¿Tenés miedo a que te roben tus ideas?

“Las ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas”

Santiago Ramón y Cajal           

Una idea aparece de golpe en nuestra mente. Parece bastante buena. La miramos, damos vuelta, sentimos y nos vamos convenciendo de que es genial. Ahí sentimos el temor: no podemos compartirla, porque nos la van a robar. La acariciamos y la guardamos más cerca todavía. Es fantástica. Mejor guardarla, protegerla.

Con el tiempo nos vamos apropiando cada vez más y nos sentimos unidos a ella. Así, de golpe, somos Gollum, y la idea es nuestro anillo.

 

¿Por qué?

En muchos casos, como el mío, es haber visto a nuestros padres sufrir de la competencia desleal y agresiva del «mundo real». Tememos que nos pase lo mismo. Es un problema muy común que, de hecho, en el Evento de LYL Local y Superhábitos de Enero fue uno de los primeros en surgir.

Me tomó tiempo darme cuenta de que estaba equivocado pero, cuando lo hice, descubrí la magia de trabajar en equipo y pasé de trabajar solo a ser parte de 7 equipos distintos. Comprobé que no hay mejor forma de hacer despegar un proyecto que empezar a hablarlo con amigos, mentores y potenciales clientes. Compartir ideas y recursos ha sido, en estos últimos años, la base para adquirir nuevas herramientas, ver oportunidades y evitar problemas con todos mis proyectos.

Ahora no se me cruza por la cabeza NO compartir mis ideas. El secreto es saber cómo y cuándo compartir. Si no, estamos dependiendo de que llegue el momento justo, las personas indicadas y la oportunidad correcta. Y nuestras ideas quedan en el tintero.

Estos son algunos tips que nos han funcionado para diferenciar tipos de ideas y qué hacer con cada una:

Aprender a diferenciar Ideas-semilla de Ideas-bomba

Esta definición no es de manual pero, para mí, nos ayuda a tener un primer marco desde el cual ver qué hacemos con nuestras ideas:

Las Ideas-Semilla son aquellas muy chiquitas y poco desarrolladas pero que, en el largo plazo, pueden producir la mayor cantidad de frutos y cambios. En el medio, estas ideas requieren mucho trabajo, dedicación y tiempo para ser testeadas, estructuradas y ejecutadas.

Las Ideas-Bomba son aquellas que a primera vista se nos aparecen como grandes y con la posibilidad de tener muchos efectos en el corto plazo. Normalmente, el obstáculo en estos casos es el dinero y son «gangas» u «oportunidades de negocio». Así, por ejemplo, mi idea de comprarle a mi vecino un auto que tiene parado hace un par de años y que sé que me va a vender muy barato porque está juntando plata para mudarse a un departamento.

Veamos qué hacer con cada tipo de idea:

¡Hay que hacer algo con las ideas! - Foto by Enzo Farina
¡Hay que hacer algo con las ideas! – Foto by Enzo Farina

Respecto de las Ideas Semilla: compartir mucho, para hacerlas crecer

En las Ideas-Semilla el riesgo a que nos las «roben» es muy bajo, porque:

#1 Las ideas, cuando recién arrancan son como niños: dependen de sus padres.

Cuando las compartimos en contextos ocasionales o cotidianos, nunca vamos a transmitir todo lo que hay detrás de la idea y nadie va a poder tomarla y hacerla crecer como lo harías vos. Yo compartí, en muchos contextos, la idea del blog y, tal vez, a algunas personas le pareció buena idea. Santiago Bilinks lo denomina «apropiarse de la idea» y tiene como efecto que robar la idea no sea sólo difícil, sino muy posiblemente inconveniente. La mejor forma de proteger una idea es siendo la persona que mejor pueda ejecutarla.

#2 Las ideas necesitan mucho trabajo y dedicación, y poca gente está dispuesta a pagar el precio.

Incluso si una persona captara la idea completa, con todo lo que hay detrás, ¿cuán posible es que esa persona tenga el nivel de proactividad y compromiso para llevarla adelante? No a todos nos apasionan las mismas cosas ni tenemos los mismos sueños a futuro. Es muy difícil que encuentres a alguien que esté tan dispuesto como vos a «pagar el precio» para hacer esa idea realidad.

Andy Freire, uno de los exponentes del emprendedorismo en Argentina, parafrasea a Peter Drucker, y dice «por una idea pago 5 centavos; por una implementación, ¡pago una fortuna!».

Las ideas en sí mismas (especialmente las originales) no tienen mucho valor, porque transformar esas ideas en productos viables y generar el sistema para entregarlos requiere mucho esfuerzo y horas de trabajo y no hay muchas personas dispuestas a poner el esfuerzo necesario para sacarlas adelante.

 #3 Tu idea va a morir si no empezás a hablar de ella.

