Creatividad es una palabra que está de moda. Casi todas las revistas, no importa de qué tema, traen algún artículo al respecto. En la práctica suena como una buena idea: la creatividad puede aplicarse en cualquier área de nuestras vidas. La posibilidad de encontrar nuevos caminos, idear opciones y ver alternativas a cómo hacemos las cosas a diario puede impactar directamente nuestro crecimiento como personas o emprendedores. Pero, sin embargo, la mayoría de los artículos sobre creatividad caen en repetir el mismo grupo de ideas una y otra vez y, aunque hayamos leído varios, nuestra habilidad no parece cambiar. Es como si existiese una brecha entre la idea de cretividad y nuestra capacidad de ser creativos, y los consejos que encontramos son superficiales o generales.
¿Cómo superamos esta situación?
Siguiendo el 1° de los 3 caminos que existen para aprender: hablando con quienes ya son creativos, y buscando comprender cómo se da la creatividad en la práctica, cuáles son los obstáculos que podemos no estar viendo y la manera de superarlos. Una de las reglas que fijamos para este camino es buscar no a quienes dicen saber de un tema, sino a quienes efectivamente lo aplican con éxito en su vida personal. No a los expertos con muchos títulos, sino a aquellos que viven las prácticas que nos gustaría vivir. Con esa esperanza nos acercamos a conversar con Lisandro Bregant, gracias a una sugerencia de Ariel Goldvarg, otro creativo rosarino que estuvo en Superhábitos hace un par de meses. Y vaya que valió la pena.
Lisandro es, definitivamente, una persona única.
Más allá de una historia profesional de lo más variada, captó nuestra atención el ver la manera en que trabaja sobre la creatividad. Lisandro es un experto en pensamiento creativo, columnista de Radio Continental Rosario, consultor de comunicación para empresas y un autodenominado no-conferencista. A la hora de trabajar la creatividad no le gusta tanto hablarla como vivirla, y llevar a otros por ese proceso. Por eso fundó el Laboratorio de Creatividad Itinerante, una plataforma de investigación y talleres sobre procesos creadores y movimiento. ¿Qué tan único es el enfoque del Taller de Creatividad Itinerante? Lo suficiente como para que su participación en Xperiencias de TEDxRosario se denominara «Tour Gastronómico Creativo» y haya involucrado un colectivo, mucho papel y lápiz, tragos y comidas.
Después de ver esas fotos, no podíamos no tener ganas de invitar a Lisandro a la Comunidad a compartir un poco de su historia, enfoque y lecciones sobre creatividad. Superhábitos es, después de todo, una Comunidad de personas únicas haciendo realidad emprendimientos, y de Lisandro podemos aprender sobre creatividad, y también sobre cómo se puede crear proyectos y vivir de aquello que amamos y disfrutamos hacer. Fiel a su idea no dar conferencias, Lisandro tampoco realiza entrevistas a través de vídeo. Así que nos las ingeniamos y decidimos hacer un ping-pong de preguntas y respuestas por mail entre Salta y Rosario. Luego de casi 2 meses, les presento el resultado. Ojalá lo disfruten tanto como lo disfruté yo :)
Empieza el ping-pong:
Matías: ¡Lisandro! Bienvenido a Superhábitos :) Nos alegra un montón tenerte por acá. Cualquier persona que se encuentre con tus talleres, posts y columnas seguramente va a quedar sorprendida por lo único de tu enfoque. Si tuvieras que ponerlo en un par de oraciones, ¿cuál dirías que es la idea central de todo tu trabajo?
Lisandro: Bueno, antes que nada muchas gracias por la invitación. Si tuviera que ordenar en un par de palabras la idea central de mi laburar tendría que nombrar como central al ejercicio de no perder de vista lo artesano del pensamiento. De la importancia que todo proyecto que se emprenda tenga esa escala. Hablo de cierta artesanía del pensamiento como contrapunto a la apropiación -muy presente en el mercado creativo argento- de pensamientos enlatados/importados de países con mejor marketing sobre «lo creativo». Me interesa un pensamiento coherente al lugar del globo donde te tocó nacer. Esa premisa se aplica tanto sea que armes una capacitación o diseñes una silla por encargo. Creo que es la base para todo accionar sin artificios y es brújula en todo lo que planteo. O por lo menos trato que sea así.
