Matías y Javier, charlando

¿Sos parte del 95% que ya falló?

Ayer por la mañana mi madre me preguntó si podía llevarla al trabajo. Cuando se subió al auto ya lo podía sentir: estaba nerviosa, y es lógico. Enero está terminando.

Últimamente llegué a la conclusión de que Febrero y Marzo son en el año lo que el lunes es en la semana. Diciembre es el Domingo al mediodía y Enero el Domingo a la noche.

Y las conductas son los mismas.

El Domingo al mediodía estamos tranquilos, en nuestras casas. Rodeados de seres queridos y relajados. En un rato libre empezamos a imaginar que la próxima semana haremos cosas maravillosas, ejercicio físico y por fin pondremos manos a la obra con un proyecto que venimos postergando.

El Domingo a la noche, sin embargo, entramos en shock: ¿ya se pasó el fin de semana? ¿tan rápido? ¿así de rápido se pasaron las vacaciones y empieza otro año?

Cuando menos nos queremos dar cuenta, es lunes. O Febrero. Se acabó el fin de semana y ya estamos metidos de pleno en el nuevo año. Y atrás quedaron las promesas, resoluciones o planes, ¡ahora no hay tiempo!

Vista desde un coche en medio del tráfico
Arranca el año y, con él, la velocidad, obligaciones y horarios… ¿vamos a dejar que nos pasen por encima?

El otro día me enteré de una estadística escalofriante: al terminar Enero sólo el 5 % de las personas mantiene sus resoluciones de año nuevo.

Auch.

Lo más llamativo fue que la estadística no me sorprendió, para nada. Mientras manejaba podía sentir la tensión creciente, la urgencia y las preocupaciones volviendo a emerger. Podía verlo en conductores que andan demasiado rápido en medio de la ciudad, peatones casi corriendo por las veredas y en mi mamá que suspiraba cada vez que topábamos con un semáforo en rojo.

Durante un par de semanas nos relajamos pero luego, como por arte de magia, volvemos al modo automático. A la velocidad. A preocuparnos por las cuentas y las obligaciones. Y a pasar horas detrás de miles de cosas que nos llaman por su urgencia, pero que no son realmente importantes.

Entre jefes, monitores y oficinas el 95 % de las resoluciones queda en el camino. «Ya será el año que viene». Y, así, vuelve a empezar el ciclo.

Lo que más me impresionó mientras atravesaba el centro de la ciudad fue reconocerme en esos peatones y conductores.

Hace dos años estaba, en esta época del año, trabajando por las mañanas, estudiando por las tardes y emprendiendo por las noches. Iba y venía entre Tribunales y el Estudio Jurídico desesperado por cada conductor que me atrasara aunque fuera unos minutos y nunca tenía tiempo para nada. Llegaba a mi casa cansado, pensando en todo lo que no había llegado a terminar y eso se reflejaba necesariamente en mi estado de ánimo. Odiaba las camisas que usaba todo el día y estaba bastante seguro de que en cualquier momento iba a tirar un zapatazo al teléfono.

Hoy me siento distinto, sin embargo. Después de dejar a mi mamá (que seguía preocupada y refunfuñando entre dientes) puse música y volví tranquilo a trabajar a casa. Quería escribir parte de este artículo y luego ir al campo a comer un asado con Roxana y Javier, unos amigos que andan viajando por el mundo y vinieron a visitarnos (más sobre ellos en un segundo). Escribir esto me encanta, tengo puesta una remera  y no quiero tirar mis zapatillas a nadie :).

¿Por qué mi situación cambió tanto y la de otras personas sigue igual, año tras año? ¿Cómo puedo ayudarte a vos, si es que hoy caminaste preocupado?

Creo que lo más importante es decirte esto: mantente en el 5 %, y no dejes que el otro 95 % te lleve a su ritmo. Mantené tus objetivos y recordalos de forma diaria y constante.

Podría intentar esbozar alguna solución rápida, un parche que te haga sentir mejor por un par de días, pero no es eso lo que realmente hace falta. Lo que hace falta es que te recuerdes a vos mismo a diario qué es lo que deseas profundamente. No necesitas que te lo diga. Lo pensaste en año nuevo. Fue ese momento en que te imaginaste trabajando en algo que realmente disfrutas, con libertad de horarios y tranquilidad económica. Es esa independencia, libertad y la posibilidad de viajar o pasar tiempo con las personas que querés.

Esa imagen debe mantenerte en el 5 %. El otro 95 % normalmente decide olvidar esa imagen después de una semana de vuelta en el trabajo. Se abandonan y esperan que algún día su situación cambie por arte de magia.

El problema es que nunca llegan esas soluciones mágicas. Entonces los que se conforman y esperan siguen acelerados y atrapados. Ellos son el 95 %.

