“No soy el tipo de persona que hace ejercicio”, “no me sale, simplemente no es lo mío”, “nunca voy a poder correr como él, no puedo”.
Toda mi infancia y gran parte de mi adolescencia me sentí así y me dije esas cosas. Y sufrí mucho por eso. Me sentía débil, incapaz. Miraba a otros corriendo largas distancias, jugando con gran habilidad y naturalidad a distintos deportes, y pensaba dos cosas: que eso nunca me saldría a mí, y que quería que me tragase la tierra cuando debía enfrentarme a una demostración de destreza física (algo muy común en las clases de gimnasia del colegio). Hasta el día de hoy no creo ser una persona con una habilidad natural para los deportes, ni creo tener destrezas físicas naturales. Pero ya no me siento incapaz, ya no siento no poder. No hay personas a las que “les sale” y otras a las que “no les sale”. ¡Todo es práctica y preparación! Y esto se aplica a cualquier ámbito de la vida. Así como con el tiempo descubrí que quienes corrían largas distancias lo hacían entrenando mucho, ahora sé que para todo hay que prepararse y entrenar duro, un poco todos los días.
Nada significativo puede lograrse de un día a otro, sin poner esfuerzo y práctica constante.
Nadie corre 15km el primer día que sale a correr. Todas las personas que vemos que hacen maratones, escalan cerros altísimos, son los mejores en algún deporte, son personas que trabajan duro y entrenan todos los días. ¿Te lo imaginás a Ginobili sentado en el living de su casa diciendo “mmm, no, hoy no voy a ir a entrenar, está lloviendo y hace frío, mejor voy mañana”? Después de varios años logré vencer muchas esas excusas e inseguridades. Hoy ser deportista no es mi principal característica, pero he logrado convertir el ejercicio y el cuidado físico en parte de mi vida diaria, y disfruto de sus beneficios: disfruto de tener más energía, de dormir mejor, de poder concentrarme más que antes en mi trabajo, de verme y sentirme mejor. Y no fue difícil. Pero nos cuesta porque no lo encaramos de la mejor manera. Tenemos expectativas altísimas, pretendemos ser en dos días como aquellos que hacen deporte desde niños y entrenan a diario. Es fácil, si lo hacemos paso a paso y nos comprometemos con el proceso y entendemos por qué es importante estar bien físicamente.
Para emprender tienes que ser fuerte
La idea de este artículo no es impulsarte a que hagas ejercicio por tu cuenta, o que comiences un gimnasio; tampoco es que bajes de peso o te vuelvas más musculoso. Tu objetivo lo definirás vos. Lo importante es que entiendas que es fácil transformar el cuidado físico en parte de tu vida y que aplicando estrategias simples, podrás convertirte en una persona más fuerte capaz de resistir lo que sea que aparezca en tu camino emprendedor ;) Prestar atención a lo que comemos, hacer ejercicio con regularidad, ser activos y estar en equilibrio debe ser parte de tu vida si querés vivir muchos años, construir algo significativo y estar para las personas que querés. No se trata solo de “verse bien”. Se trata de estar bien, de ser fuertes, de tener energías y foco para el proyecto que estamos construyendo (aunque tampoco hay que tener miedo de decir que queremos vernos bien, ya que si nos sentimos mejor con nosotros mismos nos da seguridad y motivación). Hacer del ejercicio y el cuidado físico una constante en nuestro día a día es fácil. El problema es que nos ponemos excusas, creamos obstáculos y nos olvidamos de lo importante que es. Lo hacemos complejo. Cuando yo me decía “no soy el tipo de persona que hace ejercicio” o “no puedo”, estaba alimentando mis miedos y creando obstáculo tras obstáculo donde no los había. Aún lo hago cuando algo me cuesta, pero ahora soy consciente y puedo trabajarlo.
Las 8 excusas más comunes
Algunos de los obstáculos que inventé alguna vez y que son las excusas por las que no estás haciendo ejercicio son:
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«No tengo tiempo»
Este es un pretexto muy común, el más común de hecho. Por más que trabajes todo el día, no es cierto que no tenés tiempo para hacer ejercicio. Se puede mejorar el estado físico y disfrutar de los beneficios que trae poner el cuerpo en movimiento con sólo unos minutos al día. Pueden ser 20, 15 o hasta 5 minutos diarios. ¿En serio no tenés 5 minutos todos los días para hacer ejercicio? Incluso si realmente no tuvieses tiempo durante el día, sería tan fácil como levantarte 5 minutos antes de lo habitual.
