Emprender y no morir en el intento

Hoy tenemos una invitada de lujo. Ella es Alicia, de creciendoentremochilas.com. Vive en Barcelona, y disfruta de viajar, escribir y conocer.

Actualmente está emprendiendo un proyecto llamado 52 Realidades que consiste en «visitar como mínimo algún punto de los límites geográficos de TODAS y cada una de las 52 provincias españolas en un plazo máximo de un año». Ali explica que no se trata de viajar por viajar, al final de este post te contará de qué se trata este Proyecto tan peculiar :)

Escribe hoy para Superhábitos y nos cuenta su experiencia emprendedora.

Alicia en Irlanda :)

Creer que el contexto actual no es el idóneo para desarrollar un proyecto o una idea de negocio es una convicción bastante generalizada, a la vez que errónea. Habitualmente pensamos que en días de transición o en los que los cambios sociales y económicos asoman con mucha frecuencia a nuestra ventana es más prudente frenarse y esperar que vengan tiempos de más “estabilidad” para recuperar y madurar aquella idea que se nos ocurrió algún día y decidir comenzar a desarrollarla.

En mi opinión, recurrir a esta idea por miedo a la incerteza o por el miedo a fracasar es un grave error. Seguidamente, voy a intentar ofrecerte algunas pautas que a mí me han sido útiles a la hora de tomar la decisión de emprender un proyecto o no, y que espero que puedan servirte de orientación si en este momento las dudas se han apoderado de tus capacidades y te encuentras en fase de stand by.

Distinguir una buena idea entre todo aquello que no lo es

Desde la humildad y mi propia experiencia (que también incluye la observación y el aprendizaje que he hecho como testigo de iniciativas ajenas), puedo decirte que he llegado a la conclusión de que la expresión “una buena idea” es un término bastante relativo porque, en general, los proyectos o visiones de negocio suelen tener como objetivo satisfacer las necesidades de alguien o de un colectivo en particular y, en este sentido, podemos encontrar gustos para todos los colores.

Sin embargo, sí existen una serie de pautas que a mí me han ayudado (y mucho) en el momento de decidir si iniciar un nuevo proyecto o no. Básicamente, estas pautas que me han servido se corresponden con estos tres planteamientos:

  • ¿Mi idea puede aportarme algo positivo a nivel personal?
  • ¿Mi proyecto o idea de negocio puede aportar algo positivo a mi entorno o al público al que va orientado?
  • ¿Mi idea presenta algún valor añadido para la sociedad en general? ¿Es novedosa en algún aspecto?

Si la respuesta a estas preguntas es favorable en general, para mí te encuentras ante una buena idea sin lugar a dudas. ¿Por qué? Es básico que aquello que deseamos hacer nos motive y nos aliente a no perder la toalla, aún cuando en su fase inicial (ya se sabe que los comienzos no suelen ser fáciles) no obtenemos los resultados esperados.

Si nuestra idea de negocio o proyecto están orientados a terceros es fundamental que pueda aportar algo positivo y novedoso en algún sentido, ya que de lo contrario no resultará atractivo ni susceptible de captar atención, lo que con bastante probabilidad puede desembocar en fracaso.

Algunas claves y puntos importantes a tener en cuenta

Irremediablemente, toda novedad está asociada a unas sensaciones más que conocidas por todas las personas que han decidido aventurarse en el mundo emprendedor alguna vez: el miedo y la incerteza.

A continuación, voy a permitirme la licencia de darte algunos consejos con la finalidad de ayudarte a vencer esas “barreras invisibles” que a veces nos frenan y nos impiden construir y crear algo que quizá pueda aportarnos sensaciones y resultados mucho más positivos de lo que jamás llegamos a imaginar.