También creo en el desarrollo de una visión poética. De herramientas, referencias, experiencias reales no necesariamente diplomadas. Una mirada que se escape de las lecturas viciadas del día a día y que se base en el trato enriquecido con los materiales que llegan a tu vida. La importancia del componente poético es tal porque ahí se asientan las bases de toda creación futura. Me gusta decir que el acto expresivo es en cierta forma la infancia de la creatividad.
Matías: Todo lo que mencionás me parece interesante, y hasta sorprendente. Está muy de moda (tal vez enlatadamente) hablar de creatividad e innovación, pero nunca escuché hablar de lo poetico, el componente artesanal o pensar desde el lugar del globo en que uno vive, ¿cómo llegaste a estas ideas y tuviste el coraje de ponerlas en práctica? ¿Qué te inspiró?
Lisandro: Viví en Buenos Aires unos años, ahí estudié Publicidad (un terciario) y en paralelo me formé con artistas varios (escritores, iluminadores teatrales, dramaturgos, guionistas, contenidistas). En el segundo año de cursada de Publicidad, comencé a ser ayudante de cátedra en una materia de pensamiento creativo. Me di cuenta rápido que había muchas maneras de contar las cosas, y que eso implicaba una gran responsabilidad, y tener la realidad paralela del ámbito poético-artístico me ayudó a darme cuenta que las cosas se pueden encarar con más nobleza. Así que a partir de ahí, empecé desde dentro del instituto publicitario a bajar cierta metodología en las clases que era ayudante, y al tercer y último año de la carrera, ya estaba dando mis talleres en el interior del país y armando contenidos por mi lado. En el principio el motor fue: «se pueden hacer las cosas de otra manera». Y también fue el horror de ver como algunos docentes bajaban datas teñidas de mediocridad y poco vuelo. Así que después de quejarme un buen rato, decidí proponer alternativas.
Matías: ¿Y cuándo «viste» con esa claridad al proceso creativo por primera vez?
Lisandro: Lo que vi con claridad era que se podía hacer las cosas de otra manera. No se si vi con claridad al proceso creativo. Entendía por donde no era. Y a partir de allí fui construyendo. Luego el diálogo, la puesta en común, la investigación, el armado de talleres y colaboraciones con otros pares te dan el pulir ciertas cuestiones. Las horas invertidas en trabajo fuerte no van al tacho. Siempre es ganancia, más allá que en algunos momentos no acompañen los resultados.
Matías: ¿Cómo eso afectó la manera en que gestionás tu trabajo y talleres?
Lisandro: Afecta en que trabajo muchas horas previas encima del taller, afecta en que no doy dos veces la misma capacitación, no repito contenidos y estoy hasta el día anterior reescribiendo cosas. Todo lo que desarrollo en el campo de la creatividad lo vivo como un gran ejercicio.
Matías: Cuando trabajás con personas en tus talleres, usando este enfoque, ¿cómo notas que cambia la forma en que ven sus proyectos o emprendimientos?
Lisandro: Las personas que vienen a los talleres trabajan ese enfoque que es meramente un cambio de cristal con el que se miran las cosas. Es un espacio de nutrición y ejercitación breve. Cosas puntuales, para resultados puntuales. Y lo que suceden en esos espacios es que la gente sale regulando, con ganas de comerse el mundo, o replanteando seriamente su camino. Mis talleres de creatividad no son entretenimiento, no buscan hacer reír o subir la autoestima, no buscan vivir del bolsillo del participante. Se plantean metas breves y de alto impacto. Busco que el participante vea y pueda dominar en esas horas del taller un circuito, que pueda entender y formar parte de un modo de llevar a cabo de cosas. Vemos que una startup o un cerrajero medieval, con diferentes materias primas, plantearon una matriz de resolución de problemas similar. Nada se inventa, todo es combinación. Por eso para que un acto creativo sea tal, tiene que haber un porcentaje alto de «consumo» de información. Saber de cosas. Y ahi es donde prefiero en mis talleres hablar 5 minutos de un cerrajero medieval y no de técnicas prefabricadas.
