Hace un par de días, volviendo a casa, me encontré con un vecino de 17 años. Me contó que estaba volviendo de un profesor que lo prepara para ingresar a la Universidad. Preguntó por mí y me felicitó por recibirme como abogado. Estaba sonriente, hasta que de repente le dije que había renunciado a mis trabajos como abogado. El diálogo, después, fue más o menos así:
Jóven Vecino Consternado (JVC): ¿para qué fuiste a la Universidad?
Yo: Fui porque, al empezar, no conocía algunas posibilidades que ahora sí.
JVC: ¿qué cambió mientras estabas en la Universidad?
Hoy les quiero contar y explicar mi respuesta, así que acá van: 9 motivos para emprender que aprendí un poco tarde (pero no demasiado). Si hubiera sabido todo esto, hubiera elegido otra carrera o, tal vez, ni hubiera ido a la Universidad:
1) Emprender no es para multimillonarios y especuladores
Antes de empezar la Universidad asumía que la gran parte de los «ricos» eran simplemente multimillonarios con suerte en la vida. Tal vez sea sólo yo, pero supongo que es lo que muestran la mayoría de las películas.
Al mismo tiempo, escuchar a mi familia y profesores del colegio me fue sumando un segundo prejuicio: las personas con mucho dinero en general hicieron algo poco ético para conseguirlo. Así, resaltan a políticos corruptos, empresarios amigos de esos políticos y algún que otro estafador. Lo terrible es que son nociones que de chico había adquirido y nunca frené a revisar.
En 2007, sin embargo, leí varios libros y por primera vez que entendí cómo se produce la “riqueza” y que es posible (y probable) alcanzarla a través de buenas acciones. No hay que ser malvado, sino entender cómo funcionan las finanzas personales y trabajar con un objetivo claro.
Y ahí fueron cayendo los prejuicios: Se puede iniciar el camino sin ser heredero de Ricky Ricón, más en una época donde la accesibilidad a Internet y nuevas tecnologías aumenta año a año. Ello no implica ir contra estándares éticos sino que, además, el tenerlos hace el proceso más efectivo en el largo plazo.
2) Emprender no es para genios o personas con ideas perfectas
Otra percepción errada que tenía era que los empresarios eran una versión económica de Messi o a Michael Jordan. Uno los ve en las canchas y se llena de admiración. Se asume, erróneamente, que simplemente les cayó un baldazo de talento del cielo y que, cuando no los ves jugando, están viajando por el mundo gastando su dinero en yates y noches de caviar y prendas de marca.
(No puedo evitar reírme al pensar que efectivamente los veía así)
Cuando uno lee e investiga la imagen cambia. Cambia muchísimo. En la mayoría de los casos uno se encuentra con personas para las cuales todos los resultados vinieron después, casi de casualidad. Lo común no es un baldazo de talento, sino sólo una pizca. Lo que abunda es la perseverancia, el tener un sueño o pasión fijos, trabajar duro y abrir caminos.
Particularmente, siempre pensé que los empresarios eran genios, que lograban el invento del siglo y luego realizaban misteriosas y complejas operaciones para vender ese invento en todo el mundo.
Sin embargo, pronto se volvió claro que las ideas no eran lo que hace la diferencia, y que no eran tan misteriosas ni complejas las operaciones, lo cual nos lleva al motivo para emprender # 3.
3) Emprender es sencillo, cuando se empieza por uno …
En la búsqueda de este nuevo camino también hubo muchas frustraciones. Las primeras tuvieron que ver con no animarme. Luego me pasó de empezar, y no avanzar. Ahí traté de aprender nuevas técnicas, «trucos emprendedores» y, como buen Argentino, atajos hacia los logros.
Y entonces los libros de Stephen Covey me vinieron como una buena cacheteada a enseñarme lo que hoy es la premisa fundamental de Súperhábitos: no hay atajos a la efectividad y el éxito duraderos, simplemente porque el aprendizaje y perfeccionamiento son procesos naturales, y porque las relaciones entre personas tienen la misma base.
¿Cómo lograr tus objetivos, entonces? Freno de mano, basta de truquitos que dan pequeños resultados rápidos pero no te llevan a ningún lado y arrancá por la base: vos mismo y lo que hacés día a día. Si no tenés idea cómo, podés por empezar utilizando el Kit Gratuito de la comunidad .