1. No busques la aprobación de todo tu entorno cuando compartas y/o comuniques tu idea

Iniciar un proyecto esperando que este sea del agrado de todo tu entorno es un error y que tan sólo puede conducir a la frustración. Cómo he comentado antes, no todas las personas tenemos las mismas necesidades ni las mismas creencias, por lo que quizá lo que a ti te parece una idea estupenda a tu hermano o a tu mejor amiga le puede parecer un absoluto fiasco.

Por esta razón, te invito a confiar en tu intuición y a pensar en tus propias necesidades y desarrollar tu idea si ésta es lo suficiente motivadora para ti. De lo contrario, el perpetuo “¿y si lo hubiera intentado?” se dará un paseo por tu mente de vez en cuando y te generará una duda frustrada al no poder darle respuesta.

2. No permitas que el miedo al fracaso te paralice

Como afirmaba antes, toda novedad va acompañada del incierto derivado de lo desconocido y del desconocimiento acerca de lo que vendrá. Desde mi punto de vista, sentir miedo es absolutamente normal, siempre y cuando no nos paralice y no nos impida dar rienda suelta a aquello que nos motiva y a aquellos proyectos que nos ilusionan.

Si aún no te he convencido, te animo a pensar en qué es lo peor que puede pasarte en caso de no obtener el resultado o los beneficios esperados. ¿Que aprendas? ¿Que rectifiques? ¿Que tengas que dar dos pasos hacia atrás para más adelante dar cuatro hacia delante? Pase lo que pase, siempre habrás aprendido algo y adquirido una nueva experiencia, que sin lugar a dudas te otorgará una nueva perspectiva ante la vida.

 3. No siempre es la primera idea la que vale

Cuando decides dar cuerpo y forma a una idea te puedes encontrar con que necesites transformar y adaptar tu idea inicial a tus circunstancias y a los recursos de los que dispones para aplicarla. Se trata de una realidad que, en mi opinión, no resta valor a la apuesta que cada cual hace por sus propias convicciones. Si eso te ocurre, no te desanimes, nuestra sociedad está repleta de personas exitosas que han pasado por lo mismo que tú (Bill Gates, Howard Hugues o Grace Choi).

4. No le des la espalda a la individualización ni a los cambios 

Si te animas a desarrollar tu propia oportunidad de negocio o tu propio proyecto, debes ser consciente del contexto en que nos encontramos. La tecnología y la sociedad avanzan a pasos agigantados y todo evoluciona a una velocidad vertiginosa. Por esta razón, para poder mantenerte y no dejar que los cambios te ubiquen en el olvido, te recomiendo perder el miedo al cambio y a adaptarte a las necesidades sociales que nos rodean. Además, no quiero olvidar que, a pesar del éxito de los grandes almacenes y de los centros comerciales, el trato individual y la adaptación a las necesidades de tu público objetivo son aspectos fundamentales que te permitirán no desfasarte y mantener el interés en tu visión de negocio.

El proyecto en que estoy trabajando: mi recorrido social por España

Me gustaría compartir contigo el proyecto en que estoy trabajando desde el pasado mes de julio. Desde hace dos meses me encuentro viajando por España, ya que me he propuesto visitar las 52 provincias de mi país en el plazo de un año mientras visito y colaboro con asociaciones de carácter social.

¿Mi objetivo? Acercar realidades y evidenciar a través de mi blog, Creciendo entre mochilas, las dificultades con las que muchas asociaciones se encuentran en su día a día para poder seguir trabajando y defendiendo la gran labor que realizan. Si te apetece saber más, ¡te espero en mi blog!

Por último, mucha suerte y decirte que nunca permitas que nadie te robe tu sueño, es lo único que nos queda. Y, por supuesto, agradecer a mis amig@s de Superhábitos, especialmente a Lucía, la oportunidad que me han brindado de compartir mis ideas a través de este gran espacio.

¡Muchas Gracias Ali!

Nosotros te agradecemos por tan buenas ideas, por el impulso para nuestros lectores que quieren emprender y dar el primer paso y por tan lindas iniciativas :)

 

¡Que tengas una linda semana!