Matías: Mencionas que en todos estos casos la matriz de resolución de problemas es la misma, ¿podrías escribir o contar cómo sería esa matriz de resolución de problemas que ves en situaciones concretas?
Lisandro: La matriz, si se quiere es de doble entrada. Una entrada es la variable información y la otra es la variable combinación. Creación es encontrar nuevos caminos, soluciones, maneras de ver. Y para eso necesitás tener material previo, consumo de información, desde la lectura, mirar series, televisión, frases de Moria Casán. Todo suma. Es necesario tener un buen corpus de información. Luego está el otro 50%, que es la capacidad de combinatoria, la plasticidad con la que se unen diferentes unidades de sentido. Esas dos esferas son las que se entrenan en mis talleres y las que por mi experiencia funcionan. Porque son herramientas universales que responden a principios base: conocer y experimentar.
Matías: Lo que mencionás de la variable información, puntualmente, me llama la atención. Normalmente se menosprecia a las fuentes de información menos «intelectuales» (como las célebres de Moria Casán). Otro tema, en esa misma línea, es que al salir a buscar información uno puede caer en «más de lo mismo», quedandose en temas, medios, formatos o estilos que a uno le resultan cómodos por gusto o tradición, ¿qué recomendarías al respecto? ¿es necesario romper con esto un poco? ¿cómo lo harías si es así?
Lisandro: Para el tema de la información, la frase que escuché y me gusta implementar viene de un consejo de un escritor que dice «también hay que leer libros malos». Porque del contrapunto uno puede ir formando un criterio de las cosas. Cuando uno se acostumbra a leer genios, uno se olvida que el mundo también es habitado por mediocres y desangelados. Es bueno ir a ver obras de teatro de pésima factura. De hecho lo hice hace unos días. Y uno viendo la carencia de un actor, refuerza conceptos o ideas que uno tiene sobre cierto tema. El contrapunto nos ayuda a valorar mejor los materiales. El espíritu crítico, el criterio, es una herramienta muy importante. Podés tener grandes condiciones y un talento descomunal, pero si te falta criterio, vas a estar girando y forzando el engranaje incorrecto.
Matías: Está la visión de que los genios y desangelados, como mencionás, vienen de fábrica. Nacés con estrella o estrellado. Vos mencionás que el criterio y espíritu crítico son herramientas fundamentales, y trabajas sobre eso en los talleres: ¿dirías entonces que ambas cosas pueden enseñarse y aprenderse? ¿Hay esperanza para los desangelados?
Lisandro: Entiendo a los angelados como a las personas con picardía y conciencia. No a los tocados por algún dios. El talento existe y hay virtuosos de todos colores. Pero el talento por el talento mismo es una vulgarización, un derroche. Son esos pibitos que van de Susana Gimenez y tocan el piano como autómatas. Hay una sobrevaloración del talento. Saber encauzar el talento o el desarrollo de experiencias en pos de un fin superior, es lo que creo valioso y trabajo mucho ese recorte del campo de la creatividad. Y creo que el tema del talento preocupa a la persona que le vendieron que los iluminados ganan o mueven el mundo. Y lo cierto es que esos iluminados son, en su gran mayoría, sujetos aptos para la exposición mediática. Hablan, sacan libros, ponen frases. Hacen el laburo sucio a cambio de unas muy buenas monedas. Giran como pollo al spiedo y cuando saturan el mercado, se da paso a otro «iluminado». Y así. Esos no giran la rueda de mundo, giran la rueda del mercado y la comunicación. Los que hacen girar el mundo son los laburantes, la gente de oficio que hace planos e innovaciones anónimas en sus pueblos del interior del país. Son evangelizadores de información sin proponérselo, por el sólo empuje de sus mañas y rebusques. Un Almafuerte es un ejemplo de esos (el poeta Pedro Bonifacio Palacios). Gente que gira las ruedas correctas porque entiende su época aunque pasen décadas para que se pueda llegar a afirmarlo.
