¿Cómo perder el miedo a emprender un negocio propio si lo único que vemos es incertidumbre?
¿A qué le tienes miedo? ¿Qué te está frenando de avanzar, o angustiando en el día a día? ¿Qué miedos están detrás de esto?
Hay muchos miedos comunes que enfrentamos cuando estamos en el camino de construir nuestro propio negocio.
Miedo a lanzarse.
Miedo a no elegir bien la idea de negocio.
Miedo a la competencia.
Miedo a vender.
Miedo a no vender.
Miedo a no ser capaz.
Miedo a que me falten conocimientos.
Miedo a no tener nada suficientemente valioso.
Miedo a «no tener reservas».
Miedo a que no funcione.
Y muchos más.
Como emprendedor o persona que desea iniciar un negocio, debes haber sentido al menos alguno de estos temores.
Es algo de lo que no hablamos mucho en público ¿no?
En general en las «conversaciones de emprendedores» tendemos a hablar de alguna herramienta nueva que estamos usando y nos ha resultado, o de algún problema que estamos enfrentando en el negocio.
Pero, ¿cuántas veces hablamos de los miedos subyacentes?
¿Cuántas veces decimos: «Tengo miedo a…»?
El miedo está mal visto. Es percibido como signo de debilidad y de fragilidad, y por eso dejamos de hablar de ellos.
Pero no por dejar de hablar de ellos en público, se irán. Más bien todo lo contrario.
Estarán presentes en cada uno de nuestros días, e incluso crecerán conforme pasen los días.
Todos estos miedos son normales. No hay emprendedor que no los sienta alguna vez (o muy seguido). Pero no por eso se merecen estar en tu día a día y frenarte o quitarte energías.
Los miedos existen, son algo que nos sucede porque somos seres humanos con emociones, y tenemos expectativas. Pero el 90% de esos miedos están agrandados en nuestra mente.
Tenemos el súper-poder de agigantar los miedos y convertirlos en monstruos.
El miedo, igual que el estrés, es algo que nos sucederá en determinados momentos.
El tema es, ¿qué hacemos con él?
¿Lo dejamos que tome las decisiones por nosotros, o lo manejamos para donde queremos?
¿Cómo perder el miedo a emprender un negocio propio? Hazte estas preguntas
Hace tiempo con Mati decidimos volver a leer The four hour workweek de Timm Ferriss y hacer todos los ejercicios paso a paso, que plantea a lo largo del libro.
Ha sido un proceso interesante y transformador.
Y hasta ahora lo que más me ha impactado es el trabajo sobre los miedos.
El poder darme cuenta de los miedos que tengo, ponerlos en palabras, ver cómo me están frenando en el día a día y liberarme de ellos finalmente.
Me gustaría que experimentes esa transformación también.
Mientras lees este artículo, toma lápiz y papel o abre una archivo en blanco y responde a las preguntas siguientes. Procura no leer la que sigue hasta no haber respondido la anterior y dedícale uno o dos minutos a pensar cada una.
Estas preguntas han cambiado mi vida.
Han transformado la manera en la que siento mis propios miedos y la forma en la que los veo (antes eran monstruos que estaban por comerme y yo debía correr sin parar para que no me atrapen; ahora son una parte del día a día que acepto, con la que lidio todos los días pero que no me asustan, no me hacen sentir insegura ni me frenan).
Las 5 preguntas para perder el miedo
1) ¿Qué es aquello que hoy NO estás haciendo por miedo?
Piensa en algo que te esté frustrando, puede tener que ver con empezar tu negocio finalmente, o con avanzar en algo concreto o tomar una decisión. Piensa qué es lo que NO estás haciendo porque tienes miedo a las consecuencias.
Puede ser elegir una idea de negocio y lanzarte (tienes miedo a que no sea la adecuada y fracase).
Quizá es vender (te asusta que las personas perciban como negativo que quieras venderles y se molesten).
O tal vez es subir los precios de tu producto o servicio (en este caso temes a que tus clientes se molesten, te abandonen y no puedas mantener a tu familia ser realmente independiente).
Piensa el trasfondo de lo que te pasa. Eso que no estás haciendo por temores.
2) ¿Qué es lo peor que podría pasar si lo hicieras?
Si hicieras eso que no estás haciendo ahora por temor, ¿qué es lo peor que puede pasar? Pero lo PEOR de lo peor.
Por ejemplo: «No estoy subiendo los precios de mi servicio. Lo peor que podría pasar si subo mis precios es perder a todos mis clientes actuales y que nadie me compre nunca más ese servicio.»
3) ¿Qué tan probable es que eso suceda?
Realmente, piénsalo bien, ¿qué tan probable es que suceda lo peor?
Siguiendo con el ejemplo, ¿qué tan probable es que si subes los precios de tu servicio, pierdas a todos tus clientes y nunca más nadie te compre nada?
Piénsalo para tu respuesta.
Seguramente no es tan probable como creías, ¿verdad?
4) ¿Qué tan posibles son otros escenarios?
Ahora piensa cuán posibles son otras situaciones. Si subes los precios de tu servicio, es posible que pierdas a una parte de tus clientes actuales que no pueden pagarlo, pero también es muy posible que lleguen nuevos clientes que necesiten tus servicios y sí puedan pagarte. Quizá tomará un tiempo la transición, pero es posible que así sea.
Piensa en tu caso qué es posible que pase.
5) Si ocurriera el PEOR escenario, ¿qué podrías hacer al respecto para minimizar las consecuencias o volver a tu situación anterior?
Esta es LA PREGUNTA central.
Si hicieras eso que no estás haciendo por temor. Si ocurriera lo peor de lo peor y tu peor pesadilla se hiciera realidad…
Imagina que estás en esa situación en este momento.
¿Qué harías? ¿Qué podrías hacer para tratar de contrarestar un poco las consecuencias negativas? ¿Qué decidirías hacer para volver a tu situación anterior, o salir de esta situación negativa?
Si subiste los precios de tu servicio y perdiste a todos tus clientes… pues puedes volver a los precios anteriores, ¿verdad? O puedes contactar a tus clientes anteriores y ofrecerles una promoción por haber confiado en ti antes. O puedes lanzar un nuevo servicio con un precio más bajo que sepas que estas personas te comprarán…
Deja de evitar las preguntas importantes
¿Te diste cuenta de que nada es tan grave como pensamos?
¿Descubriste que ninguna posible consecuencia es tan determinante o fatal como creías?
¿Notaste que hay cosas que no estás haciendo por miedo pero si las hicieras lo más probable es que nada malo pase, sino todo lo contrario?
¿Sentiste un alivio y una sensación liberadora al ver que en el peor pero peor de los casos, puedes hacer algo al respecto y que todo esté bien?
Estas preguntas sirven para re dimensionar las consecuencias y ver que estamos muchas veces auto boicoteándonos por miedos que no tienen fundamento real. Por monstruos que creamos por no hacernos las preguntas importantes.
Todo eso que no estás haciendo hoy por miedo, tiene más potencial de traerte buenos resultados y aprendizajes que el no hacerlo y estancarte.
¿Seguirás creyendo en estos monstruos o vas a pasar a la acción sabiendo que pase lo que pase hay algo que puedes hacer al respecto para revertirlo?
Cuéntame en los comentarios si este ejercicio te sirvió y cuáles son tus miedos en este momento.
¡Todos tenemos miedos, hay que animarse a hablar más de ellos y ayudarnos a transformarlos en combustible y no en frenos!