El artículo de hoy es una reflexión acerca de por qué creo que fracasarás en crear tu propio negocio y ser independiente.
Suena poco alentador, ¿verdad?
Sigue leyendo y descubre a qué me refiero.
Aquí en Superhábitos hablamos mucho de emprender.
Hablamos de las ventajas que tiene, de lo lindo que es manejarte en tus propios términos. Elegir en dónde trabajar, con quién, a qué hora.
Hablamos de los miedos que tenemos al enfrentarnos el comenzar un negocio.
Tenemos miedo a que no funcione, no sabemos qué pasos dar, qué hacer para avanzar. Nos topamos con mucha incertidumbre, el hábitat natural del emprendedor.
También hablamos mucho de los diferentes hábitos que necesitas formar para ser un emprendedor independiente, para ser el tipo de persona que es capaz de manejarse en esa incertidumbre, que puede sostenerse y seguir, que tiene una visión clara a largo plazo, pero avanza paso a paso, día a día.
Pero hablamos poco del hecho de que es muy probable que tú que nos lees cada semana, fracases en el intento.
Miles y miles de personas, de wantrepreneurs o emprende-soñadores, se quedan en el camino.
Quizá llegan a hacer algo, a montar un blog, a hacer un plan de negocios, a ahorrar para invertir en su proyecto de negocio… pero muy pocos llegan a tener un emprendimiento realmente funcionando.
¿Todos ellos tienen malas ideas de negocio?
¿Acaso no hicieron el ejercicio de la Chispa para identificar la mejor idea de negocio adecuada a él?
Quizá lo que necesitan es un poco más de inspiración.
No, ya sé. Lo que les faltó fue el tiempo. Es muy difícil mantener una familia, trabajar todos los días 8 o 9 horas y luego tener tiempo para trabajar en otro proyecto.
Sí, esas deben ser las razones por las que tantos fracasan.
Pero no.
¿Y si te digo que muchos sí encuentran ideas de negocio que cruzan sus pasiones, sus talentos y necesidades reales?
¿Y si te cuento que muchos leen blogs y libros que los inspiran todos los días?
Y la falta de tiempo… ya sabemos que el “no tengo tiempo” es una excusa gigante. Que en realidad los emprendedores que hoy son independientes pero que comenzaron a crear su negocio mientras trabajaban (como Andrés) lo hacían con el tiempo que tenían y además aprovechaban su trabajo para su negocio.
Entonces, si tienes la inspiración, las estrategias, tienes el tiempo y una buena idea…
¿Qué es lo que les sucede a estos emprende-soñadores que no prosperan en su intento?
No tienen completamente arraigado en sus corazones una razón para emprender, tener su negocio y poder renunciar.
Cuando tienes un propósito claro y lo que haces tiene un sentido para ti hoy y a futuro, lo tienes grabado en tu corazón con una intensidad que ningún video motivacional o libro inspirador podrá igualar.
Cuando sabes que hay algo más allá de ti, cuando sabes que tu vida puede ser diferente, que la vida para tu familia, para tus hijos, puede ser diferente si hoy haces las cosas de otra manera, allí es cuando no te rendirás.
En cambio, si no tienes hambre de cambio, si no tienes un propósito profundo que te empuje a hacer, si no tienes un por qué claro en tu interior, es muy probable que desistas y vuelvas a tu vida normal.
Podemos compararnos con los superhéroes. Pero no los que tienen superpoderes. Sino los humanos que van más allá. Como Batman.
Batman podría quedarse en la comodidad de su vida cotidiana, con todo el dinero que tiene, y la libertad de hacer lo que quiera e irse a donde quiera. Aunque es una vida vacía y de soledad, claro, pero cómoda y predecible.
De la misma forma tu puedes seguir con tu vida normal.
Trabajar muchas horas al día. Relajarte el fin de semana. Irte de vacaciones una vez al año. Ausentarte de algunos cumpleaños y momentos familiares, pero tener momentos luego del trabajo y el domingo para compartir con quienes quieres.
Pero Batman no se conformó. Decidió ir más allá y tenía un propósito claro grabado en su corazón. Quería que algo cambiara. Y se hizo cargo de cambiarlo él.
No tienes que ser Batman. Pero tampoco tienes que disfrazarte de Batman y fingir que eres como él.
Eso es lo que hacemos cuando pretendemos ser emprendedores, pretendemos querer emprender y no aceptamos lo que en realidad nos sucede.
Nos disfrazamos de personas extraordinarias pero no hacemos lo que hacen las personas extraordinarias.
