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La otra parte de la fórmula de la libertad financiera

No hay que negarlo. Por más que la mayoría diga que no, muchos de los que estamos emprendiendo llegamos a esto en búsqueda de una vida sin limitaciones financieras. Es decir, empezamos buscando tener suficiente dinero como para estar tranquilos.

Después me di cuenta de que hacer lo que me gusta era la mejor forma de hacer negocios, y que al mismo tiempo podía ayudar a otros, pero al principio sólo buscaba generar ingresos para poder dedicarme en mi tiempo libre a viajar, aprender y conocer cosas.

La idea de libertad financiera

Una de las principales influencias en este sentido es Robert Kiyosaki, amado por muchos y odiados por tantos otros. Aquí no vamos a juzgarlo, simplemente vamos a tomar de uno de sus libros el concepto de “libertad financiera” como medida de la riqueza (acá más sobre eso).

Según esta idea, la riqueza no se mide sino en tiempo: ¿cuánto tiempo pasaría, si hoy dejas de trabajar, hasta que necesites a volver a buscar un trabajo? Por ejemplo, si soy un ejecutivo que gana U$S 72.000  al año (en Argentina es mucho, no en EEUU), es decir $6.000 al mes, y mis gastos son de 5.000 U$S, si no tengo ahorros entonces mi libertad financiera es de menos de un mes.

El concepto apunta a que la riqueza no está en el stock (cantidad de plata en una cuenta de banco o guardada abajo del colchón) sino en el flujo (ingreso de dinero que uno percibe con periodicidad). Sin embargo, yo quiero hacer énfasis en otra cosa y es que la ecuación de la riqueza es un camino con vía de ingreso y con vía de egresos.

Sin entrar en discursos sobre el materialismo, mi punto es que una forma rápida de acercarnos a la libertad financiera es reducir los gastos. Ya estoy escuchando alguien decir “¡decime algo que no sepa!”

El hábito de evaluar nuestros Gastos

Parece obvio cuando uno lo lee, pero día a día hablo con emprendedores o gente que quiere emprender que presta muchísima atención a cómo su negocio va a generar grandes cantidades de dinero. Escucho muy pocos prestando atención a cómo van a hacer para necesitar menos (no es exactamente lo mismo que reducir costos).

Al tener éxito, estas personas ven aumentar sus ingresos, pero en la misma medida que sus gastos (ahora que todo anda bien, podría comprarme mi primer o segundo auto, o casa). Como menciona Tim Ferriss, hay que recordar que la gente no quiere el dinero sino que quieren el estilo de vida.

En el párrafo anterior dije que no es lo mismo reducir costos que necesitar menos. Necesitar menos en mi discurso significa el acto de identificar las cosas que son superfluas para nuestra misión y objetivos y sacarlas del medio, identificar lo realmente importante y quedarnos con eso.

Un ejemplo es Warren Buffett, inversionista norteamericano y el tercer hombre mas rico del mundo. A pesar de su riqueza, sus gastos son bastante bajos para su récord financiero: tiene un auto un tanto viejo, no se mudó en más de 30 años y su casa no es siquiera la más grande de su cuadra. Este inversionista podría comprar la casa que desee, pero lo importante para él es hacer lo que ama (su trabajo) y compartir con su familia. No necesita nada más.

Un ejemplo de Superhábitos es el de Matías y Lucía, hace poco comentaron por sus redes sociales el inicio del proyecto 28 litros. ¿La idea? Básicamente llevar tu casa en tu mochila, si deseas mudarte ahora mismo o viajar que puedas llevar todas tus cosas en tu mochila (de 28 litros). Para Matías y Lucía lo importante era poder hacer lo que les gusta y estar listos para viajar.

El proyecto implica una filosofía de gasto distinta, que no es vivir prescindiendo de cosas sino identificar qué cosas son las que realmente necesitamos para el día a día. Por otro lado implica menores gastos en ropa y otros, menos costos de alquiler (menos espacio), menos costo de perder cosas y tiempo de ordenar, etc.

(Si sentís que acumulas muchas cosas que no necesitas y querés hacer algo al respecto, podes entrar acá  o acá  para encontrar ideas.)

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Como con cualquier destino, la búsqueda de la Libertad Financiera requiere que dominemos todas las partes del camino

Llevando las ideas hacia nuestras empresas

Quienes estén atentos se darán cuenta de que esta misma filosofía puede aplicarse a los negocios.

Los modelos de negocios bien enfocados tienen que dirigirse a crear y entregar valor a los clientes que lo deseen y a un precio que estén dispuestos a pagar. Muchas veces nos metemos en un gasto, no sólo de dinero sino también de tiempo, en proyectos que no necesariamente se relacionan con dar a los clientes un mejor producto.

También pasa lo contrario, en búsqueda de reducir costos indiscriminadamente dañamos la propuesta de valor que estamos ofreciendo a nuestros clientes generando pérdidas a largo plazo. Por ejemplo, por el simple hecho de reducir costos podemos recortar la cantidad de personas en atención al cliente dañando fuertemente la experiencia del consumidor.

Existe un fuerte valor en saber identificar de la mejor manera posible cuál es nuestra propuesta de valor y qué necesidad debemos satisfacer de nuestros clientes. Un ejemplo que todos vivimos todo el tiempo es el de Google. El buscador de Google tenía la misión de permitir un acceso rápido a toda la información en la web. Con eso en mente los fundadores eliminaron todos los elementos sobrantes (y que seguramente generarían gastos extras) dejando solamente aquello que aportaba a su propuesta de valor.

¿Va este gasto realmente a mejorar la experiencia de nuestros clientes? ¿Necesitamos realmente implementar este o aquel elemento de la mezcla de marketing? Desde luego puede que nos de satisfacción tener ese cartel gigante con nuestra cara y el nombre de la empresa, pero ¿aporta realmente a la experiencia del consumidor?

Por supuesto, el manejo de costos en las grandes empresas es infinitamente más complejo. Pero como emprendedores el comienzo está en entender la filosofía detrás de generar bajas en los egresos con sentido y orientados a lo importante.

 

Se trata de necesitar menos, no simplemente reducir costos. No tenemos que olvidar que la libertad financiera se mide tomando en cuenta tanto los ingresos como los gastos.