuentas y personas a las que cuidar, lo mejor es aprender a emprender mientras trabajas, y renunciar tranquilo.