A esta altura del Post tengo que confesar algo: había escrito otro Post para hoy, pero después de esa vuelta en el auto no podía no cambiarlo. Ver al 95 % «volviendo al ritmo» es una realidad demasiado dolorosa como para omitirla. Especialmente porque la mayoría de las personas no se dan cuenta de las graves consecuencias que tiene esa forma de actuar en el Largo Plazo. Olvidar nuestros objetivos y volver al «no tengo tiempo» está detrás de:

  • Años de charlas renegando del jefe o los horarios.
  • Muchísimos problemas de salud: dolores de cabeza, de espalda, problemas gastrointestinales, insomnio.
  • Malas relaciones en parejas, o entre padres e hijos.
  • Talentos truncados y pasiones olvidadas.
  • Que haya personas que se pasen la vida hablando de lugares que les gustaría conocer o aventuras que les gustaría tener que, al final, quedan en sueños y nada más.
  • La sensación de que «el cesped es siempre más verde en el jardín del vecino».
  • Pasar años trabajando para otros y, al retirarnos, no tener nada, o simplemente una jubilación.

Volver al ritmo y olvidar nuestros sueños está naturalizado, y eso es terrible.

¿La buena noticia? Actuar diferente está 100 % en nuestro control.

2 acciones para cumplir tus resoluciones y proyectos

Es nuestra elección si somos del 5 % o del 95 %. Y hay 2 acciones que podés hacer hoy para asegurarte de estar entre el 5 % (o no hacerlas, y simplemente volver al ritmo y sus consecuencias). Es más, si tuviera que elegir sólo 2 acciones para mantener por el resto de mi vida creo que serían estas 2:

# 1. Recordar tu Misión y Visión a 5 años al empezar cada día

Esto es simple.

Un enunciado de Misión Personal implica poner por escrito cuál es tu propósito, qué es lo que querés lograr en esta vida, tus principios y lo más importante para vos. Generarla es la mejor inversión de tiempo que alguien puede hacer y verla cada mañana impacta directamente en tus energías, foco y capacidad de tomar buenas decisiones, incluso si no hacés nada más que leerlas.

La Visión a 5 años, desarrollada correctamente, es una imagen clara de un futuro que deseamos alcanzar y que está definido en función de nuestro propósito. Tomamos las ideas de nuestra Misión y buscamos acercarlas, verlas de forma concreta. Esto nos obliga a pensar qué tipo de actividades, cosas o personas queremos hacer, tener o conocer en 5 años. Al pensarlo empezamos a tomar decisiones y luego se vuelve claro que hay cambios que tenemos que hacer en nuestro día a día.

Matías con cara de dormido frente a la computadora en la mañana
Nada como tener cara de dormido y un mate para sentarse a ver la Misión apenas nos levantamos. Gracias a Lu por la gentileza al sacarme esta foto :P

# 2. Cada noche, reflexionar sobre cómo fue tu día

Ahora, es muy probable que muchas personas en ese 95 % hayan pensado alguna vez qué querían lograr. Tal vez fue cuando eran muy chicos y les preguntaron «qué querés ser», o tal vez cuando eligieron una carrera, una pareja o un lugar para vivir. En ese momento vieron algo a futuro y pensaron «sí, eso quiero», ¿qué pasó que ahora andan frustrados, acelerados y llegando tarde?

Su historia, por lo general, va más o menos así: crean esa imagen y se enamoran. En algún momento piensan de forma muy vaga un camino que los va a llevar ahí.Pensaron, por ejemplo, que les gustaría tener una linda casa, hacer asados cada fin de semana, que sus hijos fueran muy educados y viajar 2 veces al año, estando en forma y manejando un buen auto. Conocían un profesional que lo hacía, y entonces estudiaron una carrera.

La mayoría de las personas piensa un plan en algún momento de su vida y nunca se frena a revisarlo o cambiar de rumbo. Y así pasan 10, 20 o 40 años. Están avanzando en «automático», sin ver la realidad que los rodea y la manera en que el mundo va cambiando mientras avanzan.

Estando en automático perdemos toda posibilidad de aprender de esa experiencia. Entonces quedamos sujetos a si el Plan original era perfecto o no y, lamentablemente, es muy raro que tengamos el Plan Perfecto desde el primer día.

El recordar cada mañana nuestra Misión y Visión debe ir acompañado de un momento donde contrastemos lo que estamos haciendo, pensando y diciendo con eso. Ese es el rol que tiene un diario personal.

Collage con fotos de personas tomando notas o haciendo encuestas
Estamos acostumbrados a tomar nota de charlas de otros, o a completar encuestas al final de un evento, porque sabemos que ayuda a recordar y mejorar. Un Diario tiene la misma función a nivel personal, con lo cual es mucho más importante.

