¿A tí también te está frenando esto?

“Ya sé que no quiero seguir en este trabajo para siempre.
Tengo claro que no deseo trabajar para otros toda mi vida.
Sé que quiero tener mi propio negocio funcionando y poder vivir de él.»

Pero no tengo idea de qué pasos dar. 

¿Qué hago? ¿Cómo empiezo? ¿Hacia dónde voy? ¿Cómo sé que voy bien? ¿Cómo lo hago mientras mantengo mi trabajo, (¡de algo tengo que vivir!)?”

Esto es lo que está frenando a muchísimas personas. Y así es como muchos emprendedores y grandes proyectos nunca comienzan.

Tienen las ganas y las ideas, pero no saben qué hacer.

IMG_0519

En una época, nos pasó lo mismo.
Teníamos archivos llenos de ideas geniales para negocios, conversábamos mucho acerca de lo que podríamos hacer.

Pero nunca hacíamos nada. Y no hay nada más frustrante que tener ideas pero no hacer nada.

Los problemas más comunes

Falta de tiempo y disciplina.
No sé cómo empezar, no sé qué hacer. 

Problemas financieros.
Esforzarme y no ver resultados.
Miedo a fracasar, no sé si voy bien.

No es necesario que sigas estancado o sufriendo estos problemas.

La clave está en dejar de esforzarse.

La solución es dejar de depender de tu fuerza de voluntad (que es limitada siempre) y concentrar tus esfuerzos en formar hábitos.

Así podrás tener más tiempo, hacer crecer un negocio sin grandes capitales, sabrás si vas bien o no, podrás hacer el esfuerzo correcto y ver resultados.

Hay acciones que hace todo emprendedor que logra crecer. Esas son las acciones que debemos transformar en hábitos, en parte natural de nuestro día a día.

Entonces no es dejar de esforzarse.

Es empezar a esforzarse inteligentemente.

Funciona más o menos así:

1 acción + disparador-conducta-recompensa + durante X período de tiempo de ejercicio = 1 nuevo hábito.

1 nuevo hábito = una nueva habilidad emprendedora sin esfuerzo + más tiempo libre para formar otro nuevo hábito.

Es decir:

Durante cierta cantidad de tiempo pones tus energías en formar un hábito. Por ejemplo: organizarte.

Luego de ese período de ejercicio y dedicación, tendrás un sistema de organización que puedes mantener con unos minutos al día y una hora el fin de semana.

Así, después de ese tiempo en el que te concentraste en desarrollar y afianzar tu sistema de organización, puedes dedicar poco tiempo a mantenerlo, sin esfuerzo porque es un hábito, y poner tus energías en formar un nuevo hábito.

IMG_0196

 

Un hábito consolidado te permite formar otro.

Y así, vas generando capas sólidas de acciones clave para tu negocio que te resultan naturales.

En vez de pretender hacer todo junto, vas consolidando una a una.

Cada vez tienes más hábitos emprendedores, cada vez tienes más acciones clave para emprender naturalizadas en tu rutina, y cada vez te requiere menos esfuerzo y tiempo.

¿Entiendes por qué es tan importante?
¿Te das cuenta de que esto es algo que puedes hacer mientras trabajas, tienes una familia o haces cualquier otra cosa?

¿Te das cuenta de que así emprender es simple?

Es la manera más simple de enfrentar el problema.
Es la solución más simple que hay.

Ahora sabes que la clave es formar hábitos, hacerlo uno por vez, durante un cierto tiempo y acompañado.

 

¿Te gustaría tener un negocio que funcione y no sabes qué pasos dar?

Ya sabes que la clave está en enfocarse en formar hábitos y esforzarse inteligentemente.

Ya sabes que los hábitos que debes formar son los de los emprendedores que logran llevar adelante sus negocios.

Y para pasar de una idea a la acción hace falta saber cómo hacerlo.

En este caso, para transformar las acciones fundamentales de los emprendedores en algo natural en tu día a día, que no te cueste ni te requiera esfuerzo, hay que tener en cuenta algunos secretitos.

¿Alguna vez intentaste hacer algo nuevo o mejorar algún aspecto de tu día a día y no lograste mantenerlo en el tiempo o siquiera empezar? Seguramente no has tenido en cuenta alguno de los factores fundamentales de los que te hablo.

#1 Ejercitar uno por vez.

Un gran error y muy común.

Tendemos a querer hacer todo a la vez, de un día a otro. Nos dejamos llevar por la ansiedad del resultado que esperamos y al final nos frustramos porque no vemos resultados y abandonamos.

