Relacionarse con otros no es fácil (por más que hayas estudiado comunicaciones sociales). Decidir «mandarse solo» a emprender un proyecto propio puede ser un camino muy solitario, más aún cuando lo encaramos con un enfoque errado.
Pero ningún emprendimiento tiene sentido si no es en relación a otros. Y como emprendedor te vas a vincular con muchos (muchos) otros:
- Primero que nada, sea cual sea el problema que soluciones y para el cual pongas tu Chispa y todas tus energías a trabajar, estamos hablando de un problema que sufre un grupo de personas determinado. Esas personas a las que ayudarás son tus clientes, quienes confiarán en vos y (si lográs transmitir ese valor que ofrecés) comprarán tu producto o servicio.
- Puede que emprendas solo, pero si lo hacés en equipo tenés ahí un gran desafío: lograr tener acuerdos claros, buenos diálogos, enfrentar malos entendidos, etc.
- Para comenzar y aprender en el camino, te encontrarás mentores, emprendedores que hayan pasado por lo que te disponés a atravesar y de quienes podés obtener enseñanzas e inspiración.
- Además, hay otros emprendedores. que también quieren vivir de lo que aman, tener libertad y crear algo que ayude a otros y de lo cual puedan vivir.
- Finalmente, y seguramente las más importantes, están las personas a nuestro alrededor: la familia y los amigos, serán quienes más nos apoyen o quienes más nos cuestionen.
Relacionarnos con clientes, socios, emprendedores, mentores y seres queridos es casi inevitable y definitivamente invaluable.
Las dos maneras más comunes de acercarnos
Hay dos maneras habituales de vincularnos con todos esos grupos:
1) La de la ostra.
Creyendo que «no los necesitamos», que podemos hacer las cosas solos porque así las haremos mejor. Creyendo que tenemos claro el camino y que no necesitamos consejos ni acompañamiento. En definitiva, aislándonos de alguna manera.
2) La utilitaria.
Buscamos hacer networking, hacer contactos, ir a eventos y acercarnos a otros emprendedores y a mentores para ver si conseguimos clientes, o si nos presentan a algún empresario exitoso. Buscamos aumentar nuestra agenda de e-mails y teléfonos, intercambiamos tarjetas personales y tratamos de dar una buena impresión.
Quien no haya caído en alguna de estas o en algo similar alguna vez, ¡por favor que me cuente cómo hizo para ser tan sabio sin equivocarse antes!
La mayoría de los mortales en algún momento y durante un tiempo hemos tenido esta idea aprendida de que hacer contactos es indispensable si queremos poner en marcha un negocio (utilitario) o que no hace falta vincularnos con nadie, pedir ayuda y mucho menos compartir las ideas con otros, no vaya a ser que nos las roben (ostracismo).
Ninguna de estas miradas es correcta. Ni siendo auto-suficientes ni utilitarios aportamos valor a nadie.
Es necesario aportar valor en todo el camino: en el negocio concreto y en las relaciones con otros. Tiene que ser una forma de intercambiar valor, de crecer y compartir, de enseñar y conectarnos de forma auténtica y profunda.
Dejar de competir o aislarnos, y comenzar a colaborar.
Comunicarse es mucho más de lo que pensamos
Relacionarse con otros de forma profunda y auténtica suena a algo bonito pero abstracto. Y eso está bien porque no todo en el proceso de iniciar un negocio son números, balances, proyecciones, planes de negocios, estudios de mercado, técnicas de marketing. Todo eso es importante pero son técnicas, las bases siempre son:
- los hábitos que le permiten al emprendedor y su equipo ejecutar una idea de la mejor manera,
- la iniciativa para construir un negocio honesto que aporte valor
- y la capacidad de vincularse con muchos otros.
Comunicarse con otros no es enviar un mail, ni publicar una noticia en un diario. Comunicarse es sinónimo de intercambio, de poner en común, de compartir. Deriva de comunio, que significa participación, es bastante más amplio que difundir noticias o hacer publicidad.
Comunicarse es colaborar.
Como emprendedores no podemos quedarnos con una idea restringida e inútil de lo que significan los vínculos. Entender que el comunicarnos es esencial para nuestro desarrollo integral y que construir relaciones profundas es un catalizador de crecimiento poderosísimo es fundamental.
