¿De qué hablamos cuando hablamos de éxito?

Habrá dos fechas en tu tumba, todos tus amigos las leerán.
Pero lo relevante será ese pequeño guión entre ellas.
Kevin Welch

Incluso antes de terminar el colegio ya había decidido ir a la universidad. Ni siquiera me lo pregunté, simplemente así era. Además, como tenía claro mi interés por la psicología, el plan era perfecto.

Casi cuatro años después, la verdad es que no me arrepiento de la decisión que tomé en ese momento.

En este tiempo, determinadas situaciones y personas me llevaron a preguntarme por qué si o por qué no ir a la universidad. Así también, a conocer alternativas que en la facultad generalmente no son siquiera opciones.

Mi mirada se amplió y, con mis propios argumentos (distintos por supuesto a los que tenía antes), estoy feliz con mi decisión.

Aún así, hay ciertos guiones que todavía me cuesta mucho dejar de lado. Hablo de los protocolos preestablecidos sobre la importancia de tener un buen promedio en la universidad, o de llevar la carrera «al día” o conseguir determinado tipo de trabajo.

Básicamente, es un esfuerzo constante por elegir mi camino y no el que alguien (mi familia, la cultura o la sociedad donde crecí) dicen que es mejor.

En los momentos en los que uno tambalea y no sabe muy bien para dónde seguir caminando, se vuelve fundamental tener claro el porqué uno elige lo que elige. Es decir, conocer el propósito que da sentido a cada cosa que haces para así mantenerse enfocado y tener la fuerza suficiente para tomar decisiones importantes.

Se trata de establecer una misión para propia vida, que es la que va a marcar el propio éxito.

 

La misión sirve como guía, ,marca lo que es importante para vos.
La misión sirve como guía, marca lo que es importante para vos.

¿Por qué preguntarse sobre esto?

Nos demos cuenta o no, la publicidad y la sociedad en general marcan senderos. Son guiones preestablecidos que traen aparejadas definiciones acerca de qué es el éxito.

Tener una casa en determinada zona de una ciudad, vacaciones de verano en algún sitio específico, tal modelo de auto, promedio en la universidad, una empresa con tal monto de ingresos anuales, un doctorado, incluso consumir ciertos productos y otros no.

Sin embargo, ¿cuántas personas conocés que “teniéndolo todo» aún así no son felices?

No estoy queriendo decir que los puntos que conforman el éxito social sean negativos, sino que no para todos son realmente significativos (y está bien que así sea).

Cada persona mide el éxito en función del propósito por el cual se despierta cada mañana. Estas causas, los porqués, son tan particulares como cada uno de nosotros.

¿Conversaste alguna vez con una persona que, luego de dedicarse mucho tiempo a algo, lo abandonó por un sueño y encontró lo que realmente lo hacía feliz? Hay varios casos donde este cambio es radical.

 

Dejemos de hablar de éxito: «los éxitos»

Dedicar tiempo a conocer los motivos que hacen que saltes de la cama todos los días, y establecer desde allí tu definición de éxito, no es sólo un motivo para ahorrarte canas y dolores de cabeza.

Es la manera de ser feliz cada día, minuto a minuto, más allá de lo que pase a tu alrededor.

Con más claridad podes ver lo anterior si conversas con otras personas. Es increíble cómo difiere el grado de felicidad cuando logran algo que está en sintonía con su propia definición de éxito, a cuando lo hacen de acuerdo al éxito establecido por otros.

Más de una vez sentí presión por lo que estaba haciendo y, a la par,  ganas de salir corriendo por el camino de la comodidad, sin asumir riesgos. Cuando los plazos se acortan y uno no llega a cumplir con lo que se propuso, cuando hay muchos compromisos y falta organización personal, o cuando simplemente estás desenfocado y sentís que el tiempo no es suficiente.

Es fácil en esos momentos quedarse en el miedo y querer dejar todo. Pero cuando realmente te conectas con lo que es tu propia definición de éxito, no hay problema que no tenga solución.