Cuando digo vos mismo me estoy refiriendo a temas como: hacerse cargo, tener un horizonte claro y conocerte a vos mismo y aprovechar mejor cada semana.
No se trata de ser más vivo, sino de mejorar profundamente. Esa es la base de todo cambio sostenido, y también del cambio de emprensoñador a emprendedor :).
4) …y se sigue por los demás.
Para ganarse la confianza de alguien hay que ser confiable, ¿no? ¿Suena lógico?
Por eso este punto (trabajar con otros y para otros) sólo trae resultados cuando ya consolidaste tus hábitos a nivel personal. John Maxwel lo dice con claridad: no porque te sigan sos líder, te siguen porque sos líder.
Para crear una empresa , si es el camino que elegís, tenés que asumir un liderazgo dentro de tu equipo y desarrollar nuevos hábitos, para:
- Crear los sistemas necesarios para hacer realidad la visión común.
- Potenciar a tus socios y colaboradores, aprovechando sus talentos y complementando sus debilidades.
- Comprender a tus clientes y sus problemas
- Ser, dentro de tu industria o mercado, un referente de trabajo ético y de calidad.
Empieza por vos, es cierto. Pero no termina ahí. Los grandes cambios se dan cuando colaboramos con otros, los ayudamos a mejorar y nos esforzamos en servir.
5) Emprender es aportar valor…
Basta de pensar que crear una empresa es un proceso místico, complejo y que para entenderlo hay que leer cuatro millones de libros (dos de los cuales están escondidos por la CIA y el Vaticano).
Hay una empresa, simplemente, cuando alguien detecta una necesidad o deseo de otros, se le ocurre como satisfacerlo y organiza lo que haga falta para hacerlo. Punto. Formar un emprendimiento es simplemente elaborar una estructura para aportar valor.
Aportar valor, eso es lo importante.
Luego viene el Marketing, que es sólo crear consciencia de que ese valor existe.
O los Recursos Humanos, que son encontrar las mejores personas para que te ayuden a crearlo,
O las Ventas, que se basan en que ese valor se mide en dinero (y que por eso es justo que te paguen).
Cuando me inscribí en la Universidad simplemente pensaba que había carreras que ganaban más y otras menos, «porque el mundo es así», y que tus opciones eran elegir entre lo que ya estaba.
Pero emprender es algo más: si sabés transformar lo que te gusta hacer, o un talento que tenés, en valor, podés ganar dinero de eso. No importa que tan loco le parezca a tu familia, la lógica es infalible y natural: si transformás lo que te gusta en un servicio o producto que aporte suficiente valor, podés vivir de eso.
Muchos pensarían que es loco dedicarte a tocar la guitarra, pero nadie piensa que pagar miles de dólares por ver a los Rolling Stones sea una locura, ¿por qué? Porque en el primer caso el foco está en vos (y lo que te gusta) y en el segundo caso el foco está en lo que se recibe (una experiencia única). Cambiá el foco de vos al valor, y ahí podés dedicarte a lo que ames, ¿se te ocurre un mejor motivo para emprender?.
Siguiendo el mismo ejemplo, cada actividad incluye una cantidad de variantes sólo limitada por tu creatividad. Si la música es lo que te gusta, podés aportar valor dando clases, creando canciones, haciendo shows, o produciendo para otros artistas. Ahí, de nuevo, las variantes se multiplican: podés dar clases a niños, adultos o ancianos. En los niños, podés enfocarte en enseñarles en vacaciones, o a niños que se recuperan de enfermedades, crear una escuela o hacer videos online, etc., etc.
Aniko Villalba es un ejemplo genial, y vos también podés serlo. Simplemente pensá con creatividad y el foco en aportar valor. Si no se te ocurre nada, escribime a matias[arroba]superhabitos.com, o twitteame a @MatiasSalom, y veamos qué sale juntos.
6)… y animarte a Cambiar el Mundo.
Si cambiar el foco a aportar valor me abrió un mundo de posibilidades, este segundo giro directamente me llevó a otra dimensión.
La mayoría de los emprensoñadores y emprendedores que recién están arrancando cometimos el mismo error: copiar algún negocio muy tradicional que tenga buenos resultados y arrancar por ahí. En nuestro caso fue BONA, vendiendo accesorios femeninos. Mi experiencia, sin embargo, es que la mejor forma de que los resultados lleguen es empezar por identificar tu Chispa Interior y emprender alrededor de eso.