El desafío es aprender cómo potenciar nuestro emprendimiento trabajando con y para otros, aprender a vincularnos de forma profunda y a aportar valor desde nuestro lugar.
Construir desde lo común y aprovechar las diferencias
Todas las personas somos diferentes. Y cuando se trata de socializar las diferencias se tornan bastantes conflictivas.
Inevitablemente vas a encontrarte con diferencias, miles, y eso es absolutamente genial. Gracias a que somos tan distintos, con buenos hábitos de trabajo en equipo es que podemos generar sinergia: crear alternativas mejores y más creativas entre varios, que solos nunca hubiésemos descubierto.
Pero para llegar a eso,el foco debe estar en construir desde lo común y aprovechar las diferencias.
Y qué es lo común: todos somos personas, tenemos la necesidad de conectarnos, de ser aceptados, de ser comprendidos, de encontrarnos con el otro. Desde ahí se construyen los vínculos profundos.
¿No te hace pensar esto en esos grandes amigos que tenés hace tiempo con quienes sos muy distinto pero sin embargo siguen siendo buenos amigos? ¿Qué es lo que mantiene su amistad? Una base común. Aceptación incondicional de las diferencias. Experiencias juntos.
En el día a día necesitamos tener un grupo de pertenencia con el que compartamos más cosas.
En la adolescencia cuando estamos definiendo nuestra identidad, nos aferramos a un grupo de pertenencia y en general son bastante uniformes. Somos todos parecidos a esa edad. Pero cuando crecemos, vamos eligiendo y definiéndonos mejor.
Cuando emprendemos necesitamos un grupo que “esté en la misma” con quien compartas tus creencias más profundas, tus sueños, hábitos, problemas. Esto te potencia de una forma que no te imaginás hasta que lo vivencias.
Rodeáte de personas apasionadas, que te inspiren, te den ideas, te ayuden a crecer, te empujen cuando estés trabado.
Durante mucho tiempo nuestros grupos de amigos, con quienes más compartíamos, no eran emprendedores, por lo tanto no entendían mucho algunas de nuestras ideas o iniciativas. En general para amigos y familiares que no quieren emprender, nuestras ideas son locas y utópicas. Incluso cuando viajamos mientras trabajamos muchos nos preguntan «¿hasta cuándo están de vacaciones?»
Con el tiempo y una firme decisión, fuimos encontrando y formando comunidades, y varias nos encontraron a nosotros :)
1) Online.
Tanto si tu emprendimiento tiene base en Internet, como si no la tiene, es muy bueno buscar comunidades on-line de emprendedores y jóvenes que buscan libertad, movilidad, que creen lo mismo que nosotros y que nos inspiran desde distintas actividades y lugares.
En nuestro camino estuvieron:
- la comunidad de un Curso de Live your legend que hizo Mati con quienes después de haber terminado el Curso sigue en contacto semanalmente;
- otros emprendedores que fuimos conociendo como Andrea de viajeroemprendedor.com, o Luis de tunegocioenlanube.net, que nos invitaron a participar en pequeños grupos o mastermind groups de emprendedores online.
- Ángel de viviralmaximo.net, con quien entablé un diálogo luego de leer su blog durante mucho tiempo y pudimos compartir varios asados y paseos cuando estuvo por acá. Hoy es un muy buen amigo y nos invitó a participar en una Comunidad que él creó de personas activas e inspiradoras.
2) Offline.
Cualquier negocio que tenga base en Internet debe intentar llevar las relaciones al “cara a cara”, porque ahí es donde podemos mirarnos, escucharnos y conocernos realmente.
Con la inspiración de Live your Legend y siendo representantes regionales con Superhábitos, decidimos comenzar reuniendo a las personas que apasionadas quieran emprender y hacer algo distinto.
No sabíamos en donde estaban, así que decidimos salir a buscarlas y reunirlas. Así creamos la Comunidad Superhábitos que se reúne una vez al mes, de la cual han surgido múltiples emprendedores y emprendimientos.
Esos son ejemplos de comunidades donde nos vemos inspirados por otros y donde tenemos la posibilidad de generar algo.