En mi caso, estoy comprometida con la misión de hacer saber a toda persona que las respuestas y las mejores herramientas no están afuera, sino adentro de uno mismo. Trabajar para que cada uno descubra todas sus potencialidades es muy importante para mí.

Y es eso lo que logro trabajando en Superhábitos y estudiando lo que estudio. Así, incluso en situaciones difíciles, soy feliz porque es el camino que elijo y el éxito es algo que vivo al seguir caminando por mi propio sendero.

 

Como dice Nietzsche, «quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo».  Por eso es preciso acercarse a las bases, conectarse con lo más profundo de uno. Allí radica tu propia definición de éxito.

Por supuesto, aclarar lo que esto es para cada uno es fruto de un proceso. Pero no sólo es importante, es fundamental.

De lo contrario, vas a vivir cada día esforzándote por algo que, quizás cuando tengas 70 años y mires para atrás, no sea en absoluto significativo.  Es más, seamos radicales, ni siquiera esperemos a que tengas esa edad. El momento para construir una vida de la que estés realmente orgulloso, es hoy.

 

Si hace tiempo estás soñando con montar tu propio emprendimiento, entonces el momento de hacerlo es ahora. No en dos años cuando termines tu carrera, no cuando tu cuenta del banco tenga el suficiente dinero para que puedas emprender sin correr riesgos.

¿Qué te frena, más que vos mismo y los guiones que estás aceptando sin más? Estando conectado con tu propósito, hay múltiples técnicas que pueden ayudarte a maximizar tu desempeño.

 

¿Hay algún camino rápido que pueda seguir para encontrar mi propósito?

Cuando el orden es ese, primero el motivo profundo y después las herramientas (financieras, psicológicas, administrativas, las que sea), todo confluye naturalmente y se potencia lo que está latente en vos.

Existen herramientas muy prácticas para mejorar el desempeño, relacionarse mejor con las personas, vencer ansiedades, etcétera. Incluso, retomando experiencias de otras personas e investigaciones, hay muchas formas para comenzar a emprender con poca inversión o administrar tu propio emprendimiento.

Sin embargo, si lo que querés es obtener un resultado verdadero y que se mantenga en el tiempo, vas a tener que acompañar estas técnicas con el ingrediente secreto: tu propósito en la vida.

Lo aclaro porque obvio que es más fácil desarrollar anclas mentales o decirse palabras positivas, que dedicar tiempo a encontrarse con uno mismo. Las herramientas que tenemos a mano,  gracias al avance de la ciencia, son fáciles de aplicar: si haces a, vas a obtener b. ¡Hasta parecen soluciones mágicas!

No estoy diciendo que no sean importantes, sino que estas técnicas son secundarias. No somos robots y la vida no se trata de condicionarse para actuar de una manera «exitosa». Lo exitoso es en función del propio sentido, y ese sentido no pertenece a nadie más que a vos mismo.

¿Cuán importante es crear una empresa o ser el mejor desarrollador de software si eso no tiene un fin?

Esto no se trata de lo que te dijeron que estaba bien, no es en función de lo que muestra la televisión ni el cine. Es una cuestión personal, entre vos y el que ves cada mañana en el reflejo de tu espejo.

Desde Superhábitos te brindamos herramientas para que trabajes tanto lo más profundo de vos como, posteriormente, las herramientas para manejarte adentro del mundo de los emprendimientos.

Aún así, no es responsabilidad nuestra el futuro que construyas. Eso depende exclusivamente de vos y de lo que hagas cada día de tu vida.

Conocerse a uno mismo y definir lo que se quiere, es un proceso que implica mucha reflexión
Conocerse a uno mismo y definir lo que se quiere, es un proceso que implica mucha reflexión

¿Por dónde empiezo entonces?

Mirarse, reflexionar y conectarse con uno mismo son las bases para un éxito pleno y una felicidad permanente.