Matías: En tu respuesta recién mencionaste lo valioso de «saber encauzar el talento o el desarrollo de experiencias en pos de un fin superior», ¿cuál es ese motivo detrás de tu trabajo? ¿lo pensaste alguna vez o lo tenés plasmado de alguna manera?
Lisandro: Los motivos que persigo y que funcionan como escuadra y medida de lo que hago son la sinceridad y la simplicidad en la acción. Mantenerlo honestos y simples a los proyectos es una métrica que me ayuda a pulir mi trabajo. Dos herramientas puntuales. Sinceridad en la puesta en palabra de lo que hago, de la manera que lo comunico, que lo negocio. Simplicidad como motor para rebajar innecesarias complejidades que por ahí surgen cuando uno trabaja largos períodos sin contacto con otra gente. Mantener simple y sincero. Dos herramientas que humanizan la profesión y mejoran la experiencia de intercambio con los demás.
Matías: Leyendo tus motivos entiendo un poco mejor de dónde surge el Laboratorio. Tal vez si alguien ve tu trabajo ahora lo siente como inalcanzable, porque es difícil imaginar cómo lograste que abordar la creatividad con un enfoque tan particular sea tu trabajo. No debe haber sido fácil en los primeros pasos, ¿qué consejos le darías a alguien que tiene un mensaje en el que cree – como vos en este – pero que siente que no hay un espacio como para poder vivir de eso donde está?
Lisandro: El mensaje es: cuidá tu producción por sobre todas las cosas. Las horas y la calidad de las propuestas que trabajes no tienen vencimiento y son tarjeta de presentación siempre. Si no se puede vivir de eso, no abandones el ejercicio de crear y producir. Chéjov, Laiseca, el Borges mismo e innumerables artistas eran personas que hacían changas y siempre recomendaban tener un trabajo para mantenerse, para que tu producción no dependa de tu pan y de esa manera seas lo más independiente que puedas a la hora de crear. Puede parecer una reflexión extrema. Yo rescato la parte que si no podés vivir de tus producciones, trabajá para tener un arroz y una cebolla y un alquiler. Y el tiempo se hace siempre para producir. «Aire, luz, tiempo y espacio» de Bukowski habla un poco de eso.
Matías: Me acabo de dar cuenta también que no te pregunté, en todo el camino hasta acá, cuál es el rol que tiene la tecnología para vos en el proceso creativo, ¿impacta la existencia y disponibilidad de internet? ¿cuánto usas la computadora o los celulares a la hora de afrontar esta problemática?
Lisandro: En mi caso influye hasta un cierto punto. Continúo con el papel y la birome. El celular para ciertas notificaciones, el mail y ciertos archivos pdf que me alivianan el andar. Pero el contacto y las notas con el papel tienen algo poderoso: la herencia del registro. Uno imprime un gesto en tinta y es un acto de propiedad muy fuerte sobre el papel. Algo primigenio. La barrita titilando y la informática no entiende de eso. Y mejor que así sea. La tecnología viene a plantearnos nuevos escenarios. Para las viejas mañas ya estamos nosotros.
En cuanto al trabajo, cuando tengo que laburar en algo en particular de entrega fuerte y al corto plazo. Es puro analógico. Casi ni existe la PC. En los períodos de investigación previa y demases, la PC se come al papel. Eso a modo de graficar ciertas proporciones.
Matías: ¿Y en los períodos de uso de la tecnología, cuáles son las 5 aplicaciones o sitios que más útiles te resultan?