Todo muy bonito pero ¿y ahora?
5 cosas que podés comenzar a hacer para comunicarte mejor
Quizá estás pensando: «buenísimo, voy a aplicar el enfoque de aportar valor a mi camino emprendedor, voy a colaborar más y dejar de preocuparme tanto por los contactos… pero ¿cómo comienzo?»
Comenzá muy de a poco. Acá 6 ideas simples que podés comenzar a ejercitar:
#1 Conocéte
Tener clara tu Chispa. Tener claras tus pasiones, objetivos e intereses. Saber hacia dónde vas, qué tenés para aportar te permite aportar y valorar las diferencias.
#2 Sé vulnerable
Animarte a abrirte a nuevas relaciones, no tengas miedo de contar tus miedos y tus logros, tus sueños y fracasos. Siendo vulnerable podés conectarte con otros realmente. Verás que si comenzás a ser más abierto, los demás se abren de la misma manera. Todos estamos esperando poder compartir nuestros miedos y sueños más profundos. Sé quien rompa el hielo :)
Te recomiendo este video donde Brené Brown explica en profundidad la idea de vulnerabilidad que es fundamental para las relaciones verdaderas.
#3 Comunicate
Siempre mirá oportunidades en los otros y creé en ellos. Todos tenemos potencial y eso es una verdad absoluta. No mires a los otros como competencia o midiendo quién es mejor (por más que tengan productos o servicios similares). Mirá el potencial de quien tenés en frente y sabé que siempre tenés algo que aportar que es único y diferente.
Comunicáte, compartí, colaborá, buscá hacer amigos no contactos.
Rompé con esa idea de separar la amistad de los negocios. ¡Nosotros somos familia y emprendemos juntos! Es una experiencia única y asomobrosa :)
#4 No busques a alguien cuando necesitás algo
Tenemos la mala costumbre de llamar a alguien con quien no hablamos nunca, sólo cuando necesitamos pedirle un favor.
No hagas eso, te hace sentir incómodo a vos y lo hace sentir usado al otro. Comenzá a construir vínculos sólo porque sabés que es importante y que son procesos que toman tiempo. Interesate de verdad en ellos, contribuí de manera significativa. Escuchá activamente, compartí, ayudá y pedí ayuda.
Así como buscás aportar valor en tu proyecto, buscá aportar valor a los otros, no lo pienses de forma egoísta o utilitaria, aportá siempre que puedas.
Comprometéte con eso y disfrutalo. Siempre es lindo conversar con personas diferentes, y hacer nuevos amigos.
Cuando necesites algo, van a estar.
#5 Generá conversaciones
Sé quien de el primer paso. No esperes a estar en una reunión y que alguien se acerque. Acercáte, aplicá la regla de los 3 segundos de la que habla Scott Dinsmore: antes de que pasen 3 segundos, decí hola. Cuando decís hola ya no hay vuelta atrás y comenzás una conversación. Pero si esperás tres segundos, es probable que no te acerques a saludar. Probá esto, es muy efectivo y divertido.
Preguntá y predisponete a aprender de los demás. No hables todo el tiempo. Las conversaciones son ida y vuelta, lo peor que existe son esos «diálogos» en los que una de las dos personas no para de hablar. Que sea equilibrado.
Animáte a contar tus historias (sí, esas graciosas también).
Y sobre todo sonreí y sé auténtico. No finjas ser algo que no sos.
Comenzar a comunicarte de verdad es una elección que puede cambiar la manera en que te sentís y vivís.
Todas las personas están buscando conexiones profundas, ¡sé el que dé el primer paso!
Salí, vinculate sinceramente, colaborá. Vas a ver cómo tu proyecto y el de muchos crece gracias a que pongas el foco en colaborar y no en competir.
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Pero lo más importante acá es saber tu opinión. ¿Te parece que estas ideas son útiles? ¿Cómo sentís que es bueno vincularse con otros? ¿Te gustaría que escriba más sobre estos temas, sobre trabajo en equipo, cómo comunicarse con los clientes, etc.?
¡Te veo en los comentarios! :)
O en mi bandeja de entrada (lucia@superhabitos.com)