El paso siguiente es tomar tu Chispa y proyectarla al mundo, e imaginarte cómo te gustaría que sea y cómo podes cambiarlo. La profundidad de esa visión y la manera en que conecta todas tus dimensiones te van a dar la fuerza y compromiso para superar los obstáculos. Ese empuje se nota en lo que hacés y ayuda a que los resultados, encima, lleguen más rápido.
En mi caso personal mi Chispa es escribir y enseñar, especialmente compartir las formas que descubro para vivir más y mejor, a través de hábitos. No quiero que otros tengan que pasar por los problemas que me tocaron. La segunda parte fue tomar eso y proyectarlo.
Con el Equipo de Súperhábitos pensamos que el mundo sería genial si hubiera más personas emprendiendo con estas bases y principios, y menos gente trabada con miedo o hecha un lío con técnicas. La idea de reunirnos mes a mes con emprendedores, de estar ayudando a que surjan nuevos servicios y a que personas conviertan lo que aman en algo de lo que puedan vivir nos llena de energías.
7) Emprender te da muchas libertades. La mejor es diseñar tu vida.
Tanto ver a Rico McPato me trastornó, creo. Terminé pensando que la vida se trata de ganar dinero, y que desde ahí los problemas se empezaban a solucionar.
Y de repente me encontré con una frase: la riqueza no se mide en dinero, sino en tiempo. Era la famosa frase de Kiyosaki, también nombrada por Tim Ferris. Apuntaba, básicamente, a que todos nos la pasamos pensando cómo ganar más dinero, y no nos damos cuenta de que en realidad queremos tener libertad, y que eso sólo se da en base a Ingresos Pasivos.
Luego leí otra, más profunda aún: vos no querés Libertad Financiera, sino un estilo de vida que asociás a esa idea.
Con el tiempo, para mí la idea se condensó así: el dinero es sólo una herramienta, y lo que importa es que vivas una vida que te parezca genial y de la que estés orgulloso. Emprender o no, tener libertad financiera o no, mucho dinero o no son sólo herramientas o caminos, y tenés que elegir el que sirva más te sirva a vos. Es lo que se llama «lifestyle design».
Cuando sos empleado o autoempleado hay mucho que no podés decidir. Como emprendedor, tu libertad es absoluta.
Elegí, ¿cuánto tiempo te gustaría trabajar cada semana? Cuando tengas hijos, ¿te gustaría estar en casa con ellos cuando vuelvan del colegio? ¿Te gustaría tener una oficina? ¿O tu casa es tu oficina? ¿O un café?
¿Con qué tipo de personas te gusta trabajar? ¿Qué clientes te entusiasman? ¿Cómo debería ser la cultura de un equipo para que tu trabajo dé sus máximos resultados? ¿Soñás con trabajar con un amigo? ¿O tu pareja? ¿O sólo, y tener colaboradores externos? ¿Qué hay de tu familia?
¿Te gustaría poder viajar mientras emprendés, como Ángel? ¿O vivir fijo en la ciudad que elijas? ¿Vacaciones separadas del trabajo o cada día un poco de las dos? ¿Cuánto te gustaría ganar? ¿En qué tipo de casa te haría feliz vivir?
Cualquiera de esas opciones es posible, igual que sus combinaciones. Las variantes son infinitas, siempre y cuando te concentres en aportar valor.
Un motivo para emprender que es fundamental para mí es la posibilidad de crear un negocio o no puede diseñar un trabajo ideal para el estilo de vida que quiere, pero sí formar un emprendimiento a la medida, siempre que se tenga una mirada tranquila de la realidad.
8) Emprender te permite cambiar y renovar tus caminos con más facilidad.
Este es, para mí, un punto fundamental.
Una de las características centrales de los empleos hoy en día es la especialización continua. Igual con las profesiones tradicionales. El mundo se ha hecho más complejo, y se espera que los trabajadores manejen esa complejidad volviéndose expertos. Con los años, la especialización se profundiza y aumenta. Sos el que más sabe de ese tema pero, al mismo tiempo, sabés muy poco de otros.
Como habrán notado, estoy convencido de que uno va aclarando qué es lo que realmente quiere con los años, a medida que ve nuevas opciones y aprende a escucharse mejor. Es muy poco probable que yo, o cualquiera, sepa exactamente lo que va a soñar en 5 o 10 años. Por eso hay que darse un margen de libertad.