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«No me divierte, me aburro rápido»
No se supone que las cosas que nos hacen bien sean divertidas de por sí. Pero sí te aseguro que todo se puede hacer divertido. Quizá tenemos la imagen de la persona en el gimnasio, levantando pesas, haciendo 20 repeticiones de un ejercicio, descansando un minuto y volviendo a hacer otras 20 repeticiones del mismo ejercicio y así por una hora. No suena muy divertido. Pero añadiendo algunos elementos podemos convertir cualquier actividad física en algo que nos entretenga y divierta. Podemos hacer ejercicio con algún amigo o amiga, entonces tener una conversación agradable durante ese tiempo. También podemos tener listas de reproducción con música que nos inspire y escucharla siempre que hagamos actividad física. O simplemente podemos elegir una actividad que sea más divertida que otras: hacer tae bo es en sí mismo más divertido que levantar pesas (claro, depende del gusto de cada uno). ¿Te aburre o en realidad mientras hacés algún ejercicio estás pensando en todo lo que tenés que hacer más tarde y querés terminar rápido?
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«Es demasiado esfuerzo»
Esta es una excusa que casi siempre está dando vueltas pero es la que menos expresamos. Y no puedo desmentirla, pero sí puedo decirte que no es del todo cierta. Por supuesto que es esfuerzo. Pero todo lo que hagamos si lo hacemos con un propósito claro y nos hace bien requiere esfuerzo. Lo que muchas veces no sabemos es que aunque suena incómodo, el esfuerzo va decreciendo con el tiempo. Si comenzás a hacer flexiones de brazos y te comprometés con un proceso de un mes por ejemplo, el primer día quizá hagas sólo 10 flexiones, con mucho esfuerzo. Luego de una semana podrás hacer esas 10 muy tranquilo. Y al cabo de 30 días, además de que seguramente habrás aumentado la cantidad de flexiones que logras, hacer 10 flexiones será algo muy fácil.
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«Me da vergüenza que me vean»
Cuando salgo a correr me siento muy insegura porque aún no logro gran resistencia corriendo, me cuesta bastante y me resulta desafiante. Esa inseguridad hace que perciba que todas las personas que pasan por la calle o cerca de mí están observándome. Seguramente cada uno está pensando en sus cosas y les importa muy poco quien está en la calle corriendo. Menos aún notan mi falta de experticia. Pero en mi mente son muchas personas mirándome y pensando “mirá qué mal que corre esa mujer”. Es normal sentir vergüenza al exponerse en frente de muchos otros. Más aún cuando estamos haciendo una actividad que nos resulta un desafío y nos cuesta. Pero hay que tener claro que es muy probable que a todas las personas que sentís que te están mirando no les intereses y estén demasiado preocupados por sí mismos como para prestarte atención. Incluso puede que también se sientan observados por vos :) Si realmente querés hacer ejercicio y que se vuelva un hábito, debes preocuparte más por lo que estás haciendo que por lo que los demás pueden estar pensando.
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«No encuentro motivación»
En el día a día, es fácil decir “hoy no tengo muchas ganas, mejor hago ejercicio mañana”. Y así pueden pasar días y días, meses y hasta años. Si no nos conectamos con lo que más nos importa, con el propósito de lo que hacemos, seguramente viviremos en el día a día y nos olvidaremos de por qué era tan importante salir a correr los lunes. Yo pude cambiar de ser una persona a la que «no le sale hacer ejercicio», a ser fuerte y estar en forma como algo normal, porque me conecté con lo que más me importa:
- No puedo construir un proyecto significativo (Superhábitos) y dedicarme a ayudar a otros a superar problemas y comenzar sus emprendimientos, si no tengo energías o foco y estoy cansada.
- Para llevar adelante mi proyecto más importante, mi familia, quiero estar bien, tener energías para jugar con mis hijos, deseo vivir muchos años sana para poder disfrutar de mi familia de forma activa.
Cada vez que siento pereza de salir a correr, pienso en esas dos cosas y automáticamente me siento motivada y, aunque me cueste, salgo.
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«Siempre que intento hacer ejercicio, no veo cambios en mi cuerpo y me frustro y dejo»
Nunca veremos resultados si no nos comprometemos con una rutina, la mantenemos un tiempo y medimos los cambios. Muchas veces pensamos que un ejercicio no funciona porque lo hicimos durante dos semanas y subimos de peso. Pero no prestamos atención a que subir de peso no es un indicador que pueda tomarse de forma aislada para decidir si un ejercicio es bueno o malo. Podemos subir de peso porque aumentamos nuestra masa muscular con ese ejercicio, y eso es sumamente positivo, por ejemplo. Pero sentimos que no hay buenos resultados entonces cambiamos, y hacemos 2 semanas otro ejercicio y pasa nuevamente lo mismo. Mientras tanto, no controlamos lo que comemos y no vemos que eso en combinación con el ejercicio también influye en los resultados que tengamos. Si queremos ver resultados, debemos tener claro qué buscamos y saber medirlo.
