«No importa tanto ‘lo que dices’, sino ‘cómo lo dices’ y ‘qué transmites cuando lo dices'»
Carlos Bonduri.
¿Sentiste alguna vez un nudo en la panza antes de dar una exposición oral o de hablar frente a muchas personas?
¿Pensaste durante alguna clase que en realidad no tenías nada que decir y te quedaste callado?
¿Te juzgaste a vos mismo diciendo que no sabes hablar adecuadamente?
La oratoria no es una capacidad innata. Como todo en esta vida, es algo que se desarrolla y gradualmente se mejora.
Durante muchos años me ruboricé cuando tenía que hablar frente a muchas personas, pero luego de mi primer año en la facultad y varios finales orales, decidí inscribirme en un Curso de oratoria.
Si bien algunos conocidos ya lo habían hecho antes, me generaba cierta intriga y tal vez timidez el proceso que podía implicar. Pero en ese momento, y ahora con seguridad puedo afirmarlo, ya tenía la idea de que la oratoria es de las mejores herramientas que podemos llevar con nosotros.
Así fue que me inscribí y comencé.
Fue un mes con experiencias muy divertidas y enriquecedoras, pero no es lo que voy a desarrollar en este post.
La oratoria, más que una técnica, es un arte. Como tal, implica elocuencia, persuasión y una real conexión con las otras personas, en este caso, por medio de la palabra.
Voy a darte 5 consejos básicos que aprendí en ese curso y que, seguramente, vas a poder aplicar en tu día a día ;)
Ser un buen orador implica tener en cuenta tanto las palabras que usas, como tu tono de voz y el lenguaje corporal.
Enfoquemos cada uno de estos puntos desde los siguientes consejos:
#1 Primero pensá, después hablá. Parece una tontera pero es fundamental. Antes de emitir cualquier palabra, es clave que tengas una idea global de lo que querés transmitir. Desde esa idea central se encadenan las demás.
Si estando frente a un público tenés las ideas ordenadas en tu cabeza, te va a resultar más fácil mantener la fluidez del diálogo.
#2 Usá las palabras más adecuadas. No es lo mismo dirigirse a un público de adultos, que a uno de niños. Tampoco es lo mismo estar disertando en un congreso en Colombia que en una TEDx en Mendoza. Tené en cuenta las personas a las que estás dirigiendo y elegí las palabras más adecuadas para ese grupo.
El peso e impacto de las palabras que uses es una de las herramientas más grandes que tenés.
#3 Usá la intensidad para transmitir emociones a los demás. Esto es clave. Podes aburrir a todos los presentes en sólo 5 minutos, como podes mantenerlos atentos y expectantes durante una hora entera. El volumen de tu voz no sólo transmite emociones, sino que también le da una intención a lo que estás diciendo.
Usándolo estratégicamente, tu mensaje va a llegar más profundamente al público.
#4 Acompañá tus palabras con el lenguaje de tu cuerpo. ¿Sabías que, de un mensaje, el 60% lo transmitís con tu cuerpo? Esto puede favorecerte o jugarte en contra.
Si querés convencer a una audiencia de que estás feliz de estar ahí, pero te encontrás de brazos y piernas cruzadas, es muy poco probable que alguien crea en lo que decís.
La integridad es clave aquí, ya que te permite mantener la coherencia entre tus palabras y tu cuerpo. Así también, existen muchos libros y videos en los que vas a poder sacar jugo a esta herramienta para potenciar tu mensaje.
Allan y Bárbara Pease escribieron uno de los libros más conocidos sobre este tema, podes leerlo acá. Y Amy Cuddy nos enseña cómo aprender a manejarlo, en esta charla totalmente recomendada de TED.
#5 El momento para prepararse es antes, evitá el miedo. Ya pensaste en el tema del que ibas a hablar, reflexionaste acerca de las palabras y tenés claro que el tono de voz que uses hace al mensaje.
Con eso ya tenés gran parte del trabajo hecho. A esto sumale visualizar la situación antes y, en ese momento, considerar a las personas presentes como si fuesen tus amigos (manteniendo así tu lenguaje natural y no enroscándote en palabras complejas).
Entonces, para la próxima vez que tengas que hablar en público recordá:
#1: Primero pensar, después hablar.
#2: Usar las palabras más adecuadas.
#3: Usa la intensidad para transmitir emociones a los demás.
#4: Acompaña tus palabras con el lenguaje de tu cuerpo.
#5: El momento para prepararse es antes, evitá el miedo.
Animáte a salir de tu zona de comodidad y aplicar estos consejos :)
¡Es realmente divertido!