«¿Cómo organizarme desde cero?» es una preocupación que todos enfrentamos en algún momento.
Realmente sentimos que estamos en cero, que no nos alcanza el tiempo para todo lo que queremos hacer, y cada noche nos frustra ver todo lo que nos propusimos y no cumplimos.
Decimos cosas como:
“No soy disciplinado”
“No soy constante”
“¡No me alcanzan las horas del día!”
“Me falta fuerza de voluntad”
Y no hay nada más frustrante que no cumplir con lo que nos prometemos a nosotros mismos.
El tiempo pasa y pasa, y somos conscientes de que estamos dejando pasar oportunidades, de que cada día que se va es tiempo que no vuelve.
Y postergamos lo que más nos importa.
Porque no sabemos CÓMO empezar, cómo dar el primer paso que lleve al segundo.
Pero no se trata ni de disciplina ni de fuerza de voluntad.
El centro del problema es que no tienes el paradigma adecuado para organizarte correctamente.
Por eso no logras dar el primer paso.
Por eso seguro intentaste usar aplicaciones y programas y calendarios y horarios… y nada te dio resultados ni duró más de una semana.
Afrontar una tarea o un objetivo con un paradigma incorrecto, es como intentar leer un libro con los lentes de otra persona, que tiene mucho más aumento que el que tú usas.
Verás todo borroso, entenderás mal las palabras y terminarás mareado y agobiado sin haber logrado leer más de un párrafo completo correctamente.
Partir del paradigma correcto es como tener los lentes correctos.
Podrás avanzar palabra por palabra, comprendiendo correctamente qué dice ese texto y eventualmente terminarás el libro, porque los lentes correctos te ayudarán a lograrlo, y en vez de marearte te ayudarán a enfocarte.
Cómo organizarme desde cero: el paradigma correcto
El paradigma incorrecto nos dice que mientras más hagamos, más lograremos. Que mientras más esfuerzo y fuerza de voluntad, mejores resultados tendremos.
Y esperamos encontrar allí toda la motivación y la energía para hacer TODO eso que nos proponemos.
Pero este paradigma está equivocado por varias razones:
- No debemos hacer más para lograr lo que queremos. Debemos hacer lo importante, aquello que nos trae resultados. Muchas veces esto puesto en práctica se traduce en hacer menos, ya que enfocarte sólo en eso que te da resultados te lleva a eliminar muchas actividades que te ocupaban el tiempo pero no te servían en absoluto.
- La fuerza de voluntad es limitada. Por lo tanto, no debemos esperar a que la fuerza de voluntad nos ayude a hacer más y más. Eventualmente se agotará y esto es lo que nos frustra. Y así terminamos pensando que somos personas a las que les falta voluntad, lo cual no es cierto.
- No encontraremos la motivación suficiente en el esfuerzo y la sobreocupación. La motivación real, la energía y el foco vienen de estar conectados con lo que más nos importa y con una situación que queremos alcanzar más allá del corto plazo.
Los lentes correctos, los que necesitas para estar realmente organizado y avanzar, te dirán que la clave es enfocarte en tu Misión personal y en formar Hábitos.
Estos dos elementos son fundamentales para que, si estás preguntándote “¿cómo organizarme desde cero?”, puedas dar los primeros pasos que sí o sí te lleven a tener los resultados que buscas.
Tener un Misión personal y revisarla periódicamente es un hábito.
Además de conectarte con lo más importante y recordártelo permanentemente (solemos olvidarlo en el día a día y tomamos malas decisiones a raíz de ello), de tu Misión es de donde tomarás las energías y la motivación que te impulsa.
No la motivación efímera y momentánea que te da ver un video motivacional. Sino la motivación que te impulsa a hacer algo incómodo todos los días, a ir un poco más allá, a persistir y a encontrar energías para levantarte cada mañana a hacer lo necesario para llegar a donde sueñas.
Por otra parte, enfocarte en formar hábitos es la diferencia entre luchar contigo mismo y fluir.
Los hábitos son acciones simples que hacemos casi en automático, que nos demandan muy poco esfuerzo porque las hemos incorporado como naturales y habituales.
Dedicarnos a formar ciertas actividades como hábitos, significa incorporar a nuestro día a día como naturales las actividades que nos suelen costar y demandar mucha fuerza de voluntad (que, recuerda, es limitada).
Enfocarte en formar hábitos resuelve el problema de esperar a que la fuerza de voluntad nos ayude y nos alcance para todo lo que queremos hacer.
Si tienes a tu misión como guía, pones las energías sólo en lo más importante, puedes identificar las actividades que te traen los resultados que quieres y eliminar todo lo demás. Esa es la forma de resolver el problema de hacer demasiadas cosas y de frustrarte al final del día por haber estado ocupados sin lograr nada.
Estos son los lentes que debes usar si quieres aprender a organizarte desde cero.
Toda buena organización parte de tu Misión y de saber que debes formar hábitos; no de exprimir tu fuerza de voluntad.
Con estos dos pilares, puedes comenzar con el pie derecho y saber qué herramientas te servirán, cuáles no, e ir adecuando las técnicas a los hábitos.
Qué hacer ahora que tienes el paradigma correcto
Además de los lentes nuevos, hoy te quiero dar un ejercicio que cambiará la forma en la que haces las cosas.
No sólo quiero que dejes de sobre-ocuparte sin sentido. Quiero que priorices a partir de tu Misión personal, que desarrolles los hábitos que te potencien y que te enfoques sólo en lo que te dará los resultados…
También quiero que aprendas a dar pasos pequeños y simples.
Sólo bajando la barrera de resistencia de una actividad y comenzando con pequeños pasos, lograrás persistir y mantenerla durante mucho tiempo como para ver resultados.
Si quieres bajar de peso y vas al gimnasio una semana y nunca más, no lograrás lo que buscas.
En cambio, si sales a caminar un poco todos los días es muy probable que tengas mejores resultados y que puedas mantener esta actividad durante más tiempo a largo plazo. Al sentir que te cuesta menos, las probabilidades de que lo hagas durante más tiempo y no abandones son mayores.
Los pasos pequeños que no nos significan un esfuerzo descomunal y una incomodidad grande, son la clave para comenzar desde cero.
Te preguntabas “¿cómo organizarme desde cero?”, pues aquí están los primeros pasos.
Comienza con una actividad de 5 minutos por día.
Es muy difícil que en un día, por más atareado que sea, no tengas 5 minutos para hacer algo.
En esos 5 minutos desde hoy, coloca estas actividades que serán los pilares para que te organices bien:
- Elabora tu Misión personal: cada día dedica 5 minutos a avanzar con los puntos de la guía para elaborar tu misión.
- Cuando la tengas lista, dedica esos 5 minutos diarios a revisarla y a recordarla. Esto por sí solo te permitirá estar más enfocado en lo que te importa y tomar mejores decisiones.
- Luego, ve sumando otra pequeña actividad con 5 minutos. Como pensar tu día y priorizar, o revisar tus objetivos, o formar un nuevo hábito. O cualquier otra actividad que te esté costando y que vengas posponiendo hace tiempo.
En el Kit de herramientas gratuitas puedes encontrar muchas guías útiles para aprovechar en estos 5 minutos.
Comienza de a poco, con 5 minutos al día, pero bien enfocado.
Forma hábitos, no esperes que tu fuerza de voluntad alcance para todo.
Y comienza siempre por lo más importante: tu Misión personal.
Ahora cuéntame, ¿qué te parecen estos nuevos lentes? ¿Cuál será el primer paso que darás?