Tener un diario evita que avancemos en automático, que seamos presa de nuestras emociones y nos da una pausa para no estar acelerados. Al ir plasmando día a día cómo nos fue, qué pensamos o hicimos también nos permite al revisarlo identificar patrones y encontrar qué actividades nos traen la mayor cantidad de resultados y cuáles de problemas. Nos volvemos más productivos y disciplinados, porque nos hacemos auto-responsables y tenemos diálogos claros con nosotros mismos.

Un práctica de 5 o 10 minutos al día aumenta nuestra capacidad de desarrollar otros hábitos, es un espacio gigante para ejercitar la proactividad y separarnos de nuestros sentimientos e ideas (y evaluarlos), lo cual lleva a mayor capacidad de expresión e inteligencia emocional. Un diario convierte cada día en una nueva experiencia de aprendizaje. Aprender todo el tiempo implica mejorar todo el tiempo.

Empezar con Misión y Visión + Terminar con el Diario = Un Gran Día

Hay pocos combos que impacten con tanta fuerza. Salimos a la calle cada día con un profundo sentido de qué es verdaderamente importante y, luego cada noche podemos reflexionar: ¿cuánto de lo que es importante hicimos ese día? ¿qué salió mal? ¿cómo podemos hacer que mañana sea mejor?

Sobre estas dos prácticas luego se construye naturalmente un sistema completo de hábitos. Trabajamos nuestras dimensiones y eso nos lleva a volvernos emprendedores. Con un cambio del 0,1 % cada día al final de un año vamos a haber mejorado un 36,5 %. Y en 3 años más del 100 %.

Este no es un discurso de «Solucione su vida YA». Esos no funcionan realmente (o si no el 95 % no existiría). Lo que me gustaría que te lleves de este Post es que si vos no tomás acciones para ser parte del 5 %, nadie va a hacerlo por vos. Y hay personas cuya vida entera se pasa así.

Entre el Kit Gratuito de Superhábitos y los más de 100 artículos – y contando – que hay en el sitio de manera gratuita, tienes suficiente para empezar a trabajar ambos. Sin embargo, si te serviría un poco más de detalle sobre cómo desarrollar cada uno de forma gradual y natural, así como un acompañamiento personalizado, podés sumarte a nuestro curso de «Gestión del tiempo y organización personal para emprendedores» desde aquí. Ya hay información sobre el hábito de la Misión, la Visión, Organización, Cómo Aprender y Hacer Ejercicio, y durante el mes de Febrero vamos a dedicar 4 semanas al hábito de Tener un Diario. Hemos estado trabajando, puliendo y profundizando en cada uno de estos hábitos y estoy seguro de que es el mejor material que vas a encontrar para incorporarlos de forma definitiva, incluso si sólo tienes 20 minutos libres por día.

Las resoluciones, proyectos o planes son sólo ideas si no hacemos lo que hace el 5 %: llevarlas a la acción

Rox y Javi, de «Tiempo de Aventuras», se encuentran en medio de un viaje alrededor del mundo. Han estado en una cantidad increíble de ciudades. Durante un asado ambos sonríen mientras disfrutan los platos argentinos y cuentan sobre el increíble camino que transitaron desde empleados de oficina, renegando con el metro y sólo tener libres los día de semana a su situación actual, donde eligen qué hacer de Lunes a Domingo y a dónde hacerlo. Si no los conociera, su historia me parecería demasiado buena para ser cierta. Como los conozco, su historia me parece demasiado cierta como para ser obviada.

Matías y Javier, charlando
La lección que nos dejó Javi entre mates debería estar en el espejo de todos para que 2015 sea un gran año.

Entre mates, le comenté a Javi esta idea del 95 % y las profundas impresiones que me produjo manejar por la mañana. Su respuesta es el final perfecto para este artículo:

«Es que el problema está en que las personas ven el cambiar como un proceso opcional. Cuando eliminas las opciones y te das cuenta de que un día que no cumples empieza el proceso por el cual quedás atrapado en una situación terrible, y que podrías salir sólo haciendo tu parte cada día, ahí las cosas empiezan rápidamente. Todo cambia cuando deja de ser opcional».

La diferencia entre el 5 % que a fin de año va a decir que este fue un año genial y el 95 % que va a estar haciéndose las mismas promesas que en 2015 está en si es opcional o no. Si no es opcional, y lo recordamos cada mañana y pensamos cómo mejorar cada noche, entonces puedo asegurarles que es sólo cuestión de mantenerse ahí.

Superhábitos es para ese 5 % que sabe que todavía queda el 90 % del año por delante y están listos para hacerlo valer. Para el otro 95 % están los diarios, las distracciones y renegar mientras caminan por la calle.

¿Tu en qué grupo estás?

Mati

PD 1: No olvides lo simple que es ni te pongas excusas. Prueba durante esta semana revisar tu Misión por la mañana y escribir una oración (¡una oración!) cada noche, reflexionando sobre la pregunta: ¿qué hice hoy respecto de mis objetivos de este año? Luego cuéntanos en los comentarios cómo fue tu semana en el 5 %.