Dentro de todo el potencial que tenés para hacer lo que deseas, está la capacidad de mirarte a vos mismo, comprenderte y desde allí plantear la estrategia de juego. Con los hábitos adecuados podes aumentar notablemente tu capacidad de introspección.

Sos tu mejor herramienta para lo que sea que desees hacer o lograr. Las potencialidades están presentes, pero va a depender exclusivamente de vos desarrollarlas.

Por eso es importante tener claro, ¿qué es el éxito para vos? ¿Qué sentido o motivo es el que le da forma?

En esta charla, Tony Robbins nos invita a preguntarnos por qué hacemos lo que hacemos. Explica que el combustible que nos mueve son las emociones, las cuales nos permiten tomar las decisiones para cumplir nuestras metas y satisfacer las necesidades más profundas.

Robbins plantea que las seis fundamentales son: certeza, incertidumbre, significancia, conexión y amor, crecer y contribuir más allá de nosotros mismos. Mira en el video cómo se complementan estas ideas:

 

El éxito personal se vincula también con la satisfacción de estas necesidades.

A medida que vayas perfilando tu propósito, vas a ir descubriendo que éste está en conexión con un sentido más grande, que te trasciende y que implica conectarse y colaborar con otros.  

No es casualidad que las personas que día a día trabajan en función de su sentido, crezcan tanto en lo personal como en lo espiritual.

 

El primer paso: Tu Misión personal

Te invito a que ahora mismo frenes y revises hacia dónde te estás dirigiendo.

Pensá en lo que hiciste hace una hora, en lo que hiciste ayer y los días de la semana pasada. ¿Qué pasaría si siguieses haciendo lo mismo el próximo año? ¿A qué lugar te llevaría? No quiero ser trágica, pero realmente el fracaso existe.  

¿Cómo es ese futuro en el que no hiciste realidad tu sueño? ¿Serías plenamente feliz?

No dejes pasar un día más sentado en el sillón de la conformidad. No voy a mentir y decirte que es fácil, muchas veces cuesta. Depende de vos construir el futuro donde seas exitoso, absolutamente de nadie más.

Por eso, lo primero es que descubras qué es aquello que querés para tu vida y lo que realmente importa para vos. Es el núcleo detrás de todo, y la mayor fuente de motivación y resiliencia que existe.

Es decir, el primer paso que tenés que dar es escribir tu misión personal. Se trata de definir eso que tenés para aportar a tu alrededor y utilizar esa claridad cada día para tomar decisiones.

Es el hábito que tenés que desarrollar para que emprender se vuelva simple. 

¿Por qué? Porque sabiendo qué es lo importante, podés priorizar. Más allá de cuál sea tu proyecto, generalmente los problemas aparecen cuando perdemos el foco.

Podés evitarlos definiendo tu Misión Personal, porque así vas a decidir con más facilidad qué hacer y qué no hacer.

 

Si estás interesado en aprender cómo aclarar tu misión personal o cómo aplicarla en el día a día, entonces puede que te interese participar del Programa de Desarrollo de Hábitos Emprendedores que empieza en Octubre.

Podés sumarte a la lista del Pre Lanzamiento (que empieza mañana mismo) dejando tu mail aquí :)

La manera en que vas a poder incorporar este hábito, el de tener una misión personal y priorizar en función de ella, es un proceso gradual. En la base de todo lo que hagas, es clave saber a dónde te estás dirigiendo. Es lo primero que tenés que aclarar para dejar de ser un soñador, y convertirte en un emprendedor.
Es verdad, es una lucha constante con uno mismo.  Pero somos varios los locos trabajando y haciendo realidad los éxitos a nuestra medida ;)  ¡Estamos juntos en esto!

La Comunidad de Salta, trabajando en el encuentro de Septiembre.
La Comunidad de Salta, trabajando en el encuentro de Septiembre.

 PD: Deja tu mail acá si estás interesado en participar del Programa de Desarrollo de Hábitos para Emprendedores.