Para formar un nuevo hábito debes dedicar cierto tiempo de ejercicio enfocado en ese hábito.

Piensa en cuán difícil es intentar empezar a levantarse temprano y a hacer ejercicio a la misma vez.

El primer día harás ejercicio y cuando al día siguiente quieras levantarte temprano te costará tres veces más que lo normal porque tu cuerpo estará procesando el ejercicio del día anterior.

Te frustrarás y no te levantarás temprano, ni mantendrás el ejercicio a largo plazo.

En cambio, si primero ejercitas levantarte temprano, luego de dos semanas cuando ya casi no te cuesta te propones que en cuanto te levantes saldrás a caminar 15 minutos, es mucho más probable que sigas levantándote temprano y que empieces y continúes caminando durante mucho tiempo.

#2 Tener un disparador claro.

Cuando te propones empezar a ejercitar una acción para que se vuelva cotidiana, ¿estableces un disparador claro?

Pues seguro que no. Incluso si defines un disparador, es probable que no sea claro y esto entorpezca todo el proceso.

Siguiendo con el ejemplo del ejercicio, si te propones “empezar a caminar todos los días”, probablemente muchos días lo postergues dado que no tienes un buen disparador; por ende, puede que en medio de tus ocupaciones diarias te olvides o te pongas excusas del tipo “más tarde salgo” o “estoy muy ocupado hoy, mañana salgo”.

En cambio, si te propones “todos los días apenas me levante saldré a caminar”, es súper claro y específico cuándo saldrás a caminar.

Entonces, será mucho más simple recordarlo y hacerlo cada mañana.

#3 Tener una conducta súper específica.

Esto es tan importante como el disparador, tanto para saber qué hacer y no ponerte excusas, como para poder medir si cumpliste con lo propuesto o no.

Entonces, en vez de decir “saldré a caminar” dirás “saldré a caminar durante 15 minutos”.

Tener una conducta clara, y que la misma sea simple, te permitirá no sentirte abrumado por esa nueva acción y mantenerla cada día.

#4 Definir una recompensa.

Esta es la parte más divertida y también la que marca toda la diferencia.

Seguramente es la que menos contemplamos cuando queremos formar un nuevo hábito.

Se trata simplemente de tener un premio para cuando cumples con la conducta que definiste.

El día que te levantas y sales a caminar 15 minutos, puedes medir con claridad que has cumplido, y es allí donde te das a tí mismo una recompensa: algo que disfrutas mucho y que sólo tendrás cuando hayas cumplido esa acción.

Las más comunes y populares son las recompensas gastronómicas. Por ejemplo, Mati se propone escribir 3000 palabras cada mañana y recién cuando cumple con eso puede tomar su desayuno favorito.

#5 Tener recordatorios.

Incluso con todo lo anterior definido, puede que te olvides.

Sí, por más que desees hacer ejercicio y estar en forma, en la vida cotidiana es muy fácil olvidarse de hacer algo que es completamente nuevo (que no es un hábito aún).

Entonces los recordatorios son fundamentales para asegurarnos de que no pase un día completo sin que lleves adelante tu ejercicio.

Pueden ser desde papelitos pegados en lugares visibles, hasta alarmas en el celular o mails configurados para que te lleguen todos los días como recordatorio.

#6 Hacerlo acompañados.

Exponerse, comprometerse con otros y tener apoyo es lo que puede marcar la diferencia entre que persistas y abandones.

Piensa en cuán diferente es ir al gimnasio con un amigo a ir solo. O cuánto más agradable y simple puede ser ir mejorando semana a semana una práctica si tienes con quien compartirlo.

Piensa en qué fácil es cumplir con algo cuando sabes que tendrás que “rendir cuentas” con alguien.

Bueno, de eso se trata este elemento: pedir a alguien que te “controle”, empezar a ejercitar un hábito con alguien más, o tener una comunidad en la cual apoyarte y con quien compartir las dificultades que vas enfrentando día a día.

Al emprender, el elemento comunidad es súper poderoso y fundamental para no sentirse solo en el camino y tener el apoyo de quienes están en tu mismo camino.

 

***
¿Te das cuenta de que seguramente todas las veces que sentiste fracasar al intentar empezar a hacer ejercicio, estar más organizado o tener más foco, en el fondo había alguno de estos elementos que no habías tenido en cuenta?

¿Notas cómo esto puede marcar la diferencia entre que desees tener tu negocio funcionando y lo logres efectivamente?