Lisandro: En sitios y aplicaciones:
- Notepad – no encontré programa/aplicación (y probé varios) que sean más limpios y minimal para escribir.
- Adobe Illustrator – como aliado para realizar las maquetas de presentación a cliente
- Bandingserved.com – una página de referencias visuales que hace una selección de lo mejor de los portfolios Behance,
- Wikipedia (no como fuente sino como referencia, si uno tiene un par de indicios wikipedia te devuelve un cierto orden de información, eso me resulta de gran utilidad).
- Xataka.com – miro reseñas o noticias en general de tecnología
- Sintelevisor.com – fundamental, ya que en casa no hay.
Matías: ¿Y libros? ¿Qué le recomendarías a los lectores de Superhábitos?
Lisandro: Siempre es difícil la recomendación. Se me ocurren dos infalibles. Y de dos rangos de precio diferentes.
- uno que complejiza y enriquece: «Diccionario de símbolos» de Eduardo Cirlot, editorial Siruela -;
- y otro que simplifica y enriquece «Meditaciones» de Marco Aurelio, editorial Taurus.
Muy útiles para hacer lecturas no convencionales/esporádicas y para recurrir en momentos de bloqueo o falta de lucidez. Ambos tienen la capacidad de comunicar en dos baldosas y ser un gran muestrario conceptual.
Matías: Para terminar, ¿cuál es tu hábito más importante?
El hábito de corregir.
Matías: Gracias Lisandro.
Lisandro: A vos.
—- Fin Ping Pong —
Antes de terminar, tengo que hacer una confesión: Los intercambios con Lisandro duraron 2 meses por mi culpa. Cada respuesta que recibía me dejaba pensando unos días. No es común encontrar un enfoque tan profundo, honesto y real como el que Lisandro tiene sobre creatividad, y creo que cualquier emprendedor (o futuro emprendedor) puede sacar muchas pautas para desarrollar su capacidad de generar ideas realmente útiles, reformarlas y llevarlas al punto en que se convierten en realidades. Especialmente quiero rescatar 3 ideas:
- Cómo volvió a surgir la idea de que hay consumir fuentes de información variadas para poder ser creativo. Esto surgió también en el dialogo con Ariel Goldvarg y con Felicitas de Zavalía. Leer todo el día libros de negocios es, definitivamente, una pésima idea si estamos buscar crear un Proyecto que sea único.
- Corregir como hábito, y su conexión con el consejo # 1 para quien intenta crear un Proyecto que desafía lo común: cuidar la producción y lo que ofrecemos.
- El poder del ejemplo de Lisandro como muestra de integridad personal que se expande a cada faceta del Laboratorio: modalidad, temáticas, formas de presencia, etc. Desde que conocí a Lisandro se ha vuelto un caso paradigmático para mí de que se puede vivir e impregnar cada actividad de lo que creemos. Lo que importa para crear Proyectos no es si alguien da o no conferencias, sino la calidad de su propuesta. La de Lisandro es excelente.
Bajando esto a la práctica, podemos pensar 3 hábitos a desarrollar:
- Incorporar a nuestro día a día lecturas, música o películas distintas a las que vemos normalmente.
- Mirar cada producto que generamos con la pregunta: ¿está esto a la altura de lo que quiero ofrecer? Si no, corregir.
- Conocernos mejor y no tener miedo a ser fieles a nuestras ideas y creencias, y animarnos a construir emprendimientos que las incorporen. Sólo así surgen proyectos únicos.
Y, por supuesto, gracias a Lisandro de nuevo.
Mati
PD: Los que quieran contactar a Lisandro pueden hacerlo a través de su Blog o Twitter. Si están en Rosario, les recomiendo averiguar cuándo se dicta el próximo taller :)
PD 2: Esta ha sido una nota diferente, y nos interesa saber su opinión: ¿cómo es el proceso creativo para ustedes? ¡Escriban un breve comentario abajo y nos cuentan!