Los hábitos que se adquieren al emprender son universales, es decir que sirven en muchos contextos y situaciones.
En mi caso, por ejemplo, Superhábitos me ha hecho aprender a crear y manejar proyectos sin tener un jefe que me vigile. Antes, he tenido que empezar a hacerme cargo de las cosas, ser proactivo y aclarar mis prioridades. He tenido que mejorar mi capacidad de auto-evaluación y de adaptarme desde los resultados que obtengo. He tenido que vencer miedos internos y verguenza para poder salir y contarle a otros lo que hacemos. Entre escribir, las charlas, encuentros y entrevistas, he tenido que mejorar mi capacidad de comprender a otros y de darme a entender. He aprendido sobre manejo de sitios online en general, finanzas personales y de empresa, algunos temas de marketing y mucho de la empresa como organización.
Si mañana descubro que quiero volver a trabajar como abogado, todo eso me va a servir y, muy posiblemente, me permita destacar rápidamente. Si, en cambio, decido que quiero abrir un restaurante, igual. O un blog de cocina. En un mundo de cambios constantes es importante no quedar atado a una especialidad, sino saber re-inventarte y abrir nuevos caminos.
Los hábitos emprendedores, una vez incorporados, sirven en cualquier camino y, por eso, te dan mayor libertad de elección.
9) Emprender es una aventura.
Una de las últimas cosas que no sabía cuando elegí mi carrera fue que podía equivocarme, y que eso está bueno.
En su charla de TED, Sir Ken Robinson los explica genial:
«Ahora bien, no quiero decir que estar equivocado es lo mismo que ser creativo. Lo que sí sabemos es, que si usted no está preparado para equivocarse, nunca llegará a nada original. Si no está dispuesto a equivocarse. Y en el momento en que llegan a adultos, la mayoría de los niños han perdido esa capacidad. Se han vuelto temerosos a equivocarse.
Y manejamos nuestras empresas de esta forma, por cierto, estigmatizamos los errores. Y ahora estamos operando sistemas educativos nacionales, donde los errores son lo peor que usted puede hacer.»
¿Alguna vez leyeron alguna aventura, o vieron una película que les fascine, en que el personaje central supiera todo desde el primer momento? ¿O que no se equivocara nunca? Cuando lo vemos en una película pensamos que es parte de la trama y que, por eso, es divertido. Pero cuando nos pasa nos sentimos mal, culpables y un fracaso.
Pero no los emprendedores, y eso es genial. Uno de los primeros hábitos emprendedores que pensamos para Superhábitos fue estar tranquilos frente a la incertidumbre. Otro fue dejar de pensar en fracasos, y empezar a pensar en las famosas Experiencias Negativas con Enseñanzas Positivas. Si aprendés, no hay errores. Y si te levantás y continuás tu camino, no hay fracasos. Es sólo una parte de la trama.
No tener miedo a equivocarme ha hecho que disfrute más mi día a día, y en el camino emprendedor tenés más tranquilidad para hacerlo.
Con miedo, vas a elegir tu carrera o camino por la seguridad. Si dejás el miedo al costado, vas a elegir un camino porque te entusiasme, y eso va a hacer toda la diferencia.
Terminando…
Mientras caminábamos, y le comentaba estas cosas resumidamente, mi vecino me contó que quiere estudiar medicina. Siempre he admirado a los médicos, por su vocación y dedicación. La mayoría son personas atentas, con buena onda y ganas de cuidar a otros. Él me transmitió lo mismo, y me alegró verlo tan decidido. Por eso, mientras nos despedíamos, le dije: ¡Suerte! ¡y felicitaciones!
El sonrió y me dijo: ¡gracias! ¡y felicitaciones para vos también! ¡está bueno eso!
Entré a mi casa sonriendo y pensé en lo loco que es, porque jamás hubiera pensado, cuando elegí mi carrera en 2006, que alguien iba a felicitarme por dejar de ejercerla y empezar un Blog. Pero supongo que eso pasa cuando los demás entienden tus motivos para emprender, ¿no?
Antes de terminar, hay una pregunta para todos Ustedes que me ronda desde ese día:
- Para los que ya terminaron la Universidad, o llevan varios años trabajando, ¿qué les hubiera gustado saber antes de arrancar?
- Para los que estén por empezar, ¿cuál de los consejos les pareció más útil?