Error Imperdonable Emprender

El único error imperdonable para los emprendedores (y cómo evitarlo)

Empecemos siendo claros: tu emprendimiento, sea real o una idea que acaba de surgir, no se trata de tu emprendimiento.

Y no, no estoy hablando tampoco de que se trata de tus clientes (eso queda para otro día).

Tu emprendimiento se trata de tus sueños.

Nadie quiere emprender porque odie tener un ingreso fijo a fin de mes, o porque le parezca genial la incertidumbre que implica. Ningún emprendedor dió el primer paso porque le encante que su estilo de vida esté sujeto a los cambios del mercado, y tener que adaptarse completamente. Yo soy el primero que le pediría al genio de Aladín que cree para Superhábitos un campo de fuerza resistente a variaciones monetarias, impuestos y fluctuaciones en el gusto del mercado. Pero ya he probado fregar lamparas, y no funciona, ¿por eso voy a dejar de emprender?

Emprender se trata de tus sueños.

No se trata de que sea malo tener un ingreso fijo: se trata de que no vale la pena cambiar tu sueño por eso.

No se trata de que sea hermosa la incertidumbre: se trata de que superarla se justifica por lo que viene después.

Todos los emprendedores con los que hablé hasta ahora (y este año han sido muchos) siguen el mismo patrón: soñaban algo, sea de forma muy concreta o un poco abstracta, y ninguno de los caminos que tenían frente a ellos parecían llevar a ese objetivo. Tal vez porque no hay un «trabajo» para aquello que disfrutan. En otros casos es que quieren que sus ingresos sean distintos a los normales. Para algunos es elegir con quién trabajar, o cuándo. Para muchos es la libertad que desean para crear su propio estilo de vida. Cuando ninguno de los caminos que ya existen nos lleva a lo que soñamos para nosotros y nuestras familias quedan dos opciones: crear o renunciar.

Y cuando se trata de los sueños, renunciar no debería ser realmente una opción. Entonces sólo queda salir y crearlo. Así nacen los emprendedores.

Ese es el momento clave, y si estás leyendo hasta acá seguramente entendés a qué me refiero. Recordás un momento en que lo sentiste: si nadie me lleva, entonces tendré que ir solo :).

Ahora bien, lo entiendo. Lo primero que surge en la mente al leer algo como esto es: «Es fácil decirlo«.

Y sí, es fácil. Literalmente me toma 10 segundos escribirlo en el teclado. Más o menos. Probemos de nuevo:

Cuando se trata de los sueños, renunciar no es realmente una opción.

10.25 segundos. Lo cronometré. Algo que toma 10.25 segundos en ser escrito puede tardar años en transformarse en una realidad. Pero si sí se puede, y se trata de nuestros sueños, lo vale definitivamente.

El tema, entonces, es ir un paso más allá y hacerlo. Es tomar ese primer pensamiento, esa necesidad de crear algo y transformarla en un proyecto real, que nos acerque en realidad a nuestros sueños.

En Superhábitos hay, hasta ahora, más de 90 entradas en los que cubrimos muchos de los aspectos y problemas fundamentales de la vida del emprendedor, y los hábitos que implica. Pero acabo de darme cuenta de que hay uno que está faltando.

Yo lo llamo «el único pecado capital», «el único error imperdonable». Si Superhábitos fuera Hogwarts sería «el que no debe ser nombrado». O Volde-error ;)

Y sí, este error es mucho peor que ese chiste :)

Hoy quiero contarles qué me llevó a darme cuenta de que ese post estaba faltando, y darles 3 consejos para evitarlo, como para ir anticipando los reglaos de Navidad.

El momento de inspiración

Como todos saben, hace un par de meses largamos el primer Programa de Superhábitos, llamado «Convertite en Emprendedor». Hace un par de días me encontré con una entrada en los foros cuyo título era rotundo:

«FRUS.TRA.DA»

Auch.

El problema detrás de ese título era claro. El Módulo 3 no le estaba resultando fácil a su autora. Era lógico: habíamos arrancado con el humilde reto de aprender una habilidad clave para el emprendimiento de cada uno en 30 días, mientras incorporábamos un nuevo sistema de aprendizaje. La situación desde la que ella escribía era una con la que Ustedes tal vez se sientan identificados:

  • Una cantidad de horas por día «no disponibles», afectadas al trabajo y los compromisos.
  • Una familia que también requiere de nuestra atención y cariño, y niños que no entienden de horarios y sistemas de organización (como tiene que ser :) ).
  • Las ganas de crear un Proyecto, una idea clara y una visión fuerte.
  • La frustración de no estar avanzando con el reto que tenemos en mente.

Acá viene el punto central. La decisión con que ella se enfrentaba era muy parecida a la que nos enfrentamos cuando descubrimos que somos emprendedores. En el primer momento es crear o renunciar. Pasar por lo que haga falta para que un sueño sea más que un sueño, o volver a una resignada rutina cotidiana. Luego, a lo largo de nuestro camino para emprendedores la misma opción se presenta pero de otra manera: ¿continuar o renunciar?