Decimos que queremos ser emprendedores independientes. Pero cuando tenemos que enfrentarnos a algo incómodo para que nuestro negocio crezca, cuando tenemos que hacer alguna tarea que “no es apasionante” desistimos porque “pensábamos que emprender se trataba de hacer lo que te apasiona”.
Y así con excusas, disfraces y esquivando hacer lo que los emprendedores “de verdad” hacen, pasamos años y años pretendiendo ser emprendedores, pretendiendo estar en proceso de construir un negocio.
Y al primer obstáculo, desistimos.
Y ese es el gran problema.
Si no tienes grabado en tu corazón por qué quieres emprender, y si no asumes todo lo que emprender tu propio negocio implica (sobre todo mientras trabajas y tienes una familia), fracasarás.
Y no falta mucho para eso. Quizá ya te está sucediendo.
O quizá aún no comenzaste.
Y si aún no diste el primer paso por miedo, por no enfrentarte a la incomodidad… ya estás fracasando.
¿Alguna vez lo pensaste de esta manera?
¿Por qué no comienzo? ¿A qué le tengo miedo? ¿Me doy cuenta de que no hacer nada es lo mismo que nada?
Quizá emprender “no es para cualquiera” como se dice por ahí.
Puede ser. Y está bien.
Pero no te engañes porque los años pasan y habrás desperdiciado tiempo y energías diciéndote que quieres ser emprendedor y no haciendo nada.
Deja de dar vueltas en círculos.
Frena.
Y hazte estas preguntas:
Cuando tenga 80 años y mire hacia atrás, ¿de qué estaré orgulloso?
¿Por qué quiero ser recordado? ¿Qué me gustaría haber dejado a mi familia, a mis conocidos, al mundo?
¿Qué estoy dejando hoy a mi familia, a mi entorno, al mundo?
Estas son apenas tres preguntas que forman parte de un ejercicio más profundo que puedes hacer que es el de definir tu Misión Personal.
Aquí tienes un post que escribió Mati sobre el tema.
Y aquí tienes 15 preguntas para pensar tu Misión.
Cuando hayas resuelto qué quieres hacer y por qué, y lo tengas muy claro en tu corazón, deja ir aquello que no entra en el plan y ponte manos a la obra a realizar lo que sí te importa desde ya.
Si realmente lo que más deseas es emprender un negocio porque quieres ser independiente, porque deseas dejarle una mejor vida a tus hijos que la que tuviste hasta ahora, porque quieres disfrutar de la vida de otra manera, por lo que sea… recuérdatelo cada día, cada mañana, en cada momento en el que te sientas desanimado.
Porque indefectiblemente te enfrentarás a incertidumbre, a miedos, a muchas ganas de tirar todo por la borda y volver al trabajo seguro, estable y predecible. A todos nos pasa en algún momento (¿piensas que Batman nunca se planteó retirarse a vivir su vida en paz y no tener que ocuparse de todos los problemas en Gotham? Seguro que lo pensó más de una vez).
Lo que marca la diferencia entre un emprendedor-Batman y uno que fracasa y vive disfrazado es que el primero es capaz de sobreponerse a esos momentos de miedos y dudas.
Es nuestra obligación crear lo que nadie ha creado, mostrarle al mundo que se pueden hacer las cosas de otra manera, que nuestros hijos vean que hay mil posibilidades en la vida y que sólo depende de cuán dispuestos estemos a hacernos cargo de nuestra Misión y de hacer algo significativo.
Si de verdad quieres emprender, deja de disfrazarte y comienza a hacer lo necesario, lo cómodo y lo incómodo.
Si no, fracasarás.
Y recuerda que si continúas esperando al momento ideal, pensando ideas, buscando nuevas herramientas y nunca comienzas a hacer… de todas formas ya habrás fracasado.
Antes de pasar a la sección de comentarios a escribirme para agradecerme o insultarme (sí, estoy preparada para todo tipo de repercusiones a este artículo) no dejes que pase el día de hoy sin hacer algo al respecto.
- Hoy, antes de que termine el día, toma el artículo con las 15 preguntas para definir tu Misión y respóndelas.
- Luego de eso, relee cada una y decide qué quieres y por qué lo quieres.
- Haz algo al respecto para dejar de postergar lo que realmente deseas. Si eso es tener tu propio negocio en marcha, escríbeme un correo y te ayudo a dejar de postergarlo.
¡Por más Batman que cambien el mundo y menos disfraces!