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«Estoy demasiado cansado cuando llego a casa»
Esto es, además de una excusa, un mito gigante. Es cierto que podemos llegar cansados a casa y pensar que como estamos cansados y sin energías, no podemos hacer ejercicio. Sin embargo, cuando tenemos hábito de hacer ejercicio regularmente, tenemos más energía en el día a día. Muchos emprendedores lograron mantenerse en trabajos en relación de dependencia de 9 horas al día y construir su proyecto en simultáneo dado que mantuvieron el ejercicio como hábito cotidiano y gracias a eso tenían más foco, ideas y energías.
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«No tengo la ropa necesaria»
¿Realmente pensás que sin determinada ropa no podés salir a caminar? ¿Pensás que es indispensable salir de casa o ir al gimnasio para hacer ejercicio? Creo que no hace ni falta que diga nada más sobre esta excusa ¿no? ;) Todas estas excusas por las que no estas haciendo ejercicio no son más que trabas que ponemos en nuestro camino. Tenemos miedo a desafiarnos. Tenemos miedo a ir un paso más allá. Creemos que no podemos y lo volvemos complejo. Nos desconectamos del propósito de lo que hacemos. Y nos olvidamos lo clave que es tener un cuerpo fuerte para construir grandes cosas.
Cómo comenzar hoy
Estar bien físicamente es fácil, podés lograrlo con unos minutos cada día y estando atento a algunos detalles. Ahora que sabés que eso que te está frenando es una excusa, una mala idea o un mito, podés avanzar y comenzar hoy a cambiar tu situación. Si ya hacés ejercicio habitualmente, creo que el punto 1 puede servirte para mantenerte motivado e incluso animarte a ir un paso más allá y desafiarte :) Son 3 pasos muy simples:
1. Conectate con tu Proyecto más importante:
Puede ser tu familia actual, tu familia del futuro, tu emprendimiento, lo que sea que sea muy importante para vos y para lo cual quieras ser una persona fuerte y llena de energías.
2. Definí ahora cómo vas a comenzar:
Como te dije, podés mantener este hábito con unos minutos al día. Vamos a lo más simple, definí un tipo de ejercicio que puedas hacer en 5 minutos. Si estás comenzando desde cero, no intentes hacer más. Sólo 5 minutos por día. No te sobre estimes, no tengas expectativas gigantes. Comprometete con un pequeño paso cada día, y un paso a la vez lograrás grandes cosas.
Te doy algunos ejemplos y aplicaciones que podés descargar en tu celular y hacerlo más simple aún: • Flexiones de brazos. • Caminar alrededor de la cuadra de tu casa. • Ejercicios con pesas. • Sentadillas. • Abdominales. • Saltar la soga. • Correr. • Andar en bicicleta.
3. Definí tu disparador, la conducta clara y una recompensa:
Esos tres elementos son clave para consolidar cualquier hábito. Te los explico y te dejo un ejemplo para que lo definas en tu propio caso ahora mismo.
- Disparador: es lo que va a disparar o recordarte que debes hacer el ejercicio que definiste. Ej. A penas me levante…
- Conducta clara: lo que vas a hacer debe ser específico y medible. Ej.: haré 30 flexiones de brazos. O haré flexiones de brazos durante 5 minutos.
- Recompensa: para que una acción sea adoptada como algo positivo y la repetición ayude a fijar el hábito, debes establecer una recompensa. Algo que disfrutes y te guste mucho que harás cuando hayas cumplido con la acción. Ej.: veré un capítulo de The Big Bang Theory.
Entonces, debes tener un enunciado similar a este: Todos los días a penas me levante haré 30 flexiones de brazos y cuando cumpla con ello, ese día podré ver un capítulo de The Big Bang Theory.
4. Comprometete con alguien a hacerlo todos los días durante 7 días.
Una de las mejores formas de generar compromiso es exponerte en frente de otros y tener a alguien que te acompañe o esté al tanto de si cumples o no. Exponernos nos genera una presión más fuerte que el compromiso con nosotros mismos. Te sugiero que elijas alguna de estas dos modalidades:
- Pedile tu amigo/amiga, novio/novia que te ayude en este proceso.
- Publicá en tu muro de Facebook, en alguna red social o enviá un mail a muchas personas.
En ambos casos, comentá lo que te propusiste hacer, comentales que los mantedrás al tanto todos los días y pediles que estén atentos y te pregunten cómo vas cada día. Si deseás ir un poco más allá, podés acordar con un amigo que por cada día que no cumplas, le pagarás X cantidad de dinero. Te aseguro que esto genera más compromiso aún ;) ¿Listo?
Si te parece que estos pasos son simples y útiles, ponelos en práctica y/o compartilos con quienes creas que puede servirle.
Contáme en los comentarios cómo vas comenzar hoy :) Yo me voy a correr, ¿vos?