Así de desafiante parece emprender cuando algo no nos sale.. ¿El secreto? En medio de esos cerros había un sendero claro, para subir paso a paso :)
Así de desafiante parece emprender cuando algo no nos sale.. ¿El secreto? En medio de esos cerros había un sendero claro, para subir paso a paso :)

Esa pregunta viene acompañada de muchos sentimientos, preguntas y prejuicios, y lo normal es que surja cuando nos sentimos frustrados, porque son esos los momentos en que no estamos seguros sobre si tiene sentidos seguir intentando avanzar: al fin y al cabo ya probamos algo y no estamos teniendo muchos resultados, ¿no?

La conversación en los foros reflejaba exactamento eso. Pero a pesar de lo rotundo del título, lo que venía después me alegró profundamente (entre corchetes un par de comentarios míos):

«Sentarme a escribir esto me llevó unos días, porque antes pasé por pensamientos como…mejor dejo todo acá…mejor vuelvo a empezar desde el módulo 1…etc. Y ahora que lo leo, no parece un gran problema como lo veía ayer [estas dos oraciones son fundamentales: es increíble ver la claridad con que está planteada la disyuntiva y, especialmente, cómo al hacer el ejercicio de poner por escrito y conversar el problema la solución empieza a asomar sola]. Qué difícil chicos! Porque la ingeniería del programa es perfecta, pero aplicarlo sobre personas sin hábitos…es complicado. Es que carezco de hábitos emprendedores y hasta de los más básicos. Pero bueno, mi compromiso es dar al máximo asi que aquí estoy [spoiler alert: esta frase final va a ser el centro de este post :) ]».

Planteadas las cosas, cuando llegaron las Horas de Trabajo semanales que hacemos por Hangouts este tema fue el primero en surgir, y no pude más que empezar y sonreír.

Había mucho que mejorar. Había mucho que ver desde otra óptica. Y había mucho que valorar. Pero sobretodo, había que festejar una cosa: los dos meses de trabajo ya estaban evitando que se cometiera el error fundamental.

El error imperdonable, en el mundo emprendedor, es abandonar.

Y no estoy hablando de abandonar una empresa, o una actividad en particular. Hay negocios que no funcionan y el aprender es evitar repetir dos veces lo mismo y esperar distintos resultados.

Pero el pecado capital es abandonar nuestro camino como emprendedores.

Antes de tener una empresa, antes de iniciar un proyecto, somos emprendedores. Y que un proyecto o una acción no salga a la primera, o que no salga en absoluto, no cambia eso.

Si alguna vez sentiste la chispa de emprender entonces seguramente también sentiste, después, el miedo, frustración y tristeza cuando algo no funciona, con todo lo que traen esas emociones detrás.

¿Cómo evitamos abandonar cuando algo no sale? ¿Por qué no lo haríamos?

3 Consejos para Evitar Abandonar el Camino a Emprender

# 1. Recordá qué está en juego, y mirá más allá de la punta de tus pies

Esto lucha contra la parte emocional del problema. Sentimos frustración y miedo: «ya probé X e Y y no tuve ningún resultado, ¡para qué intentarlo de nuevo!», o tal vez «si hago X o Y voy a estar quemando varios puentes, y la verdad es que no tengo nada seguro del otro lado».

Estos son miedos naturales, pero nos perjudican, ¿cómo los evitamos?

Simple: no miremos la punta de nuestros pies (consecuencias inmediatas). No miremos, tampoco, dos pasos adelante. Levantemos la mirada y pensemos en el mundo (nuestro mundo) en 10 años. O 20. O 35.

Lo que nos da miedo en un primer momento es la consecuencia inmediata de probar algo sin certezas. Podemos parecer tontos. O darle razón a los que dudan de nosotros. O pasar por un percance económico.

Y casi, casi abandonamos.

Pero luego miramos a los lejos y vemos las consecuencias reales de abandonar.

Vemos cómo proyectos soñados recién arrancan al jubilarnos (si es que). Vemos tiempo con nuestras familias que se pierde entre trabajos y obligaciones. Vemos la rutina a la oficina, con todo lo que no nos gusta, prolongado por años indefinidos.

Mi filosofía personal cuando pensé en emprender fue, la verdad, emprender con la tranquilidad de que aunque me tomara 5 o 10 años valía la pena. No esperaba tanto de mí como para resolver todo en 1 año. Pero ver a mis padres y sus amigos sufrir 20 o 30 años de trabajos me dió la fuerza para saber que el proceso, por largo y arduo, no dejaba de ser simple en el fondo (no abandonar y ejercitar ciertos hábitos) y valer la pena.

Pensá en tu vida a 20 años: ¿sigue pareciendo tan grande el pequeño error que hoy te frustra o atemoriza?

No abandones.