Si seguís en duda sobre si compartir o no, esto debería terminar de convencerte. Los beneficios de comentar las ideas-semilla propias superan, en mucho, a los «riesgos». Hablando sobre tus ideas:

  • Presentarte frente a otros como alguien que cree en tu idea hace que te compremetas, y vuelva más probable llevarlas a cabo.
  • Recibís el feedback necesario para que esa idea pase de semilla a arbol. Ese feedback puede venir en la forma de aportes o críticas. Lo importante es la mirada externa. Una forma de lograr esto es hacerle a otros preguntas sobre el proyecto. También la mejor manera de descubrir si a alguien ya se le ocurrió algo parecido.
  • Las personas te van a asociar con esas ideas y tenerte presente. Me pasó de comentar ideas y, a los dos días, que me reenvíen un mail con información muy útil (Gracias Bere).
  • Vas a encontrar personas que estén «en la misma onda». Al permitirte ser vos y hablar de tus ideas generás confianza en quienes te rodean y los invitás a hablar de las suyas. Eso tiene dos efectos naturales: acercarte a personas con ideas similares, y ser reconocido por eso. Esto último le permite también a otras personas encontrarte.
  • Esto no significa que tengas que compartir toda tu idea, todo el tiempo, con todas las personas. Puede haber personas con malas intenciones y que quieran hacer un mal uso de la información que les compartís. Casi nunca van a poder llevar a cabo la idea-semilla, pero sí molestarte o poner trabas. En estos casos lo mejor es simplemente simplificar la exposición de la idea y listo. Lo importante es aprender que compartir es la regla, lo opuesto es la excepción y que, si no conocemos a alguien, lo mejor es asumir la bondad en esa persona.
  • En caso de que quieras involucrar a alguien en el Proyecto, lo mejor es sentarse a conversar con esa persona y acordar con claridad y paciencia qué espera cada uno de eso, qué aportan y esperan ganar. Buenos acuerdos son la base para buenos equipos y, dentro de buenos equipos, nadie se roba las ideas ;)

 

Respecto de las Ideas-Bomba: Aprender a ponerlas en uso con cuidado

Estas ideas están listas para ser ejecutadas de forma sencilla. Normalmente, el único obstáculo es el dinero y el problema es que, si no hacés algo, esa idea no vale absolutamente nada. Lo que te sugerimos tener en cuenta es:

#4 Compartílas en una Comunidad más cerrada, en la que tengas un alto nivel de Confianza.

Esto es importante porque es esa Comunidad la que te va a ayudar a:

  • Distinguir si tu idea es realmente buena y factible.
  • Si lo es, a no dejarla ir simplemente y a mantenerte activo en la búsqueda de los recursos que falten.
  • Si en esa Comunidad hay un mentor, te va a ayudar a dilucidar qué pasos seguir.

#5 Tomá Precauciones

Si tu idea es, realmente, una Idea-Bomba y tu Comunidad cercana está de acuerdo en su valor, puede ser bueno tomar un par de precauciones antes de difundirla. Si bien varían en costos, existen varios medios concretos que podés tener en cuenta:

  • Elaborar un Contrato de Confidencialidad: no es necesario que sigas ninguna forma más que hacer una copia para cada uno de los firmantes y, si tenés los recursos, hacer certificar las firmas. Tratá de que los términos sean claros y de no dar, antes de la firma, los datos clave de la idea. Podés encontrar varios modelos en Internet, como este.
  • Registrá tu idea en el Órgano Gubernamental de Protección de Propiedad Intelectual. Tené presente que no son registrables las ideas simples, sino las aplicaciones y desarrollos concretos.En Argentina, podés acudir al INPI para Marcas, Patentes de Invención o Modelos de Utilidad, o Argentores para Textos y Obras Intelectuales. A nivel global es bastante común usar las licencias de Creative Commons.

#6 Conseguí Inversores

Si lo único que te está faltando es Dinero, y tu idea tiene posibilidades reales y concretas de generar Utilidades, no debería costarte conseguir personas con esos recursos. Tené, simplemente, los cuidados necesarios:

  • Asegurate de estar trabajando con inversores profesionales y de buena trayectoria. Los verdaderos inversores tienen claro cuál es su rol y cuál el del empresario, y no van a intentar crear algo propio. Otra opción aquí es el Crowdfunding.
  • Recordá que la función de un Plan de Negocios es mostrar que es una idea viable, no entregar un manual completo para llevarla a cabo.
  • Mostrá con claridad a los posibles Inversores que vos sos la mejor persona para llevar a cabo el Proyecto.
  • Si no son Inversores profesionales, tené siempre a mano los Contratos que mencionamos en el punto anterior.
  • Procurá dejar bien claros los términos del Acuerdo: cómo va a llevarse a cabo la operación y, luego, la división de las Ganancias.
  • Recordá que, después de todo, es mejor correr el riesgo (que baja al tomarse estas precauciones)  y conseguir financiamiento, a no hacer nada por temor a que alguien «se avive» con tu idea.

 

Siempre que se justifique tratá de conseguir asesoramiento legal profesional, para evitar cualquier problema a futuro.

Ninguna idea tiene valor si no hacemos algo con ella.

Empezar a hablar de nuestras ideas es la base para encontrar mentores, potenciales clientes, compañeros de ruta y consejeros.

Es necesario cambiar la mentalidad predominante de competencia por una de colaboración, y ver que el problema no es compartir, sino cómo lo hacemos: hay que animarse a practicar los valores que esperamos encontrar en otros, cuidar los Equipos que integramos y generar mejores Acuerdos.

Entonces, te invitamos a que esta semana:

1) Nos cuentes, en los Comentarios, cuál es tu experiencia con compartir o no tus ideas, y si este Post te resultó útil.
2) Pruebes empezar a contarles a otros de tus ideas. Fijate qué pasa y cómo te sentís.

A partir de esto, pensá en tus ideas y qué podés hacer al respecto, planteate buenos objetivos para ello.

La próxima semana te traemos herramientas bien concretas para que comiences a poner en práctica tus ideas.

¡Muy buena semana!