# 2. No abandonar no significa seguir haciendo todo de la misma forma

El hecho de recordar por qué estamos en este camino no cambia el hecho de que si hoy nos sentimos frustrados es porque intentamos algo y no funcionó, ¿qué hacemos con eso? ¿volvemos a tratar?

No. Como dice el ya gastado dicho, «locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes«. Tenemos que continuar en el camino pero cambiar lo que ya sabemos que no funciona. Para eso lo mejor es:

  • Empezar por desarrollar los hábitos básicos, como la represa de nuestra Guía Gratuita (¿no la tenés todavía? ¡te la mandamos!) o el Sistema Semanal que parte de tu Misión y Visión.
  • Tener objetivos claros. Los objetivos genéricos nos llevan a abandonar porque carecemos de un parámetro para saber si estamos haciendo lo correcto o no, si estamos progresando o si seguimos en el mismo lugar.
  • Trozar los grandes retos en pequeños pasos, y buscar alternativas en cada uno. Si no encuentras alternativas, entonces es hora de trozar un poco más. Una vez que tomamos un gran reto y lo convertimos en pasos pequeños, simplemente debemos preocuparnos por dar uno cada día.
  • Tener sistemas para reflexionar sobre nuestros experimentos y poner por escrito los resultados. Esto no sólo hace más fácil recordar los errores, sino que te permite sistematizarlos mentalmente.

Lo voy a decir de nuevo: una vez que tomamos un gran reto y lo convertimos en pasos pequeños, simplemente debemos preocuparnos por dar uno cada día.

Dar un pequeño paso cada día es exactamente lo contrario (en términos prácticos, filosoficos y matemáticos) a abandonar. El día y la noche. Volde-error y Emprende Potter.

Y lo gracioso es que este enfoque termina dando más resultados que los que pretenden cambiar el mundo en un día. Si tratamos 100 en un día tal vez logramos 50, pero nos frustramos y abandonamos. Cuando vamos de a 1 vemos que podemos. Y entonces son 2. Luego 3. Eventualmente, estamos dando saltos y haciendo piruetas sin darnos cuenta.

Lo que hace falta es trozar, y dar un paso por día.

No abandonar :)

# 3. Rodeate de las personas correctas, que te pegan un chirlo cuando es necesario

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Momento cultural: un «chirlo» en Argentina es un pequeño golpe con la palma de la mano, normalmente para llamar la atención sin lastimar. Y uno de esos en la parte detrás del cuello es muchas veces lo que un emprendedor necesita.

Nos desesperamos, nos trabamos con un punto de vista o una idea y no le encontramos la vuelta. Queremos dejar. De repente, chirlo mediante, vemos una nueva idea. Y continuamos.

Estamos exhaustos. Probamos mucho y sin resultados. Nos tiramos al costado del camino a descansar. Chirlo. Arriba y a seguir.

Internet ha hecho posible que estemos conectados, y tenemos que aprovecharlo a nuestro favor. Hay lectores de Superhábitos que me escriben simplemente para que les recuerde que quieren empezar un negocio, o para que los haga responsables de hacerlo. (Vos también podés :) matias[arroba]superhabitos.com). Acá abajo hay una sección de comentarios donde podemos charlar de lo que quieras. Es lo que funciona en los Encuentros de Salta y dentro del Programa es lo más efectivo.

Hablamos de recordar qué está en juego y ver nuevas formas de seguir. Las dos cosas son más fáciles cuando tenemos un grupo de personas que nos acompaña, conoce y cuida.

Si el tema que se planteó en los Foros hubiera seguido en la mente de quien lo pensó se hubieran agrandado, sobredimensionado y hecho gigantes.

Pero lo puso afuera, y se encontró con que es común, y que había soluciones que otros ya tenían. Eso caracteriza a las Comunidades: cada persona es única, pero nos ayudamos en busca de un objetivo más grande.

 

Lo único que no podemos permitirnos es abandonar

Entonces, en versión resumida:

  • No tengas miedo de cometer errores.
  • No tengas miedo de cambiar de idea de negocio.
  • No tengas miedo de elegir mal tu industria.
  • No tengas miedo de no ser suficientemente bueno.
  • No tengas miedo de no estar organizado.
  • No tengas miedo de quedarte sin un peso.
  • No tengas miedo de quedar como un loco.

Simplemente no abandones.

Recordá que está en juego. No repitas dos veces el mismo error. Rodeate de una Comunidad.

Todo lo demás va a llegar (tenés mi mail para reclarmar si no).

Mati

PD 1: ¿Alguna vez sintieron el impulso a abandonar? ¿les sirven estos consejos?
PD 2: Estamos por empezar el cuarto mes del Programa, y ya están disponibles los Módulos en profundidad sobre organización, misión y aprendizaje. Durante Enero vamos a desarrollar el hábito de hacer ejercicio, para que el resto del año todos tengamos pilas y energías para los retos que traiga el 2015. Si se suman en estos días, el viernes tenemos las próximas Horas de Trabajo :) Acá